DAÑARTE |C.D|™

25

Me trague mi enojo y procure no decir nada, ella no me quito la vista de encima, cuando llegue a artarme de esta situación. Trate de alejarme de mis pensamientos y segui conduciendo, en una "relativa tranquilidad".

Aunque mi esfuerzo se fue al tacho cuando ella prendió de un momento a otro el esterio, arruinando mi momentanea tranquilidad.

- No - refunfuñe al instante y lo apague, ella me miró de mala gana, mientras que se cruzaba de brazos en forma de protesta.

- Si - solto, volviéndolo a prender... mi mandíbula se tenso.

- ¡Te eh dicho que no joder! - reitere apagandolo de nuevo.

- Pues... yo eh dicho que ¡Si! -ella hizo un intento fallido de imitar el tono de mi voz y intento volver a prenderlo.

Puse una mano cubriendo los botones, ella insistio unos minutos pero después termino por darse por vencida, sonreí victorioso y reí ligeramente gracias a su infantil actitud.

- Como sea... - gruñó y se dio la vuelta en el asiento dándome la espalda, lo cual me hizo reír aún más.

- ¿Que es lo que te causa tanta gracia Cameron? - pregunto con intolerancia - Anda... ¡Vamos! dímelo - soltó, mientras fingía estar enojada.

- Tú - respondí con una gran sonrisa.

- ¿A sí? Pues... a mi me va a causar más gracia votarte del carro y dejarte aquí - reí negando.

- Quiero ver que lo intentes - sisee con autosuficiencia, mientras que la desafiaba.

- No, no voy a gastar mis esfuerzos en eso- sin escuchar sus palabras, puse mi mano enzima de la suya y la acaricie con mi pulgar.

No la estaba mirando pero estaba más que seguro, que estaba sonriendo al igual que yo.

De un momento a otro mi enojo había desaparecido y todo eso gracias a ella.

- ¿Sabes?... estaba pensado y en enrealidad no importa ¿si?, no quiero estar peleado contigo... ni mucho menos que estemos así - solté de lo más sincero y deposite un rápido beso en su mano.

- ¿En serio? - asentí, sus ojos brillaban me gustan verla así.

- Si, pero juro que si el vuelve a besarte no dudare en propinarle una buena paliza, para que aprenda que nadie toca a mi chica - ella agacho la mirada.

- ¿Tu chica? - pregunto divertida.

- Mi chica - reitere.

[...]

J A N E

Ya era de noche, casi iban a ser las ocho en punto. Me había ofrecido a cocinar la cena ya que un principio la idea había sido de Aaron, pero conociendolo el se acabaria la comida antes de terminar de cocinarla.

Sin más preámbulos camine hasta la cocina y me apoye en la encimera con algo de fuerza, aún no podía creer lo que Cameron me había dicho, el había renunciado a su patético orgullo y lo había hecho por mi.

Este si que era un gran avance.

Aún tenía que llamar a Adam pero todavía no había encontrado tiempo libre, después de que llegue con Cameron a casa, me pase la tarde con Aaron viendo un par de películas de terror, Matthew no quiso bajar y comprendí aquello... el debía estar intranquilo y preocupado por la operación.

Aunque no más que yo.

La verdad no se cuanto tiempo más podre seguir con esto, fingir amar a Cameron me resulta exasperante, cosa que yo no soy de esas personas dulces y cariñosas y francamente tener que actuar así frente a él me fastidia.

No digo que no me la pase bien con el y que no le haya llegado a ganar un poco de cariño... solo que simplemente no se.

Ni yo misma me entiendo.

Ah esta alturas ya todo me aturde, simplemente quiero que se acabe todo, quiero terminar este "trabajo" y que Abigail vuelva conmigo.

Aun tenia los nervios de punta, Cameron había estado a nada de ver que yo había besado a Adam y que no me había besado el, si se que fue totalmente estúpido de mi parte haberlo besado, pero lo más estúpido fue que el no cerró la maldita puerta.

Un garraspeo me saco de mis pensamientos, voltee al instante y vi a Cameron sentado en una butaca de la mesa ¿Desde cuando estaba ahí?.

- Cameron, se un caballero y ayúdame ¿si? - solté haciendo un puchero.

- Tu te ofreciste a hacer la cena cariño - se escuso y se levanto para servirse un vaso de agua, lo miré de mala gana haciendo otro puchero.

- ¡Vale! - soltó rendido y abrió el refrigerador.

- Podrías hacer pasta con pollo, es el plato favorito de Matthew y Aaron le gusta mucho - dijo sugiriendo mientras hurgaba en la refri.

- ¿Y a ti? - le pregunte.

- También me gusta, aparte no es mucho trabajo - concluyó sonriente.

Preparamos la cena casi en completo silencio, a excepción de algunos regaños por su parte cuando yo hervía la pasta.

Por otro lado yo iba cortando el pollo y algunaz verduras, de verdad agradecia el hecho de que mi padre supiese cocinar muy bien y que me halla enseñado... por que si no yo hubiese sido un cero a la izquierda en esto.

Depues de casi media hora terminamos todo, lo único que faltaba era poner la mesa.

- Voy a poner la mesa, mientras diles a Aaron y a Matthew que la cena ya está lista - dijo el yo asentí, por un momento me pareció como si me hubiese leído la mente.

Subí rápidamente las escaleras y fui directo a la habitación de Aaron, abrí la puerta sin pensar lo encontré dormido poca abajo.
Me acerque a el y lo despeine ligeramente haciendo que el se removiese en su cama.

- Cameron deja de joder y vete a pajearte, déjame dormir un poco más -lo escuche balbucear en un tono bajo, no resistí más y empecé a reír.

- ¿Jane? Oh mierda... pensé que eras Cameron -me limite a negar, el se fue levantando y se fue al baño, me heche un rato en su cama estaba algo cansada.

- ¿Bajamos? - solto Aaron preguntandome, yo asentí y me reincorpore.

- Baja tu primero, yo iré a ver a Matthew - dije, el me tiro un último vistazo y salio de la habitación al igual que yo.

Cuando estaba en la puerta de Matthew escuché unos ligeros sollozos ¿Acaso el esta llorando?. Entre rápidamente a la habitación y camine hasta el.

-¿Estas bien? - solté mirándolo con pena, el por otro lado no me respondio- Mírame- le exigui apartando sus manos de su rostro.

- Vete, Jane - pude ver sus ojos, estos estaban rojos, me sentí mal... muy mal.

- No - negué, mordiendo mi labio inferior por el nerviosismo.

- Lo que te dije... fue una pésima idea, mañana se lo diré todo a Cameron - por un momento no comprendi, pero después todo cobro sentido.

- No, no es necesario -negué de inmediato.

- Lo es... tenerte tan cerca y no poder besarte, y demostrarte cuanto te quiero me esta matando. El no te merece, eres demasiado para el - solo eso basto para me sintiese en chock, respire hondo y trate de calmarme.