Capítulo 33

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Las clases de ojoloco bajaron ligeramente de intensidad, pero aún mantenían ese toque terrorífico. Por su parte, Severus le había pedido a Dumbledore que me retirase de clases de defensa contra las artes oscuras, pero Albus se había negado, por lo que el carácter de Severus rivalizaba con el de ojoloco.

Alek krum por su parte había intentado detenerme para hablar, pero como normalmente me encontraba en el gran comedor vigilando que nadie hiciese una tontería, no lo logró. Muchos alumnos habían terminado por colocar su nombre en el cáliz, movidos por el deseo de gloria o la poca cordura. Lo más llamativo a mi parecer era que ningún alumno de Drumstrang hasta ahora había introducido su nombre en el cáliz.

Actualmente me encontraba en el comedor sentada en la mesa y con los pies en el banco leyendo un análisis que Hermione había redactado sobre una poción curativa. Ella se encontraba sentada en el banco esperando mi veredicto. Estaba a punto de terminar el primer párrafo cuando un grupo de alumnos de Drumstrang entraron detrás de Viktor. Este llevaba en su mano un papel, y al verme sonrió. Yo me limité a saludarle con la mano, pero dudo que me viese ya que su vista se fijó en Hermione, la cual le había mirado pero no había reaccionado como el resto de las chicas del castillo. Sin poderlo evitar reí en voz baja mientras veía a Krum introducir su nombre en el cáliz.

-De qué se ríe.-Dijo Hermione extrañada.

-Nada, sólo me hace gracia la forma en la que Viktor Krum te observa. Parece bastante frustrado por tu indiferencia.

-¿Krum? ¿Interesado por mi?-Preguntó muy extrañada.

-Sí, le conozco desde hace mucho, y él es igual que su hermano. Cuando están interesados en una chica intentan ser discretos, pero no lo logran.

Hermione se disponía a contradecirme, pero en ese momento Fred y George Weasley irrumpieron e n el gran comedor con un frasco cada uno.

-Chicos y chicas, hoy veréis cómo nuestra inteligencia supera a eso.-Dijo Fred señalando el círculo de restricción de edad.

-¿No vas a hacer o decir nada?-Preguntó Hermione preocupada.

-No quiero privar al resto de estudiantes de la diversión.-Respondí con una sonrisa.

- Oh, venga chicas, tenéis que apoyarnos.

-Sí, cómo triunfaremos sin el apoyo de las dos damas más bellas del castillo.-Terminaron de decir refiriéndose a mi y Hermione.

Tras sus palabras sonreí y evité que Hermione intentase detenerles.

-Déjalos. No aprenderán a diferenciar ideas absurdas de las buenas si no experimentan las consecuencias.

Ante mis palabras Hermione asintió y decidimos ver cómo Fred y George, creyendo que les apoyábamos, se tomaron las pociones de envejecimiento y cruzaron el círculo. En un principio no pasó nada, pero cuando pusieron sus nombres en el cáliz su fuego cambió de azul a rojo intenso y expulsó a los gemelos, los cuales al levantarse pudieron ver que les había salido barba y pelo blanco. Ante esto todos los presentes comenzaron a reír formando un escándalo. Solo dos personas estaban serios: una era Hermione por el comportamiento de los hermanos, y el segundo era Viktor, que no separaba la mirada de ella.

Con un suspiro me levanté y con mi varita separé a los gemelos y los hice levitar por encima de mi cabeza para llevarlos al despacho de Severus y darles el antídoto.

-¿A dónde nos llevas? ¡La enfermería no está por aquí!

-Os llevo al despacho de profesor Snape para hacer un antídoto.

-No, _____ juramos no volver a desobedecerte, pero por favor no nos lleves con el murciélago.

-Tranquilos, os aprecio lo suficiente para llevaros al despacho cuando sé que Severus no está.

¿volver a amar? (Severus Snape y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora