Capítulo 1

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Me acababa de despertar en mi habitación de la mansión Black. El sol me indicaba que era alrededor de las doce del mediodía, pero por primera vez en mucho tiempo no pude volver a dormir. A pesar de haberme acostado a las cinco de la mañana totalmente agotada después de crear un análisis sobre los usos del veneno de serpiente en antídotos y su venta restringida en el mercado negro como una paradoja inútil e inservible, no podía volver a dormir.

Enfadada me levanté de la cama y con un conjuro simple cerré las cortinas que seguramente Kreacher habría abierto para poder dejar las flores frescas que se encontraban en un jarrón encima de mi tocador.

Perezosamente me coloqué mis gafas de pasta y me dirigí a mi armario de donde saqué un vestido de color gris oscuro  de manga al codo y escote de barco. El vestido era totalmente entallado, hasta los tobillos, y tenía dos cortes desde los muslos hasta el final a los costados, siendo elegante pero con un toque sensual.

Después de colocarme unos tacones bajos negros me dirigí al tocador donde procedí a cepillar mi cabello "rubio" platino. En la familia black todos tienen el pelo moreno (casi podría decirse negro) incluyendo a mi hermano gemelo, las únicas excepciones somos yo y mi tía Narcissa Malfoy (de soltera Black), la cual tiene el pelo rubio claro, pero en mi caso mi pelo es blanco natural, posiblemente heredado de la familia de mi madre.

 En la familia black todos tienen el pelo moreno (casi podría decirse negro) incluyendo a mi hermano gemelo, las únicas excepciones somos yo y mi tía Narcissa Malfoy (de soltera Black), la cual tiene el pelo rubio claro, pero en mi caso mi pelo es...

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Una vez acabé de desenredar mi pelo me dirigí al baño donde me maquillé y terminé de prepararme.

Al bajar de las escaleras me encontré con Kreacher y Kinwy hablando. Ambos estaban tan absortos en su discusión que no se dieron cuenta de mi presencia, y un poco enfadada carraspeé mi garganta. Ambos al escuchar el ruido me miraron y guardaron silencio.

-¿Se puede saber lo que ocurre?- Pregunté cruzada de brazos.

- Oh mi señora ______, estaba discutiendo con esta insolente sobre su deseo de mover el cuadro de su difunto padre de la entrada al despacho.

- Kinwy solo seguía ordenes de la señora, la señora se lo mandó a Kinwy.- Dijo asustada la elfina cubriéndose los ojos con un brazo.

-Kreacher, le mandé a Kinwy a moverlo porque tengo trabajo pendiente y una visita importante. Prefiero que el cuadro de mi padre esté en mi despacho para que me aconseje. 

Ante estas palabras Kinwy se llevó levitando el cuadro por las escaleras dejándome sola con Kreacher.

-Kreacher lo lamenta ama, Kreacher no sabía que había decidido cambiar de sitio el cuadro.

- No te preocupes. -Dije tranquila y seria.

-¿La ama desea algo de Kreacher?- Dijo al ver que no me había movido de donde estaba.

-Quiero que te ocupes de todo lo relacionado con la comida de hoy, recuerda que es importante, y avisa a mi cita de la tarde de que no podré verle hasta que le avise.

-Sí ama. - Dijo partiendo hacia la cocina.

-¡Ah! Y dile a algún elfo que me prepare el desayuno y lo lleve al despacho. Estaré allí trabajando. Si pasa cualquier cosa que se me avise.

- ¿Algo especial para desayunar?- Preguntó girándose hacia mí.

- No, lo de siempre. Por cierto, avisar a mi cita de la tarde es lo más importante, si lo demás te puede retrasar déjalo a cargo de cualquier otro elfo. No me importa quien haga el resto pero para este tema sólo confío en ti. 

- Kreacher se siente muy honrado por la confianza de la señora, Kreacher lo hará todo y no la defraudará.

