Trazando caminos

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(Milk & Honey/ BILLIE MARTEN)


Un gemido de dolor se me escapa entre los labios mientras mi pecho sube y baja con lentitud. Me siento despertar de un sueño de días, los músculos agarrotados, como si comenzaran a sentir luego de semanas de quietud, gritan por atención y la cabeza ya a no más dar del dolor me indica que mis neuronas mueren poco a poco ante estos extraños ataques que me invaden.

No sobreviviré, sé que moriré muy pronto.

Una intravenosa se conecta al dorso de mi mano, y tardo unos segundos en reconocer el lugar que me rodea, de hecho me cuesta sobremanera enfocar la vista con la luz blanca de la consulta de Igor, pero cuando lo logro también caigo en la cuenta de que nadie yace en ella conmigo. Me levanto con cuidado para no marearme demasiado, así que pestañeando más de lo normal me fijo en lo que tengo cerca para sostenerme.

Sobre la mesa del ordenador se apoya un conjunto de exámenes que asumo han de ser los míos y la curiosidad puede conmigo, por lo que me levanto con inestabilidad y apoyándome de la camilla avanzo hasta que el tirón de la intravenosa contra mi piel me hace retorcer de dolor. Me la arrebato sin cuidado apretando los dientas para aguantar el dolor y me arrastro hasta el escritorio para coger los papeles con el pulso vacío.

El contraste del papel y las letras me marea otro poco, pero me recupero rápido, leo las palabras que si bien están en mi idioma no me dejan entender nada, en ellos aparecen listados de hormonas con sus rangos y mis indices de cada uno. Veo que casi ni un solo valor está donde debería, pero no me preocupa demasiado tiempo, pues mis ojos se fijan en el único punto importante del lugar, en el pequeño objeto de color blanco que yace en la mesa y estaba oculto bajo los exámenes, en la pantalla que se ilumina indicando la hora.

Observo incrédula el celular e intercalo un par de miradas hacia la puerta en tanto que mi mente procesa lo que está pasando.

Y siento que es el momento de la verdad, el momento en el que realmente me pregunto... ¿Quiero vivir?

Miro una vez más hacia la puerta.

Tengo minutos si es que no llegan justo ahora, debo decidir qué hacer en este preciso instante.

Entonces pienso en un segundo todo lo que he perdido, en mi familia, en mis amigos, en mi carrera, en Callie y por supuesto en Harry.

¿Quiero alejarme de Harry? ¿Puedo vivir sin Harry?

Lo visualizo allí, con sus ojos tristes y su sonrisa consoladora, acariciando mi mejilla con ese amor infinito que acostumbra y el corazón me pesa a tal punto que me arrodillo con el aparato en mis manos, llorando desconsolada porque nada en mi vida tiene sentido. Mi existencia dejó de tener sentido y recuerdo que incluso si salgo de este lugar, no lograré recuperarlo.

Conozco la respuesta a mi pregunta, sé qué debo hacer.

Mis dedos temblorosos tocan la pantalla rogando porque no esté bloqueado, ruego que sé es en vano porque siempre debo esperar la peor de las situaciones, y en efecto, la pantalla me solicita el código de cuatro números.

Mis dedos no esperan a mi cabeza y tocan la pantalla sin autorización.

1... 2... 3... 4...

El celular vibra y sobre los espacios, el mensaje "reintentar".

No puedo usar ningún numero rebuscado, puesto que no tengo idea de ninguna especie de fecha importante para el médico, así que nuevamente utilizo un código usual en la pantalla.

0... 0... 0... 0...

"reintentar"

Apoyo mi frente contra la pata de la mesa que tengo justo delante mientras me doy cuenta que no tengo que perder más el tiempo, entonces una idea me cruza la cabeza. Y si...

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