Cautiva

Inevitable

(Wasting My Young Years/ London Grammar)

Ha sido un mal sueño, no, un mal sueño jamás. Estoy teniendo la peor resaca de mi vida y por eso me da vuelta todo incluso sin abrir los ojos. A la mierda, ojalá esto fuese por una buena juerga.

Quiero reír, no porque me parezca chistoso, sino porque me parece irónico el cómo finjo que las cosas están en normalidad cuando el corazón me late irregular, cuando puedo asegurar que nada es o volverá a ser como antes. Quiero recordar que ha pasado pero simplemente los recuerdos han desaparecido de mi cabeza, una punzada profunda me ataca por la nuca y es como si el dolor se intensificara al sentir la luz blanca golpeándome el rostro.

—Por favor Bini, despierta —dice Louis con un tono preocupado mientras siento sus dedos bajo mi cuello, creo que intenta tomarme el pulso, pero no tengo ánimos de comprender sus acciones, a decir verdad aún sigo debatiéndome sobre abrir o no mis ojos.

Un temblor me sacude el cuerpo bajo los brazos cuidadosos de Louis, y el leve brillo que se filtra entre mis párpados cerrados me obliga a intentar reaccionar. He perdido la consciencia, lo entiendo, pero... ¿Dónde?

—Creo que está despertando —agrega con efusividad, y quiero pedirle de todo corazón que cierre la boca, porque cada vez que suelta una palabra los oídos me pitan, siento que quedaré sorda.

En realidad mi mente no recuerda, pero mi cuerpo se siente como si entendiera perfecto lo que pasó e intenta con todas sus fuerzas recuperarse.

Agito los párpados intentando acostumbrarme nuevamente a la fuerte luz, mientras mis ideas se arremolinan volviendo al punto culmine en que he perdido la consciencia.

Lucho con demasiada fuerza para levantar mi cuerpo exhausto, para recordar. Pero no funciona, no obstante no me rindo, hago funcionar mi cerebro hasta que la respuesta me llega, me sacude y Louis me siente temblar en sus brazos. No hace falta más que una palabra para comprenderlo todo, y me niego, me niego a aceptarlo.

¿Es posible que esta sea la verdad de todo?

Mis ojos terminan de abrirse y se encuentran con los ojos azules del chico, siento la boca reseca y no estoy completamente segura de si es porque me he desmayado o porque el corazón está por salirse de mi pecho ante la idea que me ronda la cabeza.

—Lepbinia... ¿Puedes hablar? —No tengo muy claro el por qué es Louis quien me sostiene, ni siquiera puedo estar segura de que Harry se encuentre en la habitación aún, sus ojos brillan con espectación y algo más, precaución, algo ha visto en mis ojos que lo pone en defensiva.

Cierro los ojos nuevamente sin responder su pregunta, no sintiéndome preparada para enfrentarme al mundo, no deja de impresionarme la enorme habilidad de Louis para captar mi aura en general con solo mirarme a los ojos.

—Sí —respondo luego de procesar su pregunta, intentando deshacer el nudo que llevo en la garganta.

—Carajos, me tenías histérico —La voz de Harry aparece de pronto, me recuerda que sigue allí conmigo, puedo escuchar sus pasos al acercarse y siento sus labios sobre mi frente, sus brazos arrebatándome del suelo.

—Harry se cuidadoso —indica Louis con voz seria y tiene mucho sentido, porque me levanta demasiado rápido para que mi cuerpo se sienta cómodo.

—Debo salir —agrega ignorando la acotación de Louis—. Pero volveré pronto, lo prometo.

No respondo, no tengo ganas de hablar a decir verdad, siento un profundo deseo de vomitar porque... Dios mío, ¿cuál es la única opción por la que me secuestrarían y dentro de los planes estaría el hacerme exámenes?