(Be there/ Seafret)
La chica juega con el cereal de su tazón mientras divaga entre recuerdos infinitamente lejanos para revolcarse un poco en la tristeza que siente, no habla, ha dejado de hablar hace ya dos semanas y la verdad nadie ha tenido la intención de que lo haga.
Es un avance, que juegue con el cereal es un avance, porque al menos intenta comer, porque al menos realiza una acción semi consciente.
<<¿Por qué? ¿Por qué se la han llevado?>>
Se cuestiona una y otra vez sin dejar de llorar, observando como las lágrimas se mezclan con la leche del cereal. No quiere ser el centro de atención, no quiere preocupar a mamá, pero no entiende como pueden seguir con sus vidas después de que Lepbinia ha desaparecido de la nada.
-Mamá, este sábado hay partido –habla Matus mientras baja las escaleras, lleva su mochila a rastras y el pelo sin cepillar.
-Está bien, te acompañaré –no lo entiende, no solo no los entiende, los detesta, los desprecia por actuar tan naturales cuando su hermana ha desaparecido y ellos no hacen nada por encontrarla, no van ellos mismos a buscarla.
<<¿Pero por qué se fue?>>
No se ha ido por voluntad propia y eso es un gran alivio, pero se la han llevado, ¿no debería ser peor aquello? La odia por no ser cuidadosa, porque la necesita. Cuando aquel hombre había entrado a la alcoba le ha prometido que ella estaba bien, pero ella no podía creer nada mientras no lo viera. Callie no era una chica tan embaucable.
-Mamá no quiero comer más –escucha nuevamente a su hermano que se queja por banalidades y ya no lo soporta, ya no soporta más esa hipocrecía tremenda en la que está viviendo, porque todos son unos idiotas, todos son egoistas, todos merecen sufrir por no pensar en Lepbinia como ella.
Entonces explota, grita con rabia porque nadie merece a su hermana, ni matus, ni mamá, ni papá. Toma el tazón y lo lanza al piso mientras llora desconsolada gritando lo que siente, que Lepbinia era demasiado para que ellos la olvidaran.
Escucha a su madre llorar, su padre le grita que se detenga e intenta cogerla por las manos para que deje de tirar todo al piso, pero ella está en otra dimensión, está volando metros sobre el cielo.
Papá ha logrado sujetarla y la intenta abrazar por la fuerza, mientras sus piernas delgadas lo golpean una y otra vez en el aire, empuja con toda la fuerza que tiene la mesa donde recién jugaba con el tazón empujando a su hermano en el camino.
-¡Callie ya basta! –el grito de su madre resuena en la casa que durante esas últimas dos semanas ha dejado de ser un hogar, la niña deja de pelear mientras permite que los brazos de su padre la conforten, intentando desahogar todo lo que siente en un llanto cargado de dolor -¿Realmente crees que por un segundo no pensamos en ella? –los ojos marrones de su madre la observan ojerosos, rojos y anegados de lágrimas –Por supuesto que lo hacemos, por supuesto que deseamos morir a cada segundo que no aparece, pero también tenemos un hogar que no puede destruirse, porque los tenemos a ustedes y no podemos hacer como que no existieran, no podemos dejar que esto se desmorone, por Lepbinia debemos no rendirnos, porque estando unidos es la única manera en que podemos hacer algo.
La chica se ha quedado en silencio con los ojos repletos de rabia, tristeza y también comprensión, porque sabe que su madre dice la verdad.
-Ya Marie –dice su padre sin soltar a su hija aún –está bien, ha entendido –como siempre intercediendo, intentando protegerlos.
Un silencio sepulcral a llenado cada recóndito lugar de la blanca cocina donde Bini solía bailar mientras su madre cocinaba el almuerzo los fines de semana.
Matus se ha quedado varado temeroso al oir los gritos mientras sus grandes ojos no dejan de moverse de un lado a otro dentro de la habitación esperando que alguien haga algo, quiere llorar porque sabe cual es el motivo de la discusión, Callie se ha molestado porque él tenía partido de futbol y se lo ha expresado a mamá, piensa que él no la extraña, pero lo hace, vio como sus padres lloraban porque su hermana mayor no aparecía y comprendió que no se había ido de paseo con sus amigos como otras veces, mamá ha intentado fingir que está todo perfecto, pero él la ha escuchado llorar durante la noche todos los días desde que Lepbinia desapareció, él la ha escuchado desde la puerta donde abraza su manta porque no puede dormir. Es su culpa que Callie se haya enojado, pero él no puede dejar solo al equipo de la escuela.
Ve que papá se la lleva por las escaleras mientras le pasa el brazo por los hombros, hablándole bajito.
Georgui observa a su madre desde la puerta que colinda con el comedor –mamá ¿Estás bien? –le pregunta caminando hacia ella y cuando alcanza la isla que esta en medio de la cocina le pone la palma sobre la mano de ella que descansa temblorosa –ella solo no sabe que hacer porque la extraña demasiado –dice él observándola a los ojos, no es un chico de muchas palabras, no llora todo el día y se limita a hacer lo que debe en la escuela para no causar más problemas.
Le gustaría transmitirle a Callie confianza en que aparecerá, recordarle que mientras más escandalos haga más fuerzas malgastan sus padres pero no sabe como hacerlo, cada vez que se ve fuera de la habitación de Lepbinia para consolarla olvida las palabras preparadas y se queda petrificado al ver en lo que su hermana de 14 años se ha convertido –no entiende que no se trata de eso.
Matus sigue congelado en el lugar y cuando está a punto de romper a llorar su hermano mayor le sonríe y se acerca hasta él para tomarlo en brazos como ha hecho desde que Matus tiene recuerdos.
-Hey enano ¿Estás listo para ir por esos puntos al arco? –le cuestiona sin darse cuenta que ya no llegan al entrenamiento de los sábados al mediodía.
El pequeño no contesta la pregunta, en lugar de eso hace un puchero.
-Callie se ha puesto así por mi culpa ¿Verdad gui? –le pregunta con esos ojos llenos de inocencia que se esconden tras unas pestañas infinitas.
-¡Por supuesto que no! –responde sonriendo mientras le desordena aún más el cabello –¿Hey que tal sin mejor nos quedamos mirando una pelicula? –Matus asiente en silencio no demasiado convencido de querer divertirse.
-Solo si es Toy Story –dice pasando sus brazitos por el cuello de Georgui que lo saca fuera de lo que ha sido el último campo de batalla.
Los pensamientos de cada uno van y vienen
<<Ninguno hace nada por encontrarla>> dice Callie.
<<Todo ha sido culpa mía>> piensa Matus.
<<Mamá solo resiste, aparecerá>> intenta convencerse Georgui.
<<Lepbinia, ¿dónde te has metido hija?>> Se pregunta papá.
<<Esta familia se irá abajo antes de que cualquiera pueda hacer algo>> Decreta Marie.
Pero sin importar los conflictos y los miles y millones de pensamientos que puedan pasar por estas mentes, una sola idea brota a coro desde las consciencias y los corazones de todos quien aman a a Lepbinia.
<<Por favor Dios, no dejes que nada le pase>>.
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Pos bueno, me pareció interesante mostrar un poco lo que estaba sucediendo en otro lugar para crear un cuadro completo de la situación c: Espero que estén disfrutando la lectura n.n
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Cautiva
Teen FictionEl frío distrito universitario de Cambridge es el único hogar que Lepbinia Miller conoce, criada por dos padres preocupados, tres hermanos hermosos y una vida llena de amor, esta chica universitaria no sabe los múltiples caminos a los que la vida pu...