Capitulo 24
El despertador sonó y saqué mi mano de debajo de las sabanas para poder hacerlo callar. Abrí lentamente en busca de la hora y mis ojos se abrieron como platos al ver que ya eran 3:30, suspiré y apagué el aparato para luego darme vuelta, encontrándome con mi amigo aun dormido.
-Ash.-Susurré mientras lo movía suavemente.
-Un minuto más.-Pidió él, reí.
-No Ash, el vuelo sale a las 4:30 y aun tenemos que prepararnos, ¡Vamos, no seas dormilón!.-Me quejé y él se dio vuelta, dándome la espalda.-Bien Irwin, pero para cuando salga de bañarme te quiero arriba o te aventaré agua.-Lo amenacé para luego pararme lentamente de la cama.
-Sí, claro.-Dijo con sarcasmo y reí.
-Eres un idiota.-Comenté entre risas para luego irme hacia la maleta y buscar algo para ponerme.
Una camisa con mangas tres cuartos color blanco antiguo, unos jeans negros junto con unas zapatillas serían lo que me pondría hoy. Di un suspiro y dirigí mi mirada hacia el castaño, que aun dormía plácidamente en mi cama olvidando el hecho de que pronto lo mojaría con agua. Reí al acordarme las veces que lo había hecho. Caminé hasta el baño y encerré allí. Abrí la canilla y, mientras esperaba a que el agua estuviera tibia me saque mi ropa. Luego de unos minutos entré a la ducha dejando que el agua relajara cada musculo de mi cuerpo. ¿Estaría bien volver a Londres luego de tan poco tiempo aquí? Sabía que no lo estaba, pero… Ashley no tenía suficiente cerebro como para darse cuenta de que una persona no se puede enamorar en tan poco tiempo, así que ese hecho no me preocupaba demasiado. Suspiré aliviada al recordar que Harry arreglaría una cena entre todos para que Ashley dejara de molestarnos aunque nosotros dos nos siguiéramos viendo, a decir verdad su plan parecía bastante bueno y no creía que Ashley fuera a descubrirnos. Luego de unos cuantos minutos salí de la ducha, sequé mi cuerpo para luego envolverlo en la toalla. Me cambié y posé la mirada en el espejo, pensando en cómo arreglar las ojeras que aun permanecían en mi rostro y no me quejaba demasiado porque sabía que yo tenía gran parte de la culpa de que ella estuviera allí ya que no había podido pegar un ojo en toda la noche. Pase base por mi rostro y deliñe mis ojos. Pinté mis labios con algo de brillo color rosa y sonreí satisfecha. Hice una trenza en mi cabello que aun se encontraba algo mojado y tomé un pequeño vaso que había en el lavabo. Lo llené de agua y sonreí maléficamente para luego salir del baño.
-¿Querías mojar a alguien?.-Preguntó mi amigo mientras buscaba una remera entre sus maletas, bufé y él sonrió triunfante.
-Te odio.-Dije en broma y él se giró para mirarme.
-Yo también te quiero.-Contestó sonriéndome ampliamente, reí.-¿Ya despertaste a Shar?.-Preguntó mientras se ponía su remera color azul, sonreí de lado.
-No, aun no.-Respondí para luego acercarme a él y acomodar su cabello.-Tienes que aprender a peinarte solo, Irwin.-Él comenzó a reír y yo lo acompañé.
-¡Hey, se me peinar!.-Se defendió.-Es solo que la remera me despeino.-Sonrió ampliamente y negué con la cabeza, divertida.
-Eres un caso perdido, Ash.-Contesté.-Iré a despertar a Shar.-Comenté, él asintió sonriente y me giré para irme, pero me tomó de la mano haciendo que girara.
-Buenos días.-Sonrió ampliamente para luego besar mi mejilla sonoramente, sonreí avergonzada.
-Buenos días, Ash.-Dije en un susurro para luego irme de allí apresuradamente. Caminé hasta la habitación de Sharon y abrí lentamente la puerta. La habitación estaba completamente oscura, por lo que prendí la luz dejando ver a la pequeña abrazada al peluche que su padre le había regalado. Sonreí tiernamente y caminé hasta ella para luego sentarme a su lado.
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