Era una letra pequeña, se veía que era claramente de hombre, era corta y bastante clara.
Pasaré a por ti a las 6, te espero en el coche.
Me había entrado una risa nerviosa, que no podía contener, Luna no soltaba su taza pero tampoco bebía su leche , miraba fijamente esperando que dijese algo de lo que aquella nota ponía y yo no podía hacer otra cosa que sonreír.
-De quien es? Preguntó curiosa sin poder evitarlo.
- No lo sé, pero yo no creo en estas cosas, será una broma le dije llevando mi taza al pecho como quien abraza un peluche.
-Nicky…
-Que quieres Luna? Le dije en tono cansado.
-Que pone? Aunque sea dime eso.
-Nada, que pasan mañana a por mi a las 6, para que? No lo sé. Estoy cansada me voy a acabar la taza de leche en mi habitación y a leer un rato hasta que me quede dormida.
-Ok, buenas noches Nicky.
-Buenas noches Luna le dije en castellano mientras subía las escaleras.
La casa estaba oscura y aún no tenía bien localizados los interruptores de la luz así que subí así, Andrew seguía por la biblioteca aunque tenía pinta de cansada así que supuse que no tardaría en irse a dormir.
Cada vez que pasaba por el gran pasillo de las habitaciones me preguntaba porque ninguna tenía puerta y una si la tenía, era algo curioso para mi, incluso pensé en ponerme una pero en realidad sólo uso la habitación para dormir y al igual que los demás, nunca estamos en las habitaciones ni interrumpimos en las de otros. Esa noche podía ver la puerta entreabierta con una luz muy tenue, apenas me paré a curiosear pero me llamó la atención.
Acabé el largo pasillo y antes de entrar en mi habitación pude escuchar un ruido dentro.
Desde pequeña sufro de terror a las cosas oscuras, a los ladrones, a que me maten o me secuestren y cosas por estilo.
Fue lo primero que pensé, están robando y aprovechan que la ventana más grande es la mía por ser la última habitación.
Me arme de valor, empecé a caminar lentamente y muy pegada a la pared, procurando no hacer el más minúsculo ruido para no ser descubierta, eche un primer vistazo rápido a ver que alcanzaba ver.
Mi ventana estaba abierta y yo no la había dejado así.
Casi todos estaban durmiendo, gritar no iba a ser la mejor solución además no sabía si ahí dentro había alguien.
Volví a echar un vistazo más largo y no vi a nadie, así que entre en la habitación y encendí la luz y al instante apareció un hombre de estatura media, con el pelo muy corto y los ojos verdes, estábamos pegados a la misma pared, uno de cada lado por eso no había podido verlo.
Me quedé pasmada, mirándolo, mi taza calló al suelo al instante.
-No grites, me ordenó.
Yo me apoyé en la pared al lado de la ventana y mi corazón latía con fuerza contra mi garganta a punto de escaparse, se movía lentamente pero se le notaba claramente nervioso, no sabía que hacer, tenía miedo que intentase hacerme algo.
Siempre estas cosas me pasan a mi, pensé.
-Que quieres?, le dije cuando conseguí que mi garganta reaccionara.
-No voy a robarte ni a hacerte daño, verás, es que esta es mi casa.
Abrí los ojos sin decir nada, no lo entendía, era el antiguo dueño de la casa que se la habían robado? Era un ocupa que habrán desalojado antes de que la empresa se quedara con la casa? La había vendido mal y quería reclamar lo que era suyo? Yo que culpa tenía?
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Vivir intentando
Hayran KurguNicky es una chica española que por giros del destino se tomará con sus ídolos y se verá en más de una situación incomoda donde tendrá que lidiar con muertes, amores y confusiones que harán de su vida una mentira continua. No olvides votar y comenta...