Capitulo 30
Aparté la mirada del rostro angelical de mi pequeña para dirigirla hacia la puerta. Pude ver como se abría lentamente y por allí aparecí Jake, tambaleándose. Fruncí mi ceño y lo miré atentamente, esperando que aunque sea me insultara pero, en cambio, calló rápidamente al piso. ¿Qué? Pero...¿Qué le había pasado?. Corrí lentamente el rostro de mi pequeña de mi pierna para luego apoyarla sobre el sillón, dejando que siguiera durmiendo. Corrí hacia donde se encontraba mi hermano y me senté a su lado, inspeccionándolo. Mierda, no podía ser cierto.
-¡Jake!.-Exclamé molesta mientras golpeaba suavemente su rostro. Estaba ebrio y eso se podía notar con solo olerlo.
-Pero mira a q…quien tenemos aquí.-Sus palabras se atropellaban entre ellas haciendo que se le dificultara el hablar.
-¿Estuviste tomando?.-Pregunté aunque sabía perfectamente la respuesta. Tomé uno de sus brazos y lo pasé por detrás de mi cuello, intentando ayudarlo a levantarse, pero era imposible considerando que estaba casi dormido en el suelo.-¡Levántate de una vez, Jake! ¿Por qué haces estas estupideces?.-Pregunté molesta, él rió a carcajadas. ¿Enserio? ¿Solo se reiría?.
-Hermanita… ¿P…por qué no te vas con… con alguno de tus novios?.-Fruncí notoriamente mi ceño al escuchar aquello y por un momento la idea de dejarlo tirado en medio del pasillo inundó mi mente pero me negué rápidamente, no podía.. era mi hermano a pesar de que era un idiota.
-Cállate.-Ordené y me paré. Tomé su brazo y comencé a jalarlo, intentando que se levantara pero él parecía estar empecinado con quedarse allí, en el suelo.-Vamos Jake, te haré un café para que se te vaya un poco lo ebrio.-Comenté y él asintió o bueno… eso creo.
Se paró lentamente y, torpemente paso su brazo por detrás de mi cuello para luego comenzar a caminar en dirección hacia la cocina. No quería que mi pequeña lo viera en este estado, es decir… ¿Cómo e explicaría que su tío se había emborrachado si ni siquiera yo sabía el porqué de eso? Senté a Jake en un banco y él rápidamente dejo caer su cabeza contra la mesa. Caminé hasta la cocina y la encendí para luego poner a calentar el agua. Me giré y lo miré detenidamente, estaba mal, pero…¿Por qué? ¿Qué había sucedido como para que terminara como años atrás, emborrachándose? Él había tenido un problema con el alcohol luego de unos cuantos problemas en mi familia y, por lo que sabía luego de que se enteró de que estaba embarazada siguió tomando por un par de años más y luego lo dejó. Y ahora… había tirado todo a la borda por quien sabe qué cosa pero debía ser algo malo para bajar así sus “defensas”. El ruido de la pava avisando que el agua estaba lista me sacó de mis pensamientos y me giré para poder terminar de preparar el café. Serví un poco de agua en dos tazas y las revolví lentamente. Caminé hasta donde estaba él y posé la taza de café frente a su rostro, intentando que despertara pero al parecer tenía demasiado sueño…
-¡Jake!.-Exclamé, enojada.-¡Despierta!.-Grité al ver que no respondía.
-Me duele la cabeza, ¿Podrías dejar de gritar?.-Murmuró irritado con la cabeza aun apoyada en la mesa.
-Toma el café, tal vez se te vaya un poco lo ebrio.-Comenté.-Luego te daré algo para el dolor de cabeza.-Avisé. Levantó lentamente su cabeza y logró conseguir quedarse sentado como cualquier persona normal, sonreí a medias al ver que aun borracho intentaba hacer todo lo que podía por prestarme atención.
-No te molestes.-Dijo casi en un susurro.
-¿Cómo no quieres que lo hagas si llegas a casa ebrio?.-Pregunté mirándolo enojada.-¡Tiraste años de haber dejado tu problema con el alcohol, todo se fue por la borda! .-Jake me miró detenidamente y comenzó a llorar. Oh no, no quería que él llorara por mi culpa.-Yo… lo siento Jakie, no quise ser mala contigo, es que…-Me interrumpió.
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