Extra* 7- (momento uno)

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Pov Emma.

Dos años antes:

¿Creen en el amor a primera vista? Yo leía libros que los definían como momentos efímeros, únicos y sumamente mágicos. Y hoy en día creo plenamente en que si ocurre, en que sólo son momentos que te marcan, aquel primer día de este año me marcó, no se todavía si para bien, pero me encantó tener ese roce con aquella chica del caramelo, con aquella seriedad en el salón de clase, y con aquella amabilidad afuera de el.

Los días han corrido, estamos a mitad de febrero y aún no encuentro las palabras adecuadas para decirle gracias, creo que aquello es lo que más me ronda la cabeza, porque no se aun como acercarme a las personas.

Te estoy hablando —me dice Thalia empujando mi cabeza suavemente hacia atrás

Disculpa me distraje —bajo la mirada algo sonrojada

No importa —mueve la mano de forma rara —lo que te pregunte es si eres virgen

¿Por que me preguntas eso? —no se a que lugar mirar de lo incómoda que me siento

El sexo es un tema normal Emma —se ríe al ver mi incomodidad —Nunca has hablado de tus gustos, ni de nada de ti muy a fondo, y tengo curiosidad

Thalia deja de hostigarla —dice Rose mientras come aquel sándwich con muchas salsas

Me vas a decir que no tienes curiosidad de saber si nuestra amiga es completamente hetero —le mira achinando sus ojos

Si, tengo curiosidad,  pero no la hostigó —le responde esta vez mirándome a mi, lo cual me hace desviar la mirada —si no quieres responder no lo hagas

Ay por favor, no es tan difícil decir que te gusta —dice Thalia fastidiada lo cual me hace apretar los puños

Si les cuento mi mañana no fue la más agradable, mi madre no quería que viniera hoy tampoco al colegio, ya que acaba de salir de una fuerte gripe lo cual me hizo discutir esta mañana, mi hermana me trató súper mal diciéndome cosas desagradable y ahora para colmo tengo que escuchar como Thalia no entiende que hay temas que aún no puedo hablar. Porque carezco de confianza.

Así que sólo me levanto del lugar dejando el plato de comida casi lleno y salgo de la cafetería, sin mirar atrás. Camino con la mandíbula apretada y por primera vez no me siento triste, sino indignada conmigo misma. ¿Porque simplemente no puedo gritar lo que pienso como alguien normal? ¿De verdad hay algo malo en mi?

Reconozco las puertas en las que estoy parada al frente, y les abro. Me gusta aquel lugar, es sumamente grande y al mismo tiempo acogedor. Últimamente no voy al baño cuando me siento mal, deje aquella etapa atrás, y aunque suene raro, aquel caramelo nunca le comí, lo guardé en una cajita en donde están mis cosas más preciadas. Recorrí las grandes paredes llenas de libros, hasta llegar a él área de historia. Soy una gran lectora de la historia del arte, no soy buena al dibujar pero me encanta el como personas plasmaron sus sentimientos en un lienzo.

Tomo un libro que se encuentra en la parte superior, le he leído más de una vez, es la vida de Leonardo da vinci, camino por aquellos pasillos llenos de libros y me siento en el área numérica, al fondo en donde el sonido no llega y casi ninguna persona va a buscar libros allí. ¿Y es que quien busca un libro de física para leer?

Comienzo con aquella lectura en donde me parece fascinante cualquier aspecto de aquella época tan colonial. Siento pasos pero nada que me haga subir la mirada, las letras frente a mi me parecen más interesantes o eso pienso hasta que una mano se posiciona sobre lo que leo, al alzar la mirada, allí flexionada sobre sus rodillas frente a mi se encuentran aquellos ojos tan inexpresivos.

Me le quedó mirando segundos hasta que sonrió de forma cálida.

La mayoría de las veces mando a castigo a mis alumnos cuando no entran a mi clase por estar haciendo tonterías  —dice en voz baja —Pero estar en la biblioteca no es una tontería ¿o si?

Aquello hace que ría suave —no que yo sepa —solo aquello sale de mis labio, en un susurro lo suficiente audible

Entonces pensamos iguales —me sonríe, y mis ojos detallan aquella curva hecha por sus labios —pero a la próxima entra, se que a veces uno necesita perderse de la realidad, pero las obligaciones siempre están primero, son como nuestro timón de mando

¿Como sabe que estoy mal? —pregunto aún con el mismo tono de voz

Porque yo cuando era más joven hacia lo mismo, hasta que una chica que es mi mejor amiga me dijo palabras parecidas, un poco más rígidas pero parecidas —termina por sentarse frente a mi en forma de indio

Tu amiga da buenos consejos —cierro sin perder la página por la que voy del libro —pero gracias a ti por pasar tus trucos de vida hacia mi persona

No hay de que, no te importa que me pierda un rato junto a ti, parece que necesitas compañía —abre aquel libro de física sin que aún le contesta, lo cual me da a entender que no importa mi respuesta se va a quedar, lo cual me hace sonreír

Olviden mi pregunta, ella busca libros de física para leer. Y aquello me parece sumamente fascinante e ilógico.


El cielo de tus ojos. (Lesbico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora