¿volver a amar? (Severus Snape y tú)

Capítulo 62

Era de noche, y tanto Umbridge como los autores y el ministro estaban buscando a Dumbledore por todo el Castillo.

Aprovechando la situación decidí ir a la puerta del despacho de Dumbledore para encantar la estatua. Que ese sapo mal formado sea la nueva directora no quería decir que le dejaría ocupar el despacho de Albus. Estaba decidida en ayudar a los gemelos en todo lo posible para hacerle la vida imposible.

Me sitúe delante de la gárgola para comenzar con el hechizo, pero de repente apareció Draco. Él estaba a punto de decir algo, pero no le di tiempo.

-Me vienes de maravilla, ve a la esquina del pasillo y vigila que nadie venga.

- _____, ¿Qué es lo que planteas hacer? -Preguntó dudoso.

-Joder a Umbridge. No la soporto, y mucho menos permitiré que entre a este despacho. Antes muerta.

Al escuchar mis palabras Draco se sorprendió mucho más de lo que ya estaba.

-¿Desde cuando dices tantas palabrotas? Si madre te escuchaste estoy seguro de que te habría dado uno de esos discursos suyos.

-Ciertamente pocas veces hablo así, pero estoy demasiado indignada como para controlar mi vocabulario.-Dije cruzándome de brazos.-Y bien, ¿Me ayudarás o no?

-Nunca me ha caído bien Dumbledore, pero hace mucho que no hacemos algo juntos...-Respondió diciendo lo último con burla para irse al final del pasillo.

Sin esperar más tiempo comencé a realizar los hechizos, con la suerte de que justo cuando terminé escuché a Draco siendo regañado por estar caminando por los pasillos a estas horas.

Con rapidez llegué a donde se encontraban, viendo al ministro junto a Umbridge.

-Buenas. Siento haber mantenido a Draco fuera de la cama, pero he estado intentando entrar en el despacho del director desde la fuga de Dumbledore para saber si hay alguna pista.

-¿Y qué tiene que ver eso con este angelito?-Preguntó Umbridge con una sonrisa satisfactoria.

-Le he pedido que vigilase ya que si algún profesor partidario de Dumbledore me viese, seguramente hubiese sido descubierta.

Al escuchar mis palabras, Cornelius sonrió ampliamente.

-¿Y has encontrado algo?

-Lo lamento, pero no he podido entrar. Dumbledore ha establecido varios hechizos muy poderosos y me es imposible.

Al escuchar mis palabras Umbridge mutó su expresión para dar paso al color rojo en todo su rostro.

-Déjame pasar... ¡Lo que no haga una...!

Ante sus palabras no pude evitar ocultar la gracia que me había causado su expresión, aunque fué mucho mejor cuando intentó por ella misma romper los hechizos infructuosamente.

Después de muchos intentos comenzó a hacer una pataleta, la cual pude observar con gracia.

-Dolores, tranquilízate. Estoy seguro de que tarde o temprano podremos entrar, mientras puede seguir con su trabajo en el despacho en el que ha estado hasta ahora.-Intentó tranquilizarle Cornelius.

Umbridge estaba a punto e seguir con su pataleta, pero un sonoro ¡Pluf! hizo que todos guardasen silencio.

-Wow, ¿Pero qué veo? ¡El ministro tontaina y el sapo de las charcas! ¿Qué? ¿Intentando joder al vejete? ¡JAJAJAJA! Nunca he visto una situación tan divertida.¡ Todos pensaban que el ministerio no estaba haciendo correctamente su trabajo, pero ya ha demostrado que no pueden ni si quiera atrapar al vejete!-Dijo Peeves carcajeándose de ambos.