Vivir intentando

Capitulo 85: Punto y a parte

Me cogió de la mano y me sentó en una silla, me tapó los ojos como cuando fuimos a el paraíso cerca de su ciudad natal y me puso unos auriculares con música. Ahora no podía ni ver ni oír nada.

Me mantuvo así durante unas tres o cuatro canciones.

Me quitó lo que mantenía mis ojos tapados y los auriculares.

Miré a mi alrededor y todo estaba igual que antes.

Situó una silla junto a mi.

- Tenemos que hablar, me dijo serio.

- Tu sorpresa es de hablar? Para que has hecho todo esto?

- Nicky deja de preguntar tanto, debía esconder algo de tus garras, me dijo chistoso.

- Vale vale, de que quieres hablarme? La curiosidad me estaba matando.

- Quiero hablar sobre nuestro futuro. Mi gesto cambió. Era algo que me imponía respeto.

Hacía tiempo que sólo me preocupaba de disfrutar el momento y el día a día, el futuro no es algo que viniese a mi mente a menudo, al menos desde hacía algún tiempo.

- Dime.

-Creo que esta casa es muy pequeña para nosotros, para mi sólo podía estar bien pero con todos mis instrumentos y demás ya me sentía agobiado, ahora que tu te has venido aquí y hemos vivido un buen tiempo juntos me he dado cuenta que esto no es suficiente.

- Lo que significa...

- Quieres que nos compremos una casa juntos? Me propuso.

- No lo sé, mi situación económica ahroa mismo no es para tirar cohetes, me gustaría saber que pasa más adelante.

- Te imaginas todas las cosas que podemos hacer en una casa más grande con varias habitaciones, podemos formar una familia, dijo ilusionado como un niño pequeño.

- Formar una familia, yo repetí.

–Nicky, a ti te gustaría tener hijos? Me preguntó sonriente.

Me daba miedo responder y no estar a la altura de lo que él esperaba

- Si, Dan, claro que me gustaría, pero tu sabes que por motivos de salud yo no...

- No me estoy hablando de que te quedes embarazada ahora ni nada de eso

Su comentario me dejó pensando, no sabía a que se refería entonces.

Veía mi cara pensativa y dubitativa sobre el tema.

- Voy a decírtelo ya, antes de que digas algo que no toca. Yo asentí.

- Chicos!! gritó Dan

Yo miré a la entrada pero allí no había nada, escuché unos gritos a mi derecha.

Tom y Elba habían salido de detrás del sofá, ambos tenían unos sobres en sus manos.

Me levanté corriendo y los abracé lo más fuerte que pude.

- Mis niños, como os han dejado salir?

- Papá ha venido a por nosotros, me contestó Tom. Palidecí al instante y me puse en pie.

Miré a Dan y el me sonreía con las manos en los bolsillos.

-Esto es para ti, me dijo Elba que parecía tener mucho mejor aspecto que la última vez que la ví, su parecido a Vicky seguía asombrándome.

Carta de Tom:

Soy lo bastante grande como para entender lo que es una familia y lo que es adoptar, he pasado por casa que no me gustaron mucho y tenía la esperanza de que alguien me diese la oportunidad de ser feliz, hace unos días papá vino a hablar con nosotros y nos preguntó que nos parecería que él y tu fuesen nuestros nuevos padres, yo dije que si al instante porque sé que tu nos cuidarás bien y te quiero mucho.

Tom.

Carta de Elba:

No te conozco mucho pero todos en el hospital hablan de ti y dicen que molas mucho, en este tiempo que no has estado me he hecho muy amiga de Tasha y ella ahora vive en una casa cerca de aquí, así que pensé que quizás podría jugar con ella más a menudo si venía a vivir con vosotros.

Espero que seas la mamá que siempre deseé tener. A Vicky también le hubiera gustado que tú seas su mamá.

Elba.

Ellos se mantenían abrazados a mi mientras yo leía sus cartas sin poder aguantar mi llanto.

Elba no parecía muy convencida de venir a vivir con nosotros, pero yo me encargaría de hacer que se sintiese como en casa.

No se como Dan habrá arreglado todo el papeleo para poder adoptarlos a ambos pero me sentía la persona más feliz del mundo.

No me parecía buena idea hasta que esta sorpresa hizo cambiar mi parecer.

No se si me podría acostumbrar a que me llamasen mamá, a Dan ya lo habían llamado así y se veía muy cómodo y relajado, pero él había tenido menos relación con ellos.

Ahora tendría que encargarme de que fuesen al colegio y de que tengan la vida que todo niño quisiera tener, la vida que yo no pude llevar.

Reservamos una parte del salón para dejar todas las cosas que estaban en el despacho de Dan para adaptar esa habitación para los niños, así estuvimos al menos un mes hasta que encontramos una casa que se adaptaba a nuestras condiciones.

Este era el comienzo de mi nueva vida, era el punto y a parte.

Se había acabado el intentarlo, ahora sólo había que hacerlo.