Capitulo 83: Cuida de ella

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Mis lágrimas comenzaron a caer sin detenimiento.

Esto debía ser una broma.

-Que haces TU aquí?

- Nicky, ahora no es el momento, me dijo en castellano.

- Si, ahora si es el momento, por favor, retírense, les dije a las personas que me miraban con miedo sentadas aún.

Las personas se levantaron sin decir ni una palabra y desaparecieron, dejándonos a el hombre, a Dan y a mi solos.

-Nicky, por favor. Junto sus manos rogando. Tranquilízate, puedo explicártelo, intentaba bajar el tono de su voz.

Yo sólo tenía previsto gritar.

- Explicarme que? Que eres el responsable de arruinar mi vida? Que pretendías?

- Yo sólo lo hice para acercarme a ti, bajó su cabeza avergonzado.

Dan nos miraba sin entender nada, hablábamos en castellano.

- Acercarte a mi? Esto es una locura! Como pretendes acercarte a mi montando de mi vida una mentira? Crees que esa es la solución? Me has jodido. Cada vez gritaba más.

- Nicky me quedé destrozado la última vez que nos vimos, necesitaba saber que estarías bien, ellos eran la única forma de acercarme a ti.

- De verdad crees que no tenías más opción para ver algo así? Eres consciente de lo que has hecho?

Que debo hacer ahora? Rogarte para que todo vuelva a ser como antes? Ahora no se de quien fiarme ni lo que es verdad ni lo que es mentira a mi alrededor. Dirigí una mirada a Dan que estaba de pie a mi lado y seguía sin entender nada, pero su actitud reflejaba apoyo.

Mis brazos eran huracanes y mis lágrimas no cesaban, posiblemente mis gritos estaban siendo escuchados desde la planta baja.

- Nicky, yo quería que fueses feliz, sé que ellos te importan y era lo más fácil para todos, tu no sabías que yo ya no vivía en España, ni a lo que me dedicaba ahora, puedo explicarlo, por favor hija, dame la oportunidad.

- Hija? Ni te atrevas a llamarme así, tu no eres mi padre, nunca lo has sido, nunca lo serás y menos cuando acabas de arruinarme la vida por completo. Enterré mi cara en mis manos y Dan me abrazó.

Él intentó acercarse a mi y Dan lo detuvo con la mano.

- Mantenga la distancia o tendré que hacer algo que no quiero, le advirtió Dan y él asintió.

Tomé aire, me sentía más recuperada para seguir.

- Siéntate, sentaros ambos y sólo escúchame por favor, tu no puedes entenderlo.

- Deja de hablarme como si fuese tonta, eso es lo que soy para ti, te crees que no me iba a dar cuenta de nada, pues que sepas que el que no se ha dado cuenta de todo lo que ha pasado siempre a mi alrededor eres tú, que cunado te he necesitado no has estado ahí, que lo que te haya pasado con mamá es pasado, pero Raúl y yo siempre hemos sido tus hijos y si alguno te ha necesitado no has estado.

Mi voz era rasgada, sorbía por la nariz y continué.

-Por eso supiste lo que le había pasado a mamá, nos tenías vigilados desde entonces verdad? Podrás tener todo el puto dinero del mundo, pero hay algo que no tendrás. Yo no te lo daré. Espero que estés contento de lo que has hecho, ahora disfruta de tu trabajo, de tus estafas, de tu nueva familia, pero no de mi.

Me di la vuelta cogiendo a Dan de la mano hacia la puerta del despacho.

Él volvió a pronunciarse.

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