Capítulo 3

24.1K 1.5K 683
                                    

Me situé en el salón de mis aposentos y me senté en el sofá de la sala mientras que veía mi reflejo en los múltiples espejos que había. Desde donde estaba se podía ver parte del interior de mi vestidor, donde se veía un maniquí con el vestido que me había comprado Cissy para la fiesta. He de admitir que Narcissa tiene buen gusto, el color negro me ha favorecido siempre, y el escote en forma de corazón es sumamente elegante... Pero me parece que este vestido deja muy poco a la imaginación para mi gusto. Dudo que algún mago me tome en serio como empresaria con él, pero no tengo opción.

Cuando estaba a punto de llamar a algún elfo para que me trajese un té, apareció delante mía Kreacher con Albus Dumbledore.

-Lamento la tardanza querida, me ha surgido un problema con uno de mis alumnos. Sus familiares se niegan a entregarle su carta. -Dijo mientras se sentaba en un sillón situado al lado del sofá donde estaba yo.

- No importa, he sido yo la que he retrasado la reunión. En fin, ¿Qué necesitas?-Dije tranquila.

- Oh querida, ¿No puedo visitarte sin querer algo de ti?

- Normalmente no concertas una cita con tan poca antelación si no es por algún motivo importante, además, tampoco eres alguien conocido por amar las visitas de cortesía. -Dije encogiéndome de hombros.

-Cierto, a pesar de que uno de los motivos por los que he venido ha sido para felicitarte tu cumpleaños, no es el principal para justificar mi visita.- Dijo cambiando su semblante tranquilo y afable por uno serio.

- Kreacher, podrías traernos algo de té y pastas. Es la hora del té y creo que estaremos aquí un buen rato -Dijo Albus.

Kreacher me miró esperando mi consentimiento ya que él sólo se guía por mis órdenes. Yo le asentí con la cabeza y se marchó.

- Antes de que se me olvide, quiero entregarte tu regalo de cumpleaños. -Dijo extendiéndome un paquete rectangular.

Cuando desenvolví el regalo me encontré con un libro de aspecto antiguo sobre runas de magia negra y su aplicación.

Sonreí inconscientemente, Albus sabía de mi pasión por las runas y la magia oscura.

- Gracias.

En ese momento apareció Kreacher y depositó la bandeja con café y dos trozos de tarta de limón.

-Kreacher se retira señora.- Dijo desapareciendo.

- Bien, es hora de que hablemos del tema a tratar. - Tomó su café y sorbió un poco. - Como me imagino que sabrás el mes que viene Harry Potter entrará en su primer año en Hogwarts y requeriré de tu ayuda.

- No entiendo en qué puedo ayudarle, sinceramente, a no ser que quiera que le regale los libros poco puedo hacer.-Dije sin saber el porqué de la visita todavía.

- Quiero que entres en Hogwarts como aprendiz de Defensa Contra las Artes Oscuras. No sé si te habrás enterado, pero han intentado robar la piedra filosofal de las manos de Nicholas Flamel, y como favor, me ha solicitado que la custodie. Nicholas siempre ha sido un gran mago, y dudo que su capacidad haya disminuido, por lo que prefiero pecar de precavido y tenerte en el castillo que arriesgarme a que pueda ser robada.

- ¿No tienes a Severus Snape para eso? Tengo entendido que ese mortífago bajo tu custodia se ha convertido en un corderito.- Dije con sarcasmo.

- Cierto, Severus es un gran mago y goza de mi total confianza, pero él estará demasiado ocupado para poder hacerse cargo de los alumnos, sus clases y de la piedra filosofal. -Dijo serio.

- Lo entiendo, pero no sé si podré dejar mi trabajo de lado para vigilar una piedra.- Admití.

-No necesito que tomes el papel de perro guardián, quiero es que tengas un ojo encima de los alumnos si llega a suceder algo extraño. A demás, no creo en las coincidencias, y que este hecho suceda justo antes de que Harry Potter entre en su primer año, no creo que sea buen augurio.

¿volver a amar? (Severus Snape y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora