El cielo de tus ojos. (Lesbico)

12. Dominante

No sé en qué momento lo que empezó como un beso simple de sentimientos se convirtió en algo mas carnal, mas fuerte, nuestras bocas se devoraban la una a la otra, coloque mis manos en sus mejillas mientras ella me retiene contra la pared para despegarnos, (si, necesitaba eso que llaman oxigeno), nos miramos a los ojos, y puedo ver como de ese mar tan tranquilo en su iris brilla una tormenta en donde la lujuria navega. En cuestiones de segundos toma mis manos que se encontraban en sus mejillas y las levanta sobre mi cabeza aprisionándome no solo con su cuerpo sino que inmovilizándome, la rudeza con la que me toma me excita de una manera antinatural, su respiración colisiona con mis labios y aunque pienso que me va a besar solo sale de sus labios una sonrisa picara, siento como con su mano desocupada (porque si, tiene mucha fuerza, y me toma los dos brazos con solo una mano) recorre con su uña mi muslo, levantando mi falda suavemente, mi respiración es agitada al sentirla cada vez más arriba, acaricia sobre mi ropa interior haciendo que cierre los ojos, y trague saliva fuertemente, sus labios besan suavemente mi cuello mientras baja su mano por mi vagina y siento que de esos labios sale una sonrisa.

Que excitante –Dice sin quitar aquella sonrisa que me vuelve loca –Esta empapada señorita, y en un área educativa... Creo que merece un castigo.

¿C-Castigo? –Tartamudeo muy nerviosa

Ella solo me dedica una sonrisa, baja mis brazos sin soltarles y me jala a la mesa, me lanza sin algún tanto, tumbando todo lo que estaba encima dejándome boca abajo, con la vista más apetecible que hay de mis glúteos y vagina, abre un cajon de madera del mismo escritorio, mis ojos se abren fuertemente al ver que saca unas esposas, y sin perder tiempo se coloca al frente mío.

No temas chiquita, solo será un castigo leve –Antes de que objete ya tengo mis manos esposadas he inmovilizadas contra un tubo de metal que está en la misma mesa, su propósito es colocar informes en el, aunque ahora descubrí otra manera de usarlo.

Siento sus manos en mis glúteos, masajeando suavemente, sin retirar aun mi ropa interior, aunque mi falda, bueno esa es otra historia ya que está completamente levantada dejándole ver todo de mí.

Me siento tan expuesta y tan excitada que mi boca está totalmente seca.

Cuando reacciono de mis labios a salido un gemido algo alto, al sentir una nalgada fuerte.

Princesa, no tan alto –Dice acariciando en donde me ha golpeado, para volver a repetir aquella acción, se siente un picor que termina gustándome, gemí nuevamente pero no tan alto, mordiéndome el labio inferior.

Acaricia mi vagina lentamente sobre mi ropa interior, haciendo que me tense ya que estoy completamente mojada y ella lo sabe, mientras apoya su cuerpo levemente sobre mí y al llegar a donde se encuentra mi oreja morderle suavemente, otra nalgada impacta, esta vez mas fuerte haciendo gemir.

Meg –digo en medio de aquel leve gemido, sintiendo su sonrisa en mi oreja, haciendo que se retire, y sin alguna delicadeza baja de golpe mi ropa interior, no me imagino lo expuesta que puedo esta, su mirada debe estar penetrándome en este momento, sus manos hacen que abra mas las piernas sintiendo el frio aire del lugar tocar mi centro, suelto un leve suspiro de excitación mientras siento sus uñas recorrer los labios de mi vagina, la espera me está carcomiendo, la necesito... Como si pudiera leer mis pensamientos se ríe victoriosa, y se levanta tomando con brusquedad mi cabello, tirando mi cabeza hacia atrás, levantando un poco mi espalda y mi trasero para su diversión esa acción hace que suelte un gemido de dolor y placer en ello.

¿Quién manda? –Dice sin soltar mi cabello, no me da tiempo de contestar cuando su mano impacta sonoramente mi glúteo

Ah... –Llego a poder decir antes de soltar el gemido, creo que se impacienta al no recibir contesta de mi parte, vuelve a nalguearme esta vez un poco más fuerte, el picor es grande pero la excitación es mayor asi que el placer le gana al dolor por primera vez