20 años atras:
Todos los años son iguales, el primer día de clases nunca es de mi agrado, y es que en realidad no me gusta ir aquel lugar tan frío, y no me mal interpreten me gustan los lunes, me gusta ocupar mis días con actividades que pueden llegar a ser innecesarias para muchos, pero lo que no me gusta de aquel lugar son las personas con las que me toca compartir, todas las niñas mi miran mal porque los niños siempre me buscan y es súper frustrante para mi con apenas diez años, porque no entiendo que ven de lindo en aquellos niños, los temas que hablan son tan rústicos, y son cochinos y no las comprendo.
Megara —grita mi madre desde el piso de abajo —vas a llegar tarde a tu primer día de clases
No quiero ir —bajo las escaleras refunfuñando —no me gusta el colegio
Ay mi amor —se acerca para acomodar el lazo que se encuentra en mi cabello —no vamos a discutir nuevamente sobre algo que no me quieres explicar
Pero mamá —me quejo
Nada de mama, ve —me abre la puerta —Alfredo te espera
Otras de las cosas que no entiendo es como aquel chico tan joven trabaja para mis padres, aunque la verdad el no me incomoda, ya que siempre está callado y lo que hace es escuchar lo que digo.
Buen día Alfredo —digo al montarme
Como todos los días un escaso "hola" sale de sus labios, y yo el resto del camino me dedico a quejarme de lo que aún ni siquiera comienzo a vivir. Al llegar me despido y con toda la flojera del mundo camino por aquel pasillo. Me dirijo a la coordinación para buscar el "horario" que como todos los años sólo varían una o dos materias, ya que apenas voy en sexto grado. Saludo a la Sra. Marta, es una mujer muy dulce de unos sesenta años de edad, de facciones latinas y la verdad me encanta cuando me da dulces. Ella me retiene unos segundos diciéndome lo grande que estoy, y lo linda que me encuentro aquello siempre alegra mis mañanas, ya que en aquel lugar sólo me miran mal. Al entregarme el horario noto que no es mi tipica sección.
Marta —digo con un tono de voz suave —debe haber un error
¿Por que cariño? —dice con una de sus típicas sonrisas
Es que esta no es mi sección —le digo encogiéndose de hombros
¿Tu madre no te dijo? —me toma la mejilla de forma cariñosa —ella vino a cambiarte de sección solo para ver si era aquel tu problema con el colegio
Aquello me hizo sonreír, mi madre siempre era así, muy rígida pero por detrás siempre buscaba la forma de que yo fuera feliz. Me retiré de la coordinación más feliz que nunca, y mientras caminaba al aula de la sección "A" los nervios me atacaban, y si me volvían a apartar, o si no les caía bien ni a los mugrientos niños.
Me quedé congelada en la puerta sin poder entrar, sólo miraba aquella manilla hasta que siento un toque en el hombro, al voltear me me consigo con unos ojos verdes oscuros mirándome.
Sólo tienes que darle vuelta y se abre —me dice divertida lo cual me hace arrugar el ceño
Eso lo sé —respondo casi de inmediato
¿Entonces? —alza una ceja aún divertida de la situación —dudo que se abra por poderes mentales, Oh Dios ¿tienes poderes mentales? Si es así, no debí interrumpirse
Y aunque no quisiera, aquello me hizo reír —no tengo poderes mentales, sólo estoy nerviosa
No entiendo, ¿por que? —esa pregunta me hace suspirar
Porque soy nueva en este salón y... —no me deja terminar cuando toma mi mano y abre la puerta
Descuida, no hay monstruos sólo niños fastidiosos y niñas mimadas —me arrastra adentro del salón casi contra mi voluntad y de golpe se detiene y se da la vuelta mirándome intensamente —ahora que lo pienso eso es peor que los monstruos
Y si, aquello me hace volver a reír, aquella niña es muy rara, pero demasiado graciosa, sus ojos son sumamente apagados pero muy lindos, y su cabello es sumamente largo y muy pero muy lindo. Ahora que lo pienso parece una muñeca de esas con las que sois jugar.
Te vas a sentar aquí —me dice —a mi lado, así cuando muestres tus poderes mentales podré verlos
No te burles —me Quito el bolso poniéndolo en el espaldar de mi asiento —a lo mejor si tengo poderes y tú no sabes —me siento correctamente y volteo a verla, ella se sube sobre el pupitre lo cual me hace darme cuenta que ella es todo lo contrario a como soy yo
Lo sabía —dice convencida lo cual me hace reír
La verdad es que le iba a decir algo más pero llegó la profesora y la regaño por su forma de estar sentada, y su manera de responderle hizo que toda la clase se Riera, aunque la sacaron de clases y no la vi más. Me aburrí un poco en matemáticas, pero de todas formas preste mucha atención
A la hora del recreo, varios niños se me acercaron, pero como siempre solo asentía y les sonreía por educación como me enseñó mi madre.
Me llamo Mack —dice aquel niño despeinado apuntándose a el mismo, sus cabellos eran castaños, y sus ojos sumamente oscuros
Un placer Mack —le respondo sacando mi merienda —Megara
¿Eres nueva en el colegio? —me pregunta curioso
No —digo llevándome el sándwich a la boca
¿Segura? es que no te había visto —dice mirándome muy directamente lo cual me incomoda
Mack —grita aquella niña divertida de la mañana —tu abuela te busca en coordinación
Aquel niño se sonroja y algo apenado sale del salón, yo solo sonrió aliviada.
Buen provecho —me dice la misma niña
Gracias —respondo por educación, ella se sienta en la silla de al frente con las piernas abierta, parece un niño lo cual me hace sonreír ya que definitivamente es muy diferente
Me mostrarás tus poderes alguna vez? —pregunta sería lo cual me hace volver a reír
Es en serio? —le digo luego de parar de reír
No, sólo no sabía que decir —me contesta encogiéndose de hombros
Puedes comenzar por tu nombre, porque llamarte niña de las locuras no suena bien —sonrio de medio lado
Oh Dios verdad —se da en la frente suavemente con la mano —eso se supone que se hace al principio —sonrie ampliamente —Jade swaert a tus servicios niña de los poderes
Me gusta mi apodo la verdad —le digo con media sonrisa —pero mi nombre es más lindo, así que un placer, Megara Rwe.
A los minutos llega mack a la puerta y grita —mi abuela no estaba en coordinación Jade
¿Ah no? —me guiña el ojo antes de voltearse para mirar a mack —debi equivocarme entonces
Aquel día fue el comienzo de muchos momentos junto aquella extravagante niña, la niña de las locuras.
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El cielo de tus ojos. (Lesbico)
RomanceSi lo que dicen es cierto, y uno solo se enamora una vez en la vida, no me había enamorado hasta conocerla a ella. Y es que, no solo tenia una sonrisa espectacular sino que cualquiera se ahogaba con solo intentar nadar en sus ojos azules. Me llamo...