14. Crisis

6K 332 30
                                    

No supe que contestarle a mi madre, así que simplemente sonreí sentándome en el banco para meter mi cara en mis manos. No soy de hablar de mi pasado, ya que lo bloquee, creí que venir aquí nos haría nuevamente una familia, que mi padre no me levantaría la mano mas nunca, que su promesa era real, pero otra vez, me doy cuenta que las palabras son solo eso... palabras. 

No se cuando comencé a llorar, pero mi madre me rodeo con sus brazos, y todos los recuerdos me golpearon, con mis manos temblando sujete aquel anillo que colgaba de mi cuello, y trate calmarme, consiguiéndolo. Me separe y le dedique una leve sonrisa, demasiada forzada.

Disculpa mama -Digo con un hilo de voz

sus manos tomaron mi cara y me sonrió -Por que te disculpas mi amor? no es tu culpa, ya todo paso, no dejare que vuelva a poner un dedo encima tuyo, me divorciare -dice con un semblante mucho mas serio 

pero tu lo amas -Digo bajando la mirada, yo amo a mi mama, y no quiero que por mi se llegue a sentir triste, soy capaz de sacrificarme por ella

Pero te amo mas a ti -dijo limpiando los rastros de lagrimas que estaban en mis mejillas, se escucho como la puerta se abría y ambas volteamos para ver nuevamente a megara, que traía en sus manos otro uniforme, y una toalla, esa mujer es perfecta.

supuse que no quieres salir así -Me dice colocando aquella toalla en mi cabeza y sentándose a una distancia moderada 

Supones bien -Trato de que mi voz salga algo mas alta, no lo consigo pero mi respuesta sigue siendo arrogante 

me alegra tenerte de vuelta -nunca han tenido un  déjà vu? porque yo acaba de tener uno, y aquella frase me hizo reír

Gracias por todo profesora Megara -Dice mi madre, y como antes, ni ella ni yo la tomamos en cuenta 

Mi deber es cuidar de mis alumnos, así que no se preocupe -Mi madre forma su típica sonrisa de "no te creo nada" que yo conozco muy bien

De todas formas, es admirable, golpear a un colega para defender a una alumna, llevarla en brazos a la enfermería,  calmarle de un ataque de pánico y comprarle un uniforme -Megara se tenso de inmediato -es una estupenda profesora -esto me divertía un poco, porque se que mi madre trata de quebrar las murallas de mi pelirroja

s-si -Rie nerviosa y se levanta -Bueno, este... -Me mira y luego a mi madre- estoy para ayudar -y como si aquel lugar le sofocara comienza a caminar a la puerta y antes de salir mi madre habla 

Profesora Megara -Esta voltea de forma muy tensa lo cual hace que me ria, y ella me mire mal -Esta noche venga a casa a cenar con nosotras -Esas palabras hicieron que volteara a ver a mi madre 

no es necesario -Dice de manera nerviosa

No es una invitación, mas bien se lo exijo -Dijo ella de forma calmada y como si las palabras no le salieran de su boca, megara solo asintió y salio del lugar

Mama... -digo levantándome para comenzar a cambiarme 

nada de mama, esta noche me dirás que es tu novia, ella cenara con nosotras, le haré sentir algo presionada, terminara diciendo cuales son sus verdaderas intenciones y todos felices -Dice sonriendo

como sabes que... okey no, es una pregunta tonta - me rectifico -podías no haberla asustado al menos, y sus intensiones no son malas... -termino diciendo en un susurro mientras termino de abotonar la camisa 

lo se -suspira- pero quiero conocer a esa intrigante mujer 

Luego de aquella extraña conversación con mi madre, ambas salimos de la institución con nuestro amigo "el silencio", al llegar a casa subo corriendo a mi habitacion y me encierro.

Mi cuarto me define en todos los sentidos, ahora que estoy recostada en mi puerta y le detallo, es como si viera mi alma, dicen que el color blanco es pureza pero para mi, el blanco es mas como la nieve, representa la soledad, el frió, el silencio, y esos sentimientos mas recónditos. Nunca he pensado en otro color para las paredes de mi cuarto, y menos para la mesa que esta al lado de mi ventana, mi cama pegada a la pared, y cuadros en donde se pinta la típica familia feliz. No entiendo esos cuadros en donde todos salimos sonriendo pero cuando no hay una lente al frente de nosotros, cada uno toma su camino. 

De un momento a otro coloco seguro a la puerta y me acerco al cuadro en donde sale mi padre abrazándome, le tomo en mis manos y como si este quemara las lagrimas salen con amargura, pego el cuadro con todas mis fuerzas contra la pared, y asi con cada uno que esta sobre aquella mesa, el sentimiento es desgarrador comienzo a temblar, y como si el sonido se apagara a mi alrededor, comienzo a lanzar cosas, se que esto es una de las crisis que vivia en aquel tiempo de mi vida que suprimí hasta olvidar, hasta el punto de creerme aquello de la familia feliz. Lloro, lloro por minutos, segundos o quizas horas, hasta que ya no sale nada de mi, solo miro aquel techo sin color, recomponiendo me nuevamente. Comienzo a escuchar los leves golpes en la puerta de mi cuarto, notando por primera vez que mi madre seguramente me estuvo llamando.

Camino a la puerta y como si de una tormenta se hubiera tratado abro, notando las lagrimas que bajan por las mejillas de mi mama. Suspiro y fuerzo una sonrisa, cerrando la puerta tras mi salida. 

que hora es? -pregunto pasando por su lado, dirigiéndome a las escaleras

Hija... No estas bien, tanto te cuesta abrirte conmigo -dice con una voz quebrada 

No te preocupes, solo fue la molestia del momento -digo, y prosigo a bajar las escaleras. 

Al llegar a la cocina, noto que han pasado varias horas ya, decido que no almorzare ya que pronto sera la cena... Recuerdo que vendra Megara y salgo corriendo al piso de arriba, al llegar a mi cuarto, noto la puerta abierta y cuando entro veo a mi mama tocando la mesa ahora vacía.

A decir verdad, hay vidrio por todo el piso, las fotos estan vueltas trizas y mi cama parece que hubiera entrado un huracan. Suspiro nuevamente de forma audible captando la atencion de mi madre.

voy a ducharme, no quiero que Megara me encuentre con la ropa del colegio todavia -Camino al closet y saco un pantalon negro tubo, y un sueter gris, le doy una mirada nuevamente y antes de salir recuerdo que no he verificado mi telefono. le saco del bolso y noto que tengo tres llamadas perdidas, y 348 mensajes de whatsapp. vuelvo a suspiras y prosigo a salir.

Tome una tina de burbujas con olor a vainilla y me pongo a pensar sobre el dia, en eso mi teléfono comienza a sonar y le atiendo.

Gracias -Digo con una leve sonrisa en mis labios

si cada vez que te llamo me agradeces, seria muy raro -dice riendo levemente 

no seas tonta Meg -viro los ojos y rio suavemente tambien 

por ti, puedo fingir ser tonta -algo en mi sabe que esta sonriendo al otro lado del telefono, asi que yo tambien termino haciendolo 

De todas formas gracias -digo al mismo tiempo que cierro mis ojos para disfrutar del agua y de su voz 

te quiero... -Y al escuchar eso abri los ojos de golpe y cuando fui a contestar me tranco 

Me termine riendo por su parte infantil, acaba de arreglar mi dia con dos simples palabras y se avergüenza de decirlo. Pense en llamarle, decírselo y colgar. pero se me ocurrió que es mejor en un momento en donde pueda ver su reacción, y que mejor que esta noche... no?



El cielo de tus ojos. (Lesbico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora