Capitulo 5: No me lo puedo creer

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-A mi me gustaría que fueses a Oslo o Liverpool, son ciudades que ya conoces y creo que podrías sentirte más cómoda.

-Ya, pero no sé también me gustaría conocer sitios nuevos, gente nueva, además en esos sitios los he disfrutado pero de vacaciones, no me convence, primero esperaré a hacer el examen a ver que posibilidades tengo, ya tengo una opción decidida pero hasta que no haga el examen no diré nada, que es cuando se me gafan las cosas.

Volví a casa bastante alegre como pocos días, pensaba en lo posible que era que mi vida cambiase, que cogiese un nuevo rumbo, que todo cambiase, que se acabase el sufrir, poder pensar en mi, conocer a gente nueva, sitios nuevos, una nueva vida.

Me conecté y vi que Marina y Silvia no paraban de twittear entre ellas así que decidí mencionarlas a ambas para decirles que aceptaría la beca.

En un segundo ambas habían colapsado mi Twitter con felicitaciones y buenos deseos para mi. Eran de lo que había, nunca había tenido unas amigas como ellas y aunque me dolía dejarlas aquí, ellas eran las que me habían impulsado a rehacer mi vida, a salir, a intentar ser feliz y les debía todo.

El martes puntualmente presenté todos los papeles que debía presentar para la beca y así sacarme algo más de encima. 

Los siguientes días me preocupe por recoger mis cosas cuanto antes para poder estudiar para la prueba de inglés, las chicas me ayudaron con todo y en dos días tenía todo en mi casa.

Me di cuenta que en 3 años había juntado un montón de cosas que no se ni porque guardaba, a medida que guardaba toda la cantidad de cosas que invadían mi casa me preguntaba como haría para llevar tan poco en un viaje de tanto tiempo, si fuera por mi necesitaría un camión. 

Llegué a casa y esta era la última caja de toda la maldita mudanza. No me había dado cuenta que ahora quedaba lo peor, poner las cosas al sitio, cuando entre en mi habitación era todo cajas, no se veía ni la cama, ni la tele, ni el armario por ninguna parte, era deprimente. 

No sabía de donde sacar las fuerzas para ordenar todo aquello, así que siguiente mis impulsos y mi nuevo estilo de vida al límite, decidí pasar de ordenar todo así que me puse mis cascos, reproducción aleatoria y me fui a caminar, a que me diera el aire, a relajarme, sola era lo mejor.

Me senté frente a un paseo y veía a mucha gente pasar, puse banda sonora a cada momento en aquel banco, imaginaba detrás de cada persona una historia diferente, que posiblemente no se pareciera a la que yo le asignaba pero me resultaba divertido.

Creo que era de las cosas que me gustaba hacer desde que lo estudie, nos habían enseñado que cada persona es como es por una razón y que muchas veces su vestimenta, sus reacciones, tonterías para los demás podían delatarnos mucho de su vida y yo siempre fui una persona muy observadora. 

A veces me imagino lo que pensaría cada persona si me vieran a mi, ya que yo no soy capaz de verme con objetividad.

Vi pasear a una señora bastante mayor, con el rostro bastante parecido al de mi madre , incluso llegué a pensar que podía ser ella y por un momento mi corazón de latir. Será un mal sueño pensé.

Una canción que me tenía bastante aburrida hizo que apartase la vista de esa mujer, pero cuando volví a levantarla no estaba, simplemente había desaparecido.

Creo que iba siendo hora de asimilar lo de mi madre y mis sentimientos. Estos días habían sido un cambio total, sólo habían pasado 6 días desde que mi madre se había ido y mi vida había cambiado por completo, ahora ya no vivía sola y al día siguiente me examinaría para que mi nuevo hogar estuviese en otro país.

Después de la reflexión que me había llegado a hacer esta mujer que nunca supe si vi de verdad, me di cuenta que debería estar estudiando así que me encerré en el estudio con un par de libros que podían ayudarme y ese día me tocó irme a la cama más que pronto ya que al otro día me esperaba un largo viaje en tren para hacer el examen que se supone que cambiaría mi vida.

Vivir intentandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora