Nueva vida

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Después de la boda que no llegó a celebrarse y de aquella fatídica tarde al salir de San Mungo, todos tomaron una decisión: Astoria, Ron y Hermione, así como los niños, vivirían en la mansión Malfoy hasta que decidieran irse por ellos mismos.

Lucius les previno de que todavía no anunciasen las nuevas parejas a nadie, puesto que quizás no había pasado todo.

Solo había transcurrido una semana, pero del señor Greengrass y su hija mayor, así como la hermana melliza de Hermione no se sabía nada.

Dos días después de su muerte, la señora Greengrass tuvo su entierro. Pero de su familia solo acudió Astoria.

El testimonio oficial de su fallecimiento fue que al salir su hija del hospital con el bebé en brazos, fue corriendo a ver a su nieto y se emocionó demasiado. Tanto que sufrió un rápido y fulminante ataque al corazón, sin darles tiempo a reaccionar y llevarla dentro para que se recuperara.

Narcissa se encargó de cubrir el balazo y de proporcionar​ esa coartada, puesto que ella, al igual que la mayoría de sus familiares, sufría una rara enfermedad que afectaba al correcto funcionamiento del corazón. Una enfermedad desgraciadamente incurable.

Las cartas que les había entregado antes de morir las habían guardado, no sin que antes se les hubiera grabado en la memoria.

Queridos Narcissa y Lucius:
Cissy, oíste mi historia, sabes cuáles eran mis intenciones. Desgraciadamente, mi marido es inteligente, por eso me enamoré de él. Creo que ha descubierto lo que planeo para vosotros. Escribo esto porque si verdaderamente lo ha descubierto se deshará de mí pronto. Sé que todavía me tiene afecto, pero quiere más a su reputación. Cuéntales a todos mis verdaderas intenciones si no me da tiempo a contárselas yo. No dejéis que mi As se vaya con su padre ni que la corrompa con sus estúpidas ideas. Por favor.
Muchas gracias.

Querido señor Greengrass:
Pongo mis últimas esperanzas en esta carta. Tú ya no eres el hombre del que me enamoré en Hogwarts. Has cambiado mucho. Eras justo y amable, ahora solo te importa el dinero y tratas a tus hijas según lo que te puedan ofrecer. Y así es como estás completamente en contra de tu hija Astoria, que ha decidido oponerse a tus absurdas ideas y vivir su propia vida y has convencido a la pobre Daphne que tus ideas son las correctas. Por favor, cariño, reflexiona, rectifica.
Te quiero.

Querida Astoria:
Estoy segura al cien por ciento de que Hugo será un hermoso bebé. Al igual que estoy segura al cien por ciento de que no es de Draco. ¿Me equivoco acaso? No lo creo. Tranquila cariño, estoy orgullosa de que decidas querer tomar las riendas de tu propia vida. Sigue así, nunca te rindas. Y dile a Ron que si no te trata bien volveré del otro mundo para atormentarle el resto de su existencia.
Te amo.

Querida Daphne:
Me duele decirte que, en realidad, me has decepcionado. Eres una joven excelente, preciosa, inteligente... Y sobre todo tienes una vida entera por delante. Sabes que siempre he querido lo mejor para ti, por eso te doy un último consejo: rompe tu compromiso si no quieres a tu prometido. Vive tu vida a tu manera, y no a la manera de tu padre. Rectifica, cariño, por favor te lo pido.
Te quiero.

Querido Draco:
Estás tan apuesto... Te pareces muchísimo a tu padre cuando era joven. Sé que no quieres a mi hija, sé perfectamente que estás total y perdídamente enamorado de Hermione. No la pierdas, conquístala día a día. Y cuida de Rose, Scorpius y Lyra con las ideas que verdaderamente consideres correctas, mira lo que me ha pasado con Daphne. Pero tengo una pregunta... ¿No eres un poco joven para tener tres hijos?
Usad protección...

Querida Hermione:
Eres todo lo que alguien querría tener: inteligente, hermosa, valiente, astuta, leal... Ojalá hubieras pasado más tiempo con mi hija Daphne, quizás tú si hubieras podido sacarle esas