Capitulo 20
Abrí mis ojos lentamente y giré mi cuerpo. Quería quedarme durmiendo todo el día, pero no podía, era madre y tenía que comportarme como una. Reí para luego negar con la cabeza, al menos hoy tenía mejor humor que ayer. Suspiré y tomé mi teléfono, mierda… había olvidado llamar a Jake y tenía unas cuantas llamadas de parte de él como de los chicos. Marqué el número y esperé a que atendiera…
-Llamada-
-¿Hola?.-La voz adormilada de mi hermano hizo que riera.
-Siento haberte despertado, Jakie.-Sonreí y pude escuchar una risita de parte de él.
-No te preocupes.-Su voz ronca hizo que riera nuevamente, él se quejó.-¿Cómo va todo por allá?.-Preguntó.
-Con mamá todo está mal, pero lo demás va muy bien.-Sonreí ampliamente mientras me levantaba y caminaba hacia la ventana que había en mi habitación. La abrí y sonreí al ver la vista que tenía hacia la playa, enserio extrañaba ver eso cada mañana.
-Esa mujer no tiene remedio.-Dio un suspiro pesado.-Me alegro de que estén bien.-Comentó y sonreí.
-¿Y vos, como vas?.-Pregunté.
-Bien… aunque las extraño demasiado.-Comentó y sonreí tiernamente aunque él no me veía.-Pero… los chicos se ofrecieron a quedarse a dormir conmigo, así no estaba tan solo.-Reí y él me acompaño.
-No quemen la casa.-Contesté y él soltó una sonora carcajada.
-No lo haremos.-Respondió.-Te extraño.-Comentó, sonreí.
-Yo mucho mas, Jakie.-Contesté.
-Bueno… ____, tengo que dejarte, iré a hacer unas compras mientras los chicos duermen.-Rió.-Te quiero mucho, pequeña.-Comentó.
-Yo mucho mas, Jakie.-Escuché como reía y sonreí.-Luego te llamo.-Avisé para luego cortar la llamada.
-Fin de la llamada-
Suspiré y miré nuevamente hacia la ventana, el día estaba realmente hermoso. Tal vez llevaría a Sharon a la playa, ya que ella también necesitaba despejarse. Caminé hacia mi baño y entré, abrí la canilla de la ducha y esperé a que el agua estuviera tibia. Luego de unos minutos entré y el aguaba comenzó a golpear mi cuerpo… cada gota que caía sobre mi piel era un peso menos. No quería saber nada de lo que pasara en Londres, con Harry y Ashley, aunque me era inevitable no pensar en el castaño… lo extrañaba. Bufé, ¿Enserio lo olvidaría o solo haría como si lo había olvidado cuando volviera a casa? Mi cabeza estaba a punto de explotar, el dolor de cabeza no ayudaba demasiado al igual que los problemas. Luego de unos cuantos minutos salí y sequé mi cuerpo para luego envolverlo en la toalla. Salí del baño y me dirigí hacia el ropero aunque, al llegar allí, no había casi nada. Bufé, eso me pasaba por no haber guardado todo ayer, ahora tendría que guardarlo… Una remera verde agua suelta con un estampado de letras en negro junto con un short azul oscuro y mis zapatillas negras serían lo que me pondría. Caminé nuevamente hacia el baño y me encerré allí. Me cambié y dejé mi cabello suelto. Me pase un poco de base y deliñe mis ojos para luego salir apresuradamente del baño. Tomé mi teléfono y salí de la habitación, moría de hambre y no era para menos, ya que en el viaje había comido un poco, pero al llegar no probé ni un bocado… el apetito se me había ido de tan solo tener que pensar en sentarme en la misma mesa que mi madre y tener que hablar…
-Buenos días cariño.-Comentó mi madre una vez que entré a la cocina. Crucé a su lado y caminé hasta la heladera, ignorándola completamente.-Mira, si quieres enójate, pero solo quiero cuidarme.-Aparté la vista de la heladera para poder mirarla a ella.
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