Capítulo 36

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Estaba durmiendo tranquilamente hasta que un fuerte ruido me despertó. Rápidamente me levanté y me puse una túnica encima de mi camisón de encaje ya que Severus se había despertado hace rato. Al salir me encontré con una imagen extraña. Severus estaba gritándole incoherencias a Peeves mientras veía cómo ojoloco se estaba marchando.

-¿Qué sucede?-Pregunté extrañada.

-Voy a llevar a Peeves con el barón sanguinario. A lo mejor así consigo que aprenda de una vez.

Cuando me fijé detenidamente pude darme cuenta de que Severus tenía todo el cabello mojado,

-¿Qué es lo que ha pasado Peeves?

-Bueno... Yo sólo estaba haciendo lo que me había pedido, y aprovechando que ojoloco no me veía pensé en hacerle una broma, pero me vio y desvió el globo al profesor Snape.

-¿Estás metida en todo esto?-Dijo Severus rojo de furia.

-Creo que será mejor que entremos en la habitación. Peeves muchas gracias.

Tras escucharme Peeves desapareció con un pop y Severus y yo entramos en mi cuarto.

-¿tienes una explicación válida para lo ocurrido?-reguntó secándose con un hechizo.

-Últimamente ojoloco ha estado apareciendo y rondando el castillo por los lugares más inesperados. Por ello ayer le pedí a Peeves que le vigilase. Si alguien puede pasar desapercibido es él, aunque creo que el ojo de Moody le ve incluso cuando es invisible.-Dije claramente disgustada.

-¿En los lugares más inesperados?

-Sí, por lo que sé su habitación se encuentra en la quinta planta, pero más de una vez le he visto rondando por las mazmorras. Al principio creía que era a causa de sus manías, pero me he dado cuenta de que a pesar de que parece estar bastante interesado en mi nunca se acerca cuando estoy sola. Es como si quisiese que supiese de su presencia pero que no le diese la importancia necesaria.

-A pesar de que vigilarle es buena idea, creo que pedírselo a Peeves no lo fue. Recuerda que no puede mantenerse quieto por tres minutos. Por algo tienen prohibido pisar el gran comedor.

-Tienes razón. Debería de haberlo pensado de una forma más detenida, pero estuve todo el día de ayer preparando todo para solucionar lo del lago y todavía hay una falla en mi plan.

-¿Cual es?-Dijo sorprendido.

-Necesito que alguien invoque desde el otro lado del lago el hechizo e ir rodeando los límites para asegurarnos de que ninguna alga se excluye.

-Hoy es domingo, y si después me ayudas a corregir las pociones de los alumnos de sexto, puedo ayudarte.

-Perfecto, ¿Tienes branquilagas?

-Sí, ¿Pero no es mejor usar el cascoburbuja?

-No cundo me ayudarás a realizar un hechizo tan poderoso. Necesito que pongas pié a la magia y seas el puente, pero aun así gastarás mucha magia.

-De acuerdo, traeré las branquialgas mientras comienzas a hacer los preparativos para el hechizo.

-De acuerdo, así aprovecho y me visto.-Dije quitándome la túnica para entrar en la habitación y colocarme el traje de baño de la otra vez.

Sin esperar mucho me puse mi túnica y usé un hechizo de microclima como la última vez para no morir de frío. Después de asegurarme de que tenía todo me dirigí al despacho de Severus, donde no estaba, por lo que me dirigí a su habitación. Cuando llegué apareció saliendo de la puerta, por lo que sin decir nada nos dirigimos a la zona donde el lago negro y el bosque prohibido se unen para así evitar las miradas de los alumnos.

¿volver a amar? (Severus Snape y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora