(Castle/ HALSEY)
Cuando tenía cuatro años, fuimos de vacaciones junto a mi familia a Perú. Decían que el Océano Pacífico se llamaba así porque era calmo, al menos comparado a cualquier otro y quizás una mezcla entre esa confianza infundada más el alboroto de la playa en temporada alta, llevó a mis padres a perderme de vista por un par de minutos.
El resultado de lo anterior desembocó en los segundos de desesperación más grandes de mi vida, al menos para ese momento, pues por un pequeño lapsus de tiempo no podía respirar entre el oleaje que empujaba mi pequeño cuerpo desorientado.
La sensación de querer respirar pero saber que no hay oxígeno a tu alrededor que pueda salvarte es enloquecedora. El pecho se aprieta, el estómago se revuelve como si fuese a vaciarse. Suelen decir que es como si tus pulmones se quemaran, pero no es cierto, cuando te ahogas, sientes como si un agujero enorme se abriese en tu corazón y nada pudiese llenarlo, un dolor punzante como si algo se atravesara, y te partiera el cuerpo a la mitad.
Increíblemente, ahora con todo el aire a mi disposición, el recuerdo de aquel episodio emerge en mi memoria, como si una vez más me rodeara de agua y no existiera forma de coordinar el movimiento de mis manos y pies.
Estoy en la parte b del plan.
Es decir, en aquella donde Harry no aparece cuando debía y me doy unos segundos para rogarle al cielo que llegue pronto. He atravesado un par de pasillos, para poder esconderme en el cuarto de procedimientos médicos, ese espacio estrecho en el que tiempo atrás Igor me contó lo impensable. Harry o Louis tendrán que atravesar esa puerta para que logremos salir al aire libre.
–... Las perras confunden a cualquiera, y parece que esta es de las que tiene magia entre las piernas.
Escucho a un par de hombres conversar, pasan cerca de la puerta y no necesito demasiado contexto para entender su diálogo, sé que hablan de nosotros. Harry es un traidor, y yo, yo soy la razón por la que ha traicionado a todos en aquel lugar. Si se queda solo, lo matarán, si se escapa conmigo... ¿qué? ¿qué pasará si huye junto a mí?
El picaporte suena con un leve click, lo que me indica alguien está por entrar al lugar, así que en un acto completamente instintivo, mi cuerpo se inclina con las piernas flectadas lista para saltar sobre quien sea está por ingresar.
–Lamento el retraso –susurra Harry luego de cerrar la puerta tras de sí. No lo pienso dos veces, empuño su remera para acercarlo a mí y beso su rostro con necesidad, sus labios, sus mejillas, su frente–. Me he tenido que deshacer de unos cuantos inconvenientes en el camino. Igor ya me ha avisado que se encuentra donde acordamos.
–¿Qué hay de Louis? –pregunto para saber si el plan va o no bien.
–Nos está esperando por el ala sur del edificio –responde mientras se vuelve hacia la puerta para acercar su oído a la madera. Todo parece estar en silencio, como si no hubiese ninguna otra persona dentro de esa fábrica.
¿Qué hacer? ¿Cuál plan seguir? No hay peor situación que aquella en las que tus posibilidades de perder o ganar son cincuenta y cincuenta.
Harry abre la puerta para mirar por la rendija, está tan consumido por la adrenalina, que no se da cuenta cómo lo observo, no es capaz de ver en mis ojos la lástima que despierta dentro de mí. ¿Puedes sentir lástima por alguien que amas? Siempre pensé que no, pero para estas alturas creo que van de la mano. La compasión no es más que acompañar en el dolor ajeno como si fuera propio y de alguna forma aquello es precisamente lo que funda nuestra relación.
Veo que asiente en mi dirección, señal de que es momento de avanzar. Su mano me sostiene con seguridad, no necesitamos hablar, a través de esa pequeña acción sé lo que siente... terror puro y duro, terror al inminente final de todo, terror a la idea o más bien a la certeza de que este es uno de los últimos minutos en que su mano estará tocando la mía. En cuanto lleguemos al bandejón central que dirige al sur del edificio, quedo por mi cuenta, debemos separarnos porque él se encargará de desarmar a quienes cuidan los alrededores, de forma que no puedan cortarme el paso, además cree que mantenernos separados aumenta las posibilidades de éxito en el escape, lo buscarán a él asumiendo que estará junto a mí para protegerme.
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Cautiva
Teen FictionEl frío distrito universitario de Cambridge es el único hogar que Lepbinia Miller conoce, criada por dos padres preocupados, tres hermanos hermosos y una vida llena de amor, esta chica universitaria no sabe los múltiples caminos a los que la vida pu...