- Lo sé.- Dije con una sonrisa hacia el elfo doméstico.

Desde que quedé a cargo de mi tía y después del señor tenebroso,  Kreacher ha sido el elfo encargado de cuidarme. Si tuviese que dejar mi vida en manos de alguien ese sería Kreacher. Confío en todos mis elfos domésticos, los cuales han servido a la familia Black desde hace décadas, pero para todos los asuntos delicados sé que Kreacher es el propicio, no sólo por saber que hará todo lo que le mande, sino porque siempre apreció a mi tía y al haberme criado y ser su mayor fuente de orgullo, Kreacher me trata como si todo lo que dijese fuese ley divina. Nunca me gustó ese trato, de hecho intenté liberarlos, pero ninguno me lo permitió. Sólo aceptaron y a regañadientes el que les pagase por su trabajo.

Sin darle muchas vueltas al tema llegué a mi oficina donde ya estaba colgado el retrato de mi padre.

- Oh, cariño, cuánto tiempo. ¿A qué se debe mi desplazamiento?- Dijo el cuadro de Alphard Black.

- Hola padre, lamento haberte quitado de la entrada, pero hoy vienen de visita los Malfoy y prefiero ahorrarte la experiencia. Además, necesito comentarte algunas cosas sobre la empresa. Tengo que decidir sobre algunos detalles de la publicación de varios libros de Gilderoy Lockhart. En mi opinión no merecen la pena ser publicados, pero hay tantas brujas que mueren por sus libros que no publicar su último libro sería una pérdida. - Dije sujetándome la cabeza.

- Lo primero, gracias por ahorrarme el ver a los Malfoy, sabes que nunca me gustó tu prima Narcissa, y mucho menos su esposo. Y segundo, estoy seguro de que ya has tomado la decisión. Nunca has sido alguien que se caracterice por dudar. Siempre has sabido lo que es mejor.

- Es verdad. Pienso que no publicar esa bazofia sería una pérdida de dinero, pero no puedo evitar que me moleste que la editorial Black publique esos adefesios de libros.

- Bueno, mira la parte positiva, no tendrás que tratar con él.- Dijo mi padre riéndose.

En ese momento se escuchó un plof y apareció un elfo doméstico con una bandeja.

- Señora, Miluk le trae el desayuno que ha pedido: Tostadas con mantequilla y mermelada de arándanos, trozos de manzana y café con leche con dos cucharadas de azúcar. -Dijo el elfo dejando la bandeja encima de una mesa de café que se situaba delante mía. 

- Gracias Miluk, ya puedes retirarte.- Dije sin desviar la vista del retrato de mi padre.

Nada más salir el elfo de la habitación me senté en uno de los dos sillones que están junto a la mesita y me dispuse a desayunar.

- Siempre tan amable. - Dijo la pintura de mi padre con una sonrisa.

- No sé de lo que hablas.

-Querida, por Merlín, ese elfo le ha puesto azúcar a tu café cuando nunca le has puesto. Te conozco y sé que el tonto tema sobre los libros de Lockhart no puede despistarte tanto.

-Es cierto, pero seguramente ese elfo se castigue si le digo que se ha equivocado. Tiene marcas de algún corte reciente y sospecho que es por lo mismo.

Después de acabar de hablar con mi padre mientras desayunaba me levanté de mis escritorio y preparé las cartas que le confirmaban a Lockhart la publicación de su libro y las órdenes a mi secretario sobre todo lo que debía hacer en mi nombre para la empresa. 

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¡Hola¡ Soy la autora. Muchos os habréis dado cuenta de que la canción de arriba" no tiene nada" que ver con el capítulo. Está ahí porque pienso que expresa a la perfección el carácter de nuestra protagonista ya que ella es jóven pero demasiado madura (o es lo que intento). ¡Nah! En verdad es porque me gusta y punto xD.

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¿volver a amar? (Severus Snape y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora