Capitulo 1: Desorientada

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Play. Primera hora de la mañana y que mejor para levantarse que escuchar a mis chicos. Live while we´re Young comienza a sonar como cada mañana y siento un cosquilleo subir por mi cuerpo. 

Las mañanas se hacían menos duras desde que había descubierto a los cinco amores de mi vida, los desayunos saben diferentes, las duchas son especiales, elegir que ponerse no es tan complicado cuando ellos suenan de fondo por toda la casa. 

Dando saltos por toda la casa hago todo lo que tengo que hacer antes de irme a clase, los lunes me resultaban menos agotadores desde que los chicos decidieron darnos noticias estos días y aunque andaba algo despistada con el Twitter y la sociedad en general por mis estudios, ellos estaban presentes aunque no pudiese escribirles ni hablar con mis amigas directioners repartidas por medio mundo.

C´mon C´mon, imposible no ponerme a gritar y a saltar, cualquiera que me vea diría que estoy loca, pero es mi forma de vivir.

Mierda, el timbre, fijo que es Carmen otra vez, bajo la música y con el cepillo de dientes en la boca abro la puerta para hacerme la despistada.

-Hola Carmen, que necesitas?

-Necesito que bajes la música que aún es muy pronto y que dejes de saltar que mi Antonio todavía duerme y si se despierta sabes que no puede volver a dormirse.

-Oh estaba haciendo mucho jaleo?, dije aún con el cepillo entre los dientes.

-Nicky, todas las mañanas lo haces, sabes que eres una chica estupenda y aunque aquí no dejamos que viva gente tan joven por estas cosas por tu madre lo hemos aceptado, sabes que somos todas personas mayores las que vivimos aquí y somos poca gente, así que te pediría por favor que hagas tu gimnasia matinal en un sitio que no sea arriba de nuestra habitación.

-Esta bien Carmen, lo siento mucho, no volverá a ocurrir.

La hermosa mujer mayor me sonrió aunque en el fondo yo sabía que estaba cabreada, cada mañana desde que yo era directioner subía a llamarme la atención, pero esta vez parecía más seria de lo normal así que tendría que respetar las normas o me acabarían echando.

Ya hacía 3 años que vivía allí, y la verdad es que era un piso estupendo para vivir una persona sola y joven como yo, estaba ubicado muy cerca de donde yo estudiaba y la verdad es que por esa zona los alquileres solían ser bastante caros, pero Carmen antes era vecina de mi madre y sabe todo lo que pasamos, así que dejaron que me quede aquí como excepción.

Tuve la suerte de que me cobran como si compartiese una habitación aunque en realidad estoy utilizando un piso entero y gracias a las clases particulares y las veces que trabajo de niñera puedo mantenerme yo solita.

Apagué la música y acabe de lavarme los dientes, era hora de salir pitando para clase, menos mal que no me quedaba nada lejos, dos calles y llegaba. 

-Nicky, llegas tarde, otra vez.

-Lo sé, lo siento es que… me he caído por las escaleras,

-Vaya, deberías mirarte los pies, porque la semana pasada te paso lo mismo, y también te atropello un coche, tu perro se te escapó, te quedaste atascada en el ascensor y cerraron la puerta del centro antes de que pudieses entrar. No es demasiada coincidencia?

Sonreí incómodamente, sin saber que decir, levante los hombros.

-Mala suerte, supongo.

Me senté rápidamente deseando que aquella semana acabase, la primera hora media hora pasó eternamente mientras yo miraba por la ventana pensando en que debería centrarme, estudiar no se me daba mal, pero para controlar mi vida en general era algo desastre, quizás debería sentirme más contra las cuerdas, vivir al límite, pero que hago?

Vivir intentandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora