Perspectivas

1.6K 131 6
                                    

(Edge of the dark/ Armon Jay)


El vacío, todos hablan del vacío sin tener demasiada noción de lo que realmente es, pero él si que lo hacía.

El vacío era la nada, la nada misma, ese punto donde no sabes qué es qué, aquel momento en el que tu no eres, solo estas para el resto porque te ven, pero tu no ves a nadie, no hay corazón, no hay mente, no hay dolor ni felicidad, ni amor ni odio. El vacío era lo que lo había acompañado los últimos tres años.

No está seguro de cómo ha podido salir sin que se dieran cuenta, luego de haberse colado en la casa vecina se tuvo que esconder dentro de una piscina mohosa con el jardín más amplio que había visto, por un momento incluso pensó en devolverse a la casa que rato atrás había estado espiando, era segunda vez en aquel día que la visitaba pero simplemente no podía convencerse de lo que había visto.

<<No quiero ser yo el que te diga que tu familia esta destrozada>>

Después de haber visto a Callie no pudo volver con Lepbinia, no podía mentirle a la cara, no después de todo lo que le había prometido, de la confianza que ella había conseguido depositar en él.

Hizo lo único que su perturbada y maltrecha mente le sugirió, fumó y bebió, tanta marihuana entró a su sistema que cayó sobre el destartalado colchón de la habitación que rentaba hace un par de meses y durmió al menos cuatro horas a pleno día.

Ella creía que el dolor suyo era demasiado grande como para que precisamente él la entendiera, pero toda una vida encerrada en la burbuja de seguridad que sus padres le habían formado la hicieron egocéntrica, la chica no podía estar más equivocada porque Harry no solo la entendía, sino porque él conocía de primera fila lo que era perder todo, perderlo realmente, sin tener ni la más mínima esperanza de recuperarlo.

<< No soy tu jodida hermana, ella está muerta así que deja de intentar sentirte mejor contigo mismo y usarme a mí para reemplazarla. ¡Deja de mentirte!>>

Mientras dormía el rostro de Gemma apareció como volutas de humo que se disolvían una tras otra, restregándole una y otra vez la familia que ya no tenía, su cabello rubio cuando tenía la edad de Callie se sacudía por el viento frío que le hacía temblar los labios, se removió inquieto mientras el rostro de su hermana adoptaba la forma más delgada y pecosa de la hermana menor de Bini, las manos bañadas en sangre lo apuntaban <<Esto es tu culpa>> Lo era, y la niña lo sabía, porque él le había arrebatado la vida a su hermana mayor cuando la sacó de ese hogar tan acogedor.

<<No pienses que eso me detendrá, yo te demostraré que no soy una niña>>

Los gritos de Callie lo despertaron alterado, sudando y tembloroso, el efecto de la droga seguía demasiado fuerte como para permitirle pensar con claridad <<Quizás no es más que un mal sueño>> aunque para esas alturas, su vida y las pesadillas no tenían un espacio demasiado amplio, la similitud escalofriantemente estrecha entre ambas cosas lo remecía al punto de aturdirlo y no permitirle ver diferencias.

Se levanto con la cabeza abombada y un deseo de vomitar que a penas si podía contener y se dirigió nuevamente a la casa que él había destruido al sacar a Lepbinia. Ya estaba oscuro y el frío usual del lugar le erizaba la piel, solo quince minutos lo separaban de aquella casa, así que no tardo demasiado en colarse con sigilo entre los arbustos del lugar.

La casa tenía una portada de suburbios, conocía la distribución de habitaciones demasiado bien como para cometer algún error, había estado allí decenas de veces antes, conocía la habitación de Lepbinia al revés y al derecho, desde el motivo florido rosa que cubría las paredes hasta las cortinas lilas que se agitaban tras el ventanal abierto. La habitación de Bini estaba justo encima del comedor de diario, su ventanal daba a un balcón que quedaba frente a un enorme árbol tan frondoso que cubría la mitad de la muralla este de la casa. La había visto cientos de veces sentarse a leer en una silla cubierta con una manta las tardes de los fin de semanas, fue por aquel enorme tronco que trepó para observar a través del ventanal la demacrada imagen de Callie.

CautivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora