Capitulo 76: Tres días de luto voluntario

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Salí de allí como estampida, ni siquiera había pagado mi té pero Dan se quedó para hacerlo.

Salí a la puerta y tuve la suerte de parar un taxi a pocos metros, lo dirigí a mi casa, mi cama volvía el único sitio donde quería estar.

Mis pensamientos volaban fugaces, estaba ocurriendo esto de verdad?

Es muy retorcido montar todo esto? Y para que? Porque?

El día que encuentre a quien haya hecho esto debería explicarme con pelos y señales porque lo ha hecho, porque me ha jodido la vida de esta forma.

Me paraba en ver situaciones puntuales, intentando comprobar si podría distinguir una situación real de una creada por el monstruo que quería atormentarme.

Era Noelia en realidad mi amiga?

Dan parecía el único sincero en toda esta historia.

Podría perdonar que mis ídolos me hayan jodido de esta forma?

Mi pijama, mi símbolo de modo depresivo había vuelto, era apenas mediodía pero yo sólo quería dormir.

Mi móvil vibraba continuamente.

- Cállate ya! Grité, pero el móvil no lo haría solo. No quería ni ver quien era.

Me tapé cubriéndome la cabeza.

Mi habitación a oscuras me hacía tener mi zona de confort a salvo.

Sentía nuevamente el gran peso de mi preocupación caer sobre mi. Dormir era mi refugio.

No se cuantas horas habían pasado, creo que demasiadas, alguien tocó mi hombro.

- Nicky... reconocí su voz.

Me giré con los ojos entreabiertos.

- Que? Contesté borde. No quería ver a nadie.

- Llevas durmiendo un montón de horas, estas bien?

Negué con la cabeza.

- Quieres hablar? Volví a negar.

- Esta bien, me dijo saliendo de la habitación.

Sara estaba preocupada por mi y eso me hacía sentir que a alguien le importaba, estaba casi segura que ella no tendría nada que ver en esta historia, que no era una actriz más.

Volví a caer en mi sueño profundo. Nada de pesadillas ni sueños sin más, mi conciencia parecía estar vacía.

- Nicky. Alguien acarició mi espalda.

Gruñí.

-Tienes que comer algo, te he traído té y galletas, me dijo Sara dejando una bandeja en mi mesa.

Me senté y miré como hacía el amago de salir de la habitación.

-Puedes quedarte si quieres, le ofrecí. Ella se sentó a los pies de mi cama.

Cogí el té y mi teléfono. Muchas llamadas de Dan y de los chicos invadían mi teléfono.

Dan estaría preocupado y los demás...supongo que querrían hablar conmigo como había dicho la investigadora, yo no quería hablar con ellos.

-No se como han conseguido el teléfono de casa, pero han estado llamando, casi todos, les he dicho que estabas durmiendo a todos, muchos se extrañaban de que lo hicieses tantas horas.

Mi pensamiento parecía haber cambiado.

- Has hablado tú con ellos? Ella afirmó.

- Has hablado con tus ídolos? Dije sorprendiéndola con una sonrisa. Ella se rió extrañada.

-Si, pero por ti.

- Bueno, al menos me alegro de que hayas podido hablar con ellos, sé que es importante para ti, aunque no se hayan portado muy bien conmigo.

- Que ha pasado?

- Son asuntos complicados, tampoco me gustaría que tu forma de verlos a ellos cambie por lo que me han hecho a mi, aunque tampoco estoy segura de que sea su culpa del todo. Necesito pensar y despejarme.

- Entiendo que no quieras contármelo, creo que aunque sean mis ídolos no siempre estaré de acuerdo con todo lo que hagan y si te han hecho daño, eso no es algo digno de admirar.

Sara parecía mucho más razonable de lo que yo recordaba.

- Si vuelven a llamar diles que necesito tiempo y que si a alguno se le ocurre aparecer por aquí los denunciaré.

Estaba sorprendiéndome de mis palabras, realmente me habían creado un rechazo importante.

Sería capaz de perdonarlos? Que había pasado con los sentimientos de Niall?

Le envié un mensaje a Dan.

Estoy bien, sólo necesito tiempo, pensar... ya sabes...

Si necesitas algo sabes que sólo tienes que llamarme y en 8 minutos estaré allí. Te quiero

No podía contestar después de leer “Te quiero”. No quería más confusiones en mi vida.

- Es Dan? Preguntó Sara viendo mis caras al teléfono.

-Si, está preocupado, parece ser que es de los pocos que no esta metido en todo este lío.

- Parece un buen chico.

- Lo es... dije quedándome pensativa. Voy a dormir un rato más, gracias por el té y siento no haber comido las galletas, tampoco tengo el estomago para mucho.

- De nada, cualquier cosa me gritas y subiré. Sonreí a modo de agradecimiento.

Me di la vuelta y mis ojos volvían a pesar nuevamente. Morfeo había hecho mella sobre mi.

Me desperté por mis propios medios, decidí levantarme. Mi cuerpo seguía sintiéndose derrotado.

Bajé y las miradas en el salón se centraron en mi.

-Nicky, que bien, te has levantado, dijo Lucia, intentando disimular su preocupación.

- Si, dije con los ojos llenos de lágrimas, levantarme me traía la sensación de mi vida derrumbada, intentaba mantenerme entera pero no me resultaba posible hablar sin llorar.

El reflejo del espejo del salón se reía de mi, mi aspecto era realmente matador.

Angi entró en el salón con un vaso de agua.

- Vaya, después de tres días en la cama, era hora que te levantases, me dijo sorprendida de verme.

- Tres días? He estado tres días en la cama? Porque no me habéis despertado?

- Lo hemos intentado, pero no ha habido forma, de hecho Dan ha venido, estaba demasiado preocupado, hemos hablado un rato con él y se ha ido, explicó Alba.

- Ohh, dije extrañada. Había dormido 2 días seguidos y me habían parecido sólo horas.

Mi mirada estaba perdida en todo momento.

- Porque no vas a darte una ducha? Sugirió Lucia. Acepté desde un primer momento, llevaba tres días metida en la cama, sin comer y sin ducharme, mis pintas eran más desastrosas de lo que yo podía sentir.

Una ducha eterna dejando el agua correr por mi cuerpo, eso era lo que creía que me haría bien, pensando que el agua se llevaría mi amargamiento estuve más de una hora intentando que todo pasara.

Mi pelo seguía mojado, colgando a los lados de mi cara, mi intención era volver a la cama, quizás con el paso de los días el dolor pasaría.

En mi habitación me esperaba alguien más.

- Que haces tu aquí? Contesté apretando la mandíbula.

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