Vivir intentando

Capitulo 62: Muffins salados

Sentía mi cuerpo frío, cuando abrí los ojos mi desorientación estaba presente, miré extrañada para analizar donde me encontraba, no me había dado cuenta que ya estaba en la que ahora era mi habitación.

Desde que había llegado aquí había pasado por múltiples lugares de los cuales creo que ninguno podía considerar mi hogar.

Primero en la casa compartida con mis compañeros, era un sitio realmente acogedor y al que cogí cariño rápidamente pero después del ambiente que sin querer se había causado allí con todo lo de Shane y ahora Patrick era imposible llamar a eso hogar, luego la casa de Zayn, sabía que era algo temporalmente y que ni siquiera tendría sentido ocupar mis cosas en aquel lugar, sólo estaría de paso... mi mente comienza a viajar sobre lo que pasó con Zayn, sólo fue sexo... o es que realmente llegué a sentir algo por él, de todas formas él esta felizmente con Silvia y eso me hace sentir aliviada.

La casa de Niall era lo más parecido a un hogar que había tenido, increíble ver como todo eso se había desmoronado, en su momento me sentí bien allí, pero no después de saber todas las cámaras que tenía que me vigilaban constantemente, claramente no podía seguir allí.

Ahora esta era mi nueva casa, mi nueva habitación, vivo con 4 chicas que parecen ser geniales y haré lo posible por que se mantengan alejadas de mis lios personales.

Algunos minutos en silencio me ayudan a meditar sobre ir a vivir con alguien más en mi futuro, seguro que si mi madre supiese todo lo que he hecho en estos últimos meses y con quien he vivido de un sitio para otro pondría el grito en el cielo, mi vista se nubla al recordarla.

Ruidos en la planta baja llaman mi atención, me dispongo a bajar cuando recuerdo que Niall no me ha llamado ni se ha puesto en contacto conmigo, quizás no se habrá dado cuenta que ni mis cosas ni yo estamos allí.

Cuando analizo mi teléfono puedo ver numerosas de sus llamadas en la pantalla, creo que estaba demasiado cansada como para escucharlas. Vuelvo a dejar el aparato donde se encontraba.

Entrando en la cocina me doy cuenta que es un completo desastre, todo desordenado, me recordó a cuando comencé a vivir sola e intentaba cocinar, la mayoría de las veces dejaba toda mi casa patas arriba por sólo cocinar un pastel o algo parecido.

-Buenos días, pensamos que nunca despertarías, me da la bienvenida Lucía a la cocina.

Miro el gran reloj de aspecto moderno de la cocina, ya era principios de la tarde, me había pasado gran parte del día durmiendo.

- Buenos días, que hacéis? Pregunto extraña mirando todas las cosas que había arriba de la mesa sin descifrar lo que pueden estar preparando.

- Muffins, se gira Alba enseñándome una bandeja de plata con gran cantidad de ellos.

- Deberías probar uno para darnos el visto bueno, añade Sara estirando su brazo para darme uno.

-Esta bien,acepto dándole un bocado bastante grande, me sentía hambrienta y a pesar de que tenían una pinta bastante extraña, nada parecido a un muffin pensé que el sabor podría estar bien.

Las cuatro me miraban atentamente prestando atención a mis gestos, esperando mi crítica.

-Esta buenos.... dejó caer mientras sigo masticando el gran trozo y lo dejo encima de la mesa.

Todas sonríen con alivio.

-Quizás podrían estar mejor si no tuvieran sal..... me tapo la boca para evitar sacar mi carcajada.

Angi se tapa la boca asustada.

-Debí confundir los botes, contesta algo pálida mientras las demás estamos riendo verdaderamente fuerte.