(Porcelain/ THE LUNAR YEAR)
<<"Cuando el universo apareció
y de ocre con rojo a las aves Dios pintó,
el brillo de las luciérnagas siempre acompañó
la hermosa sinfonía de las cascadas cristalinas,
que infinitas caerían para regar el eterno amor que por ti
siente mi corazón."
—Tu voz es hermosa mamá.
—¿Tu crees? —Río cuando sus manos me cosquillean la panza y observo sus ojos marrones, que parecen más brillantes que nunca. Asiento con una sonrisa mientras apretujo mi manta amarilla contra mi cuerpo—. Pues ya verás que tu harás cosas mucho más hermosas.
—¿Cómo lo sabes? —cuestiono cerrando mis pequeños párpados, deseando poder despertar de grande y ver que ella tiene razón.
—Porque las mamás siempre tenemos la razón —explica dejando un beso en mi frente, respondiendo a mi petición silenciosa de niña curiosa.>>
—Fallaste, no tenías la razón.
No necesito abrir los ojos para saber que Louis debe estar mirándome con cara de que he perdido la cabeza y es lo más probable, lo sé aunque no lo mencione y pues él lo sabe y lo menciona además.
—¿Recuerdos? —pregunta sonriendo con tristeza, pero la energía que tengo no me alcanza ni siquiera para ello, solo asiento dos veces con una lentitud abrumadora.
Creo haber tenido antes algunos pensamientos respecto al tiempo y lo superfluo que puede resultar, pero es inevitable que vuelva a esos reflexionamientos cuando día a día se me hace menos tangible.
Según Harry ya llevo aquí seis semanas.
Seis.
Seis semanas que para mí son una vida, una vida lo suficientemente dura como para transformarme en otra persona. Una vida eterna, pero al mismo tiempo lo suficientemente corta como para recordar cada terrible suceso como si hubiese pasado hace minutos atrás.
Me atrevo a decir que en el mundo no merecemos nada, ni las cosas buenas ni las malas. Solo somos como un tablero al que le arrojas dados, donde lo único que existe son las probabilidades de que los sucesos pasen y punto.
No entiendo a Louis, no entiendo por qué es así conmigo. Odio que a veces sea un capullo y otras un amigo, detesto su inteligencia porque competimos punto a punto cada batalla, preferiría que fuese un cabrón del que esté segura no puedo fiarme, porque a fin de cuentas me quedo patidifusa sintiendo que si confío nos va a traicionar y si no lo hago pierdo un buen aliado. Ni siquiera soy capaz de comprender su amistad con Harry, muchas veces dudo de su sincera amistad para con él, otras creo que son hermanos y al final termino como en todo lo que es mi vida, aceptando lo que sea, sin importarme nada. Recibiendo sus palabras hirientes un segundo y sus abrazos consoladores al siguiente.
—¿Y bien? —También me he acostumbrado a su poca proximidad, a que nunca esté a menos de dos metros de distancia de mí cuando se trata de vigilarme, como si temiera que le saltase encima en cualquier momento.
—Mis recuerdos son míos —explico mirando a la pared.
Extraño a Harry, no porque no lo vea, sino porque sé que los nervios lo consumen cada día un poco más, y me deja en el olvido, preocupado por devolverme la vida que ya no quiero, me deja sola junto a Louis esperando que Jamie no aparezca nuevamente a hacer lo que le plazca.

ESTÁS LEYENDO
Cautiva
Teen FictionEl frío distrito universitario de Cambridge es el único hogar que Lepbinia Miller conoce, criada por dos padres preocupados, tres hermanos hermosos y una vida llena de amor, esta chica universitaria no sabe los múltiples caminos a los que la vida pu...