Capitulo 38
Abro mis ojos asustada al escuchar el golpe de un objeto contra el suelo. Miro hacia un costado, pero al parecer no proviene de nuestra habitación, sino de la de Sharon. Suspiro pesadamente y intento pararme, pero unos brazos me tienen agarrada fuertemente de la cintura. Bufo mientras intento quitar las manos de Harry de mi cintura pero, al ver que no lograría separarlo de mi comienzo a mover su brazo suavemente, queriendo despertarlo.
-Cariño.-Lo llame pero él solo me ignoró y siguió durmiendo.-¡Harry!.-Exclamé enojada al escuchar otra cosa romperse.
-Déjame dormir, ___-Se queja acercándome aun más hacia él, golpeo suavemente su mano y él gruñe.-¿Qué no puedes esperar, amor?.-Suspiro aliviada al sentir sus brazos soltarme y me paro rápidamente, él me mira sin comprender lo que sucede.-¿A dónde vas?.-Pregunta con la voz ronca mientras acomoda sus rizos.
-Sharon.-Digo aun mas enojada al escuchar otra cosa caerse al suelo.-¿¡Que es lo que le sucede!?.-Camino apresuradamente hacia la puerta, ignorando por completo la pregunta de Harry. Siento los pasos de Harry detrás de mí, pero no me importa, yo solo quiero saber qué es lo que está haciendo la castaña. Paro frente a la puerta de su habitación y me quedo mirándola por unos segundos, intentando tranquilizarme. Tenía que estar bien por mí y por el bebé. Tomo el picaporte de la puerta y la abro lentamente. Mis ojos se abren rápidamente al ver todas las cosas tiradas en el suelo, ¿Pero qué mierda le sucede?.-¡Sharon!.-Exclamo, llamando su atención. La mirada de Sharon se posó en mi y frunció notoriamente su ceño, enojada.
-¡Vete!.-Exclamó enojada, me crucé de brazos y caminé hacia donde ella estaba.
-No me iré.-La miré por unos segundos y pude ver sus ojos cristalizarse. Mierda, ella sabía que verla llorar era mi punto débil, pero esta vez no sería así.-Puedes llorar todo lo que quieras Sharon, pero no dejaré que rompas las cosas, ¿Entiendes?.-Comenté enojada, ella me ignoró completamente y me dio la espalda para luego seguir desarreglando su cama, tirando las sabanas, almohadas y peluches al suelo. ¿Enserio?
-Sharon.-La voz de Harry sonó a mis espaldas y sentí unas de sus manos posarse en mi hombro, suspire frustrada al ver como ella seguía ignorándonos.-Sharon, cariño.-Harry la tomó en brazos logrando así que dejara de tirar las cosas, ella frunció su ceño pero rápidamente las lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas. Me sentía como una mierda, si, pero no sedería. No hasta que ella me dijera que si quería al nuevo bebé.-No tienes que golpear las cosas, ¿Entiendes? Mamá no te ha dicho nada malo, solo…-Comenzó a decir Harry pero ella lo interrumpió.
-¡Si me ha dicho algo malo, tendré un hermano!.-Exclamó ella tratando de zafarse del castaño, él suspiro frustrado y se giró hacia mí.
-Ve a desayunar, ¿Si? Luego voy contigo.-Me miró suplicante y yo asentí lentamente.
Miré a la castaña la cual me fulminó con la mirada y sentí nuevamente mi corazón romperse, enserio que esto iba a ser difícil. Suspiré para luego salir de allí apresuradamente. Baje las escaleras y caminé hacia la cocina. El silencio invadió el lugar pero aun así podía escuchar la voz lejana de Harry retando a Sharon. Caminé lentamente hacia la cocina y puse a calentar agua. Posé la mirada en la pared y me crucé de brazos, mientras esperaba a que el agua estuviera caliente. Tenía que ir al doctor en unas horas y estaba nerviosa, solo quería saber si el bebé estaba bien y poder verlo por primera vez. Sonreí a medias al recordar la primera vez que vi a Sharon, tan pequeña y aun sin formar muy bien su cuerpo. Realmente no podía esperar para poder tenerlo en mis brazos y… El chillido de la pava hizo que saliera de mis pensamientos y rápidamente me girara para apagar la cocina. Serví el agua en dos tazas y, luego de dejar la pava nuevamente en su lugar, agregué el café para luego revolverlo.
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