7. Frustraciones

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Al abrir los ojos me encontré abrazando lo que pensé que había sido un sueño, se veía realmente hermosa, su respiración era tranquila, mientras que la mía era algo mas acelerada, apoye nuevamente mi cabeza de su pecho y respire profundo para tratar de impregnar todo de ese momento en mi mente.

Nunca me había pasado esto, siempre era acostarme con la chica que me pareciera linda, e irme inmediatamente me despertara. Pero esta vez, no tuve sexo, pero termine durmiéndome abraza a ella y no me quería ir de allí. Estuve no se cuanto tiempo pensando mientras le abraza y escuchaba su respiración, hasta que su teléfono sonó, haciendo que estirara el brazo hacia la mesa y atendiera. En ese momento me percate que quizás, y solo quizás llevaba rato despierta.

*Llamada*

Buenas –dice con un tono Ronco, lo cual hace que me medio levante a verla, ella me dedica una leve sonrisa la cual desaparece en minutos mientras solo escucha lo que la otra persona habla en la línea –Disculpeme, es que tuve asuntos urgentes que resolver y por eso no me pude presentar a las primeras horas de clase –Ese comentario hace que abra los ojos como platos, ya que no me había percatado de la hora, y al verle eran las doce del mediodía, si mi madre llegaba a enterarse de que había faltado a las primeras horas de clases me iba a ahorcar, mas cuando tenemos un trato... vi como tranco el teléfono y suspiro.

Creo que nos quedamos dormida –dice sonriendo y levantándose del sofá –Arriba a la izquierda hay un baño, allí hay todo lo que necesites para tomar una ducha rápida, yo ire mientras tanto a resolver lo de tu uniforme, ya que no iras con esas fachas arrugadas –Ese comentario hace que me ría y que prosiga a seguir sus órdenes. Al salir de la ducha, conseguí un uniforme con la etiqueta de recién comprado lo cual hace que me sienta apenada, había tomado mucha confianza con ella... Al salir y bajar a la cocina, la veo ya vestida y arreglada, tenia un pantalón negro ajustado, una camisa de estilo militar y su cabello suelto, el desayuno ya estaba listo y como para no rematar, había todo tipo de jugos en la mesa.

No sé qué te gustaba, así que pedí todo lo que yo tomaría –dice sentándose a desayunar

Gracias –digo con una amplia sonrisa, sentándome al lado de ella y comenzando a comer

Sinceramente no pensaba que fuera tan perfecta, pero antes de salir me hace detenerme, y guarda en un bolso que me regalo, el almuerzo. No sabia que decir ni como agradecerle, asi que con un silencio algo ensordecedor, me acerque y le abrace, a lo que ella al principio no reacciono, pero luego de unos minutos me envolvió en sus brazos.

Salimos sin decir una palabra, al final de cuentas, había dejado muchas cosas mias en esa casa, no solo mi uniforme todo arrugado, ni mi bolso todo mojado, sino que una parte de mis primeras veces, de una gran verdad que no había aceptado pero que ya era inevitable. Estoy enamorada de Megara, y ciegamente.

Al llegar al colegio, me escabullí primero, llegando al salón de matemáticas, mis compañeras me miraban con cierta expectativa en sus ojos, lo cual evite, torciendo los ojos y sentándome en mi lugar.

Al concluir la clase como esperaba Thalia, Emma y Rose, se acerca a mi puesto con una sonrisa algo maliciosa.

¿Qué paso miss latina? ¿Por qué llegaste tan tarde? –Dice levantando una ceja Thalia

Solo se me hizo tarde y ya –digo de la manera más arrogante que puedo y al terminar sonrió – ¿Por qué la intriga? –digo esta vez observándola directo a los ojos haciendo que se sonroje levemente

¿Te enteraste que tenemos hora libre? –dice Rose cambiando el tema

¿Cómo asi? –Digo sin dejar de mirar a Thalia

El cielo de tus ojos. (Lesbico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora