Pov Rose:
Tres años antes:Siempre he tenido una vida casi perfecta. Se preguntaran el porqué digo casi. Bueno, desde los diez años me enamoré perdidamente de mi vecina de al frente, todas las mañanas la veía irse junto a mi hermana mayor Amelia, quien en aquel momento todavía estudiaba en el mismo colegio que yo.
La verdad es que mi familia es peculiar, mi madre Anaís es diseñadora de modas, y mi padre Mathee es locutor, ambos de nacionalidad irlandesa, es decir, rubios y blancos. Amelia es seis años mayor, siempre ha sido la niña mala pero de buen corazón, siempre me sobre protegía, y me mimaba, en el momento en el que me empezó a gustar la vecina, puse un muro entre mi hermana y yo. Creo que el miedo me hizo alejarme y cerrarme completamente. Ella no lo tomo tan bien, me preguntaba que me pasaba y porque ya no le contaba las cosas, y yo solo le decía que uno crece y cambia. Por favor, una niña de diez años diciéndole a su hermana de dieciséis aquello es medio absurdo. Sin embargo con los años me dio mi espacio.
Hoy es mi primer día en segundo año de bachillerato, para mi mala suerte mi hermana y su mejor amiga, es decir mi vecina me llevan al colegio. Ellas estudian en la misma universidad, así que casi todos los días mi vecina, va a la casa.
Apurate Rose que tengo diseño a primera hora y no puedo llegar tarde —Grita Amelia desde el piso de abajo
Tomo mi bolso y mi cámara de fotografía antes de salir del cuarto. Bajo las escaleras de dos en dos y al llegar la veo, allí está parada junto a mi hermana, sabrina... Mi vecina.
Su cabello marrón cae más abajo de los hombros, trae unos pantalones blancos ceñidos al cuerpo y una camisa negra con un perfecto escote. Su piel es tostada haciendo resaltar sus ojos grises.
¿Nos vamos? —pregunto tajante al llegar al lado de ellas
Buenos días Amelia, ¿como estas? Yo estoy bien, ¿que tal tu sabrina?—dice mi hermana volteandome los ojos —la educación no vendría mal
Pensé que estabas apurada —le digo pasando delante de ella sin alguna expresión, evitando los comentarios anteriores
Ella sólo suspira de forma audible y abre el seguro del carro, camino al colegio voy mirando por la ventana, la verdad es que me gustaría observar a sabrina, pero no puedo ser evidente, así que mi plan es evitarlas lo más que puedo, se que es un plan tonto pero es seguro y a mi me gusta la seguridad.
Al detener el carro abro la puerta, y le cierro cuando me encuentro afuera, Amelia baja la ventanilla y me mira, se que quiere decirme algo pero yo solo muevo mi mano y prosigo a caminar, escucho como vuelvo a suspirar y aunque quiero regresar y decirle muchas cosas sólo sigo caminando.
Al entrar al salón de clases busco un puesto vacío, y veo uno justo al lado de una chica que no había visto antes. Camino hacia este y al llegar me siento, la verdad es que veo el bolso de Thalia pero no la veo a ella, debe estar haciendo alguna de sus estupideces.
Siento una mirada en mi, así que volteo a la izquierda tomando por sorpresa a aquella chica, ahora que la veo bien parece de porcelana, su piel es muy blanca, sus cabellos son negros con perfectas ondas algo largo, y sus ojos son de color miel. Veo como comienza a sonrojarse lo cual me hace sonreír, y es que ahora que lo pienso la he estado viendo mucho.
H-h-h —veo como cada vez está más roja y suspira, eso me hace reír ya que se nota muy nerviosa, le doy su tiempo para que pueda continuar, o comenzar más bien —hola —tardo mucho para decir aquello pero algo en mi hace que le sonría
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El cielo de tus ojos. (Lesbico)
RomanceSi lo que dicen es cierto, y uno solo se enamora una vez en la vida, no me había enamorado hasta conocerla a ella. Y es que, no solo tenia una sonrisa espectacular sino que cualquiera se ahogaba con solo intentar nadar en sus ojos azules. Me llamo...