Epílogo

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C A M E R O N

Ocho meses después.

Tranquilidad, en estos instantes sentía mucha tranquilidad, la tenía entre mis brazos mientras veíamos ambos una película, de rato en rato acariciaba su suave cabello, lo sentía irreal.

No podía creer por todo lo que habíamos pasado, desde aquel momento en el cual la conocí gracias a mi mejor amigo, hasta ahora... tres días antes de nuestra boda. Nosotros nos completabamos, nos descubriamos cada días más, sin perdernos en la monotonía, ningún aspecto de ella se me hacía aburrido, todo despertaba en mi interés... por más insignificante que fuese.

Lo habíamos logrado, habíamos atravesado tantas pruebas, ahora disfrutábamos de esta tranquilidad, de esta paz.

La vi sonreírme tímidamente, cuando deposite un suave beso en su frente, la abraze más contra mí, perdiéndome en el dulce olor de su cabello.

No puedo pedir más cuando la veo sonreír, se que es con genuinidad, ya nada le preocupa, ya no tenemos nada que esconder. Me siento tan afortunado de tenerla conmigo, de ser al autor de aquel brillo en sus ojos y de su sonrisa.

Me sentía completo, pude comprender que ambos formábamos partes del mismo corazón roto.

Después de que hablamos y resolvimos todo, cerramos aquel capítulo pasado y empezamos a escribir nuestra propia historia, juntos.

Nunca supe, nunca sabré... lo que pasa por su mente, pero se muy bien que es feliz, que es feliz conmigo.

Una sonrisa se formulo en mi rostro al ver pasar en mi mente aquel recuerdo, de hace dos días.

- ¿Cameron? - parpade un par de veces, sonrei por inercia, podía ver su rostro aún con la poca luz que había en la habitación, ambos estamos abrazos el uno al otro en aquella cama.

- ¿Si?

- Hay algo que tengo que decirte... - sonaba preocupada, este fin de semana la había notado muy inquieta, me frustrada el no saber que la traía así.

- ¿Que es lo que pasa amor? - pregunte trasmitiendole tranquilidad y coforte, sonriéndole con ternura.

- Tengo miedo-o - susurró, mi corazón se estrujo contra mi pecho en segundos.

- ¿Miedo de que?

- De no ser una buena madre... - susurro con desdén, ¿como podía creer eso?, ¡Alto!.

¿Ella había dicho que estaba... ¡¿Como?!

- Tu-u, vas... ¿Estas?... - titubee, sin poder procesarlo.

- Si Cameron, ¡Vas a ser papá! - una inmensa alegría me invadió, casi quise brincar de alegría, íbamos a formar una familia, no resistí más y la abraze.

Iba a ser padre aún no podía creerlo, ambos formaríamos una familia, ella tendría un bebe, yo tendría un hijo. Juguetee con su cabello mientras caía en cuenta de que se habia dormido en mis brazos.

Ella en un tiempo pasado había aparentando ser dura, se había obligado a sí misma a no sentir y la verdad el tenerla así, junto a mi, me hacía sentir esencial, especial... para ella.

Como si me dejase traspasar todas sus barreras con mis brazos, más o menos como una niña indefensa y vulnerable.

Solo conmigo.

A cierta escala todo había mejorado, Matthew había dejado atrás su rencor y enojo. Me tomo un tiempo comprender que el no la había odiado, solo había estado herido, como yo lo había estado, pero ya no más.

DAÑARTE |C.D|™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora