Final 2. Extra

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Pov Thalia.

Luego de aquella emotiva despedida en la graduación, la vida apenas comenzaba para mi. Por primera vez iba a comenzar desde cero en un país lejano. Al final aquello de ir a países árabes para estudiar lo medite mejor, y decidí graduarme primero en Francia.

Soy la tercera en partir por mi felicidad, y aunque quisiera que estuviera Emma también para decirme adiós, yo se lo dije primero.

De piloto va mi tía y a su lado va Rose con sus manos entrelazadas, la carretera al aeropuerto es tediosa y más en un día tan caluroso, sin embargo siento muchos sentimientos como para definir cualquier cosa. La música es cálida más no le puedo ni escuchar bien, los ojos se me llenan de lágrimas porque se que en el momento en el que parta no les veré en algunos años.

Siento como el carro se detienen y trato de respirar calmada sin embargo sigo llorando, me bajo y siento los brazos de Rose a mi alrededor y luego los de mi tía.

Al separarnos tomo mis maletas y proseguimos a caminar dentro de aquel inmenso lugar.

El día está hermoso —escucho como me dice aliss lo cual me hace voltear de inmediato y sonreír de forma dulce

Viniste —digo de forma baja y ella me abraza fuerte

Por supuesto que vine —besa mi mejilla —a pesar de todo, eres alguien muy importante para mí

¿Quien eres y qué hiciste con la reina del fuego? —digo en tono juguetón y allí es cuando escucho la Risa de Megara

Se apago —termina por comentar aliss —creo que yo derretí el hielo y este me apagó luego —ambas vemos a Megara quien ahora no entiende y terminó riendo

Cuídate, y piensa lo que harás y con quien lo harás —siento la mano de mi tía en mi cabeza y sonrió

Claro que me cuidaré, ya no te tendré para mi sola, sin embargo en unos pocos años quizás vivamos una al lado de la otra —su sonrisa me deslumbra como siempre y terminó abrazándola —gracias por todo esto, gracias por hacer mi vida feliz

Mereces ser feliz pequeña —me susurra al oído para luego dejarme despedir de cada una al escuchar el aviso de ida

Antes de entrar en chequeo siento unos brazos delgados tomando me desprevenida por la espalda y al voltear veo a mi madre envuelta en lágrimas, el verla allí me hace reafirmar la promesa que le hice volteandome para abrazarla —Espérame mami —le digo bajo y ella asiente de forma suave para luego separarse y empujarme leve como para que siga mi camino

Aquella tarde dije un simple hasta luego, no estaba diciendo adiós para siempre, porque estaba segura de que en algún momento íbamos a coincidir todas nuevamente.

El viaje fue tranquilo y hasta cansado, eso de sólo dormir me tenía agotada.

Entendí a la perfección el porqué le llaman a Francia el país del amor, y es que es un arte simple, uno termina enamorado de sus calles, avenidas, estructuras y el mágico ambiente.

El comienzo en la universidad me asustaba, aquella mañana me vestí con unos simples pantalones rasgados y una franela negra. Se me hizo tarde desayunando en aquel apartamento que mi tia estaba pagando, sin embargo sabía que tenía que buscar un trabajo de medio tiempo para encargarme por lo menos de mi alimentación.

Salí corriendo con mi bolso en la espalda bajando las escaleras ya que el ascensor no funcionaba, y al salir el choque del clima frío me hizo temblar.

¿Como es que no recordaba que entramos en invierno? Me empecé a recriminar internamente pero sin poder hacer nada tome mi bicicleta, aquella que compre tres días después de haber llegado y comencé a pedalear.

El cielo de tus ojos. (Lesbico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora