Capitulo 75: Como verdaderos actores

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Después de todas las energías gastadas, en estos últimos días me sentía vital, me sentía como si hubiera vuelto a florecer, sentía que mi humor había cambiado.

Dan aún dormía a mi lado, miré el reloj, eran algo más de las 10 y él estaba en la cama todavía. No trabaja los lunes? Porque no entiendo sus horarios? Porque me da tanta vergüenza preguntarle en que más trabaja?

Pasaron unos 20 minutos y yo no sabía que hacer. Miraba el techo pensando en todo lo que había pasado y lo bien que estaba ahora.

Dan se dio la vuelta y abrió un sólo ojo.

- No me espíes, dije riéndome.

Él gruñó nada articulado y volvió a abrir su ojo.

- El señor Richards tan cansado que no es capaz de abrir sus dos ojos, impresionante, continuaba riéndome.

- Ven aquí, me dijo con su voz dulce incluso por las mañanas. Me abrazó y me acercó a él, me besó en los labios y ahora sí, esta sensación me resultaba extraña, anoche algo me había poseído pero esta mañana me estaba resultando incomoda y no sabría definir porque.

Mi instinto me decía que me pusiese toda mi ropa y saliese como una bala de allí, pero para variar mi cuerpo no reaccionaba.

Mi teléfono vibro. Gracias a dios!

Me deshice de su agarre y me senté a comprobar quien me escribía.

P. Hale tiene noticias para nosotros, podemos vernos en 1 hora en la tetería? Voy a avisar a Dan- Silvia

Claro, en una hora estaré allí, no hace falta que avises a Dan, yo lo haré xx

Me levanté de la cama en busca de mi ropa.

- Donde vas?

- La investigadora quiere vernos, tiene nuevas noticias hemos quedado con ellas en 1 hora y me gustaría pasar por casa para ducharme.

- Porque no te duchas aquí?

- Porque no tengo ropa para cambiarme, venga, si vas a venir levanta, le ordené y obedeció al instante.

Se dio una ducha mientras yo preparaba un desayuno rápido, café y tostadas que se comió a toda velocidad una vez estuvo listo. Nos quedaban 40 minutos.

- Mierda no nos va a dar tiempo.

- Claro que sí, cogeremos la moto, me dijo sonriente con la tostada aún en la boca.

- De ninguna manera, voy de falta, que pretendes?

- Te dejaré unos pantalones si quieres, pero mientras seguimos discutiendo aquí estamos perdiendo el tiempo.

Me dejó unos pantalones grises de chándal y mi aspecto no podía ser más horroroso.

Dan sacó la moto del garaje y yo esperé dentro, no quería que nadie viese mis pintas excepcionales.

Efectivamente iba vestida con zapatos de tacón altos como el cielo, el pantalón deportivo, mi camisa blanca algo arrugada y mi chaqueta a juego con mi falda inexistente.

Corrí lo más rápido que pude hacia la moto, a Dan parecía hacerle gracia esta situación pero no dijo nada.

Sorteaba los coches a velocidad de vértigo, yo ni siquiera quería mirar hacia adelante así que me abracé a él apoyando mi cabeza en su espalda.

Exactamente 8 minutos habíamos tardado en llegar. Me bajé de la moto y me saqué mis altos tacones para correr a la puerta de mi casa.

Dan aparcó la moto y subió quedándose en mi habitación.

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