El cielo de tus ojos. (Lesbico)

8. Profesores

Lo que menos uno se espera, es conseguir una reunión de profesores en la sala de su propia casa, y menos en las pintas con las que yo estaba. En otro momento le habría prestado atención, pero seguí mi camino a la cocina en donde me encontré con mi madre, hablando muy a gusta con mi profesor de ciencias biológicas. Tome un vaso de agua y antes de subir escucho el timbre, mi madre que hace unos minutos se encontraba muy envuelta en su conversación poso su mirada en mi, y no es por exagerar pero me miro detenidamente y me mando a subir. No es para menos, su hija estaba en medio de una reunión, con las fachas de una recién follada, aunque solo había dormido. Seguí sus ordenes ya que en realidad no quería estar allí, pero antes de perderme en las escaleras de camino a mi habitación, volteo a ver quien llego y es ella. Llevaba un pantalón mostaza pegado a su cuerpo, una camisa negra en cuello v, unos lentes que usaba como cintillo ya que estaban sobre su cabeza, y su cabello suelto. Queria quedarme viéndola desde las sombras, pero la mirada de mi madre me consigue aun allí, lo cual hace que siga mi camino.

Al llegar a mi habitación, cierro la puerta y me veo al espejo, podría hacer el esfuerzo de arreglarme un poco y bajar con alguna escusa. Comienzo lavando mi cara, despojándome de la camisa del uniforme, casi al momento comienzo a maquillarme, pero al concluir escucho un teléfono sonar, no es mi típico tono asi que hace que salga del baño, y camine por mi habitación buscando el sonido, para unos segundos y casi de inmediato vuelve a sonar. Cuando abro mi bolso se encuentra el teléfono de megara, que había olvidado por completo. Casi de inmediato me pregunto si contestar o apagar, pero al notar el numero, reconozco que es el mio.

*llamada

¿Alo? –Digo con una voz ronca

¿Por qué subiste sin saludarme? –dice esa voz inconfundible

Mis fachas no me dejaban darte la cara –Digo riendo suavemente

¿Y ya estas vestida? –Me pregunta con una voz suave

¿Por qué no le averiguas? –sigo riendo por lo que dije anteriormente, cuando siento como se abre la puerta y me volteo a ver

No es difícil de averiguar –Dice apoyada en el marco de mi puerta, trancando la llamada

No sé el porqué verla allí me hizo sonreír, camine hacia ella y le estire el tlf que por supuesto le pertenece.

Lindo sostén –Dice mirando mi cuerpo semi desnudo para luego tomar suavemente el telefono

Se ve mejor sin el –digo al sentir su mano sobre la mía

No pensé que sonreiría como lo hizo, pero si pudiera enmarcar un cuadro seria esa sonrisa, fue como ver la inspiración encarnada en una persona y sus ojos eran el mismo océano que se encuentra con el cielo al terminar su camino.

¿Te digo un secreto? –Dice en lo que puede llegar a ser un susurro

¿Tienes tanta confianza en mí como para decírmelo? –sonrio subiendo mi mirada para encontrarme con esos ojos que tanto me gustan

Si no la tuviera –Hace una pausa y se acerca a mi oído, haciéndome tensar completamente –No estaría aquí en tu cuarto, sino que estaría abajo, tratando de no sentirme incomoda

¿Te sientes incomoda abajo? –Digo esta vez aprovechándome de su proximidad para darle un beso lento en la mejilla, a lo que siento que se estremece

Claro, no estás tú, así que no me importan las personas que están en esa planta baja –Acomoda su rostro quedando a centímetros de mi, en ese momento pude sentir como mis mejillas ardían, y como mi respiración se entre cortaba, noto como sus ojos se posan en mis labios unos segundos que pudieron ser eternidades para los mismísimos dioses, y prosigue a sonreír. No sé con qué fuerza no la bese, no sé cómo no me lance sobre ella, mi cuerpo no reaccionaba en lo absoluto, me sentía inmovilizada, como si quisiera ser besada en vez de besar. De que me beso, lo hizo pero no en donde quería, aunque de todas formas fue excitante y alentador. Había una probabilidad algo pequeña de que a Megara le gustara, y esta vez le dejo claro. Su beso fue en la comisura de mis labios, fue lento y desgarrador. No me dijo el secreto, pero sus acciones me dijeron otro mas grande, aunque me dejara parada por mas de cinco minutos pensando lo que había ocurrido, fue una de las mejores experiencias que he tenido, y señores... he tenido buenas experiencias, pero ninguna que me volviera loca por una persona.