Introducción 1

17K 576 49
                                    

Tren de Hogwarts, 2° año, rumbo al colegio.

- ¡Hermione!

- ¿Que quieres, Malfoy?

Hermione estaba sorprendida. La había llamado Hermione, en vez de Granger, cosa que nunca hacía.

- Bueno... Te he estado observando. Bueno, no, tampoco pienses que te espío ni nada. Eres una buena persona, y muy inteligente, y también guapa -Hermione y Draco se sonrojaron-. Por eso, me preguntaba... ¿Quieres ser mi amiga?

- ¿Esto es en serio, Malfoy?

- Sí. Y llámame Draco, Granger.

- Pero... ¿Cómo se lo tomaran todos?

Eso no lo había pensado el rubio. Se quedó pensado. Al final llegó a una conclusión.

- No podemos decirlo a nadie.

- Pero Harry y Ron...

- No, escucha. Ellos me amenazaron si me acercaba a ti. Mis amigos te harían la vida imposible y mis padres... Bueno, ya sabes... No les agradáis los sangre su... bueno, eso, ya sabes... Por favor, no te lo tomes a mal. Te he visto, he visto como eres. Los prejuicios que me han sido enseñados eran falsos. Por favor, Herms.

- Está bien.

- ¿Amigos en secreto?

- Amigos en secreto.

Ella se retiró al vagón dónde estaban sus amigos, exceptuando a cierto rubio que jugaría un papel muy importante en su vida.

Él se veía feliz. La hermosa e inteligente Gryffindor era su amiga... Solo tenía que cuidarse de que no lo descubriesen.

El lago de Hogwarts, mismo curso, unos meses después.

- ¡No, suéltame!

- Calla, leona, ¿no entiendes que nos pueden oír?

Draco la sostenía en el aire. Un poco más y la soltaba en el lago. Pero la castaña sabía que él no le haría nada malo. Desde aquél día en el tren eran grandes amigos.

Él la soltó, pero ella, no contenta con esto, lo empujó al lago. Draco cayó al agua, tirando también a la chica.

Salieron riendo del lago, cada uno pensando una venganza apta para el otro. Se secaron con un hechizo. El rubio comenzó a pensar que la castaña era muy diferente a como él creyó el primer año. Y eso le gustaba. Ella, en cambio, pensaba que Draco tenía un lado diferente, que solo le mostraba a ella. Y es que había descubierto que un Malfoy podía ser tierno. Antes de entrar de nuevo en el edificio, Draco, siguiendo un extraño impulso la agarró la barbilla y la pasó el pulgar por su cara, acariciando sus labios. Ella se quedó quieta, sin saber qué hacer, y tan sonrojada que si su cara estuviese entre el pelo de su mejor amiga, Ginny Weasley, pasaría desapercibida. En cuanto el rubio se dio cuenta de lo que estaba haciendo, apartó la mano, con un pequeño color rosa en sus pálidas mejillas.

Hermione, aún roja, se encontró con sus amigos, a los que les extrañó el sonrojo de la castaña. Harry le preguntó sobre ello.

- Seguro que es por Malfoy -dijo Ron tranquilo. Hermione se asustó. ¿Tan evidente era su amistad con el Slytherin? Pero para su alivio, el pelirrojo añadió- ese siempre la anda molestando.

Harry y Ron estaban acostumbrados a que Hermione se sonrojara de rabia. Harry murmuró algo y se encaminó diciendo algo que sonó a "cuando pille a ese estúpido..." Hermione dijo rápidamente que habían sido los amigos del rubio, pero que él no estaba. Harry se tranquilizó.

Draco iba a la sala común de su casa cuando se encontró a Pansy. Ella lo vio inmediatamente, pero la paró un poco el hecho de que sus mejillas seguían teniendo el color rojo.

- Draquito, ¿y ese sonrojo? -preguntó, mirándole con una sonrisa.

- Yo no estoy sonrojado, estúpida.

- Ay, yo diría que sí -su sonrisa se ensanchó.

- ¿Un Malfoy sonrojado? ¿Que brebaje estropeado has tomado para pensar eso?

- Umm... Yo diría que estás enamorado. ¿Es de mí acaso, Draquito?

Al rubio le cambió la cara. Le puso un dedo en el pecho, acusador. Se acercó a ella con mala cara, lo que la obligó a retroceder varios pasos, hasta chocar contra la pared.

- Escúchame bien, Parkinson. Esa es una acusación muy grave, ¿lo entiendes? Así que aleja de mí cualquier idea que se te pueda pasar por tu enferma mente. Y no vuelvas a llamarme Draquito si no quieres ser comida para las criaturas del Bosque Prohibido.

Dicho esto, se fue, dejando a una asustada Pansy pegada todavía a la pared. Pero Draco pensaba en lo que le había dicho. ¿Sería posible que estuviera enamorado de la Gryffindor?

Mismo curso. Últimos días.

El arrogante Slytherin había pensado demasiado en su amiga últimamente. Le parecía una chica estupenda, y lo tenía claro. Le gustaba Hermione. Decidió decírselo a sus padres, aceptando el castigo, antes de que se enteraran por otro lado y le hicieran algo a ella.

Hermione, por su parte, había hablado con Ginny de todo esto ante la duda de lo que sentía. Llegaron a la conclusión de que a la castaña le gustaba el pequeño Malfoy.

Hermosa traición [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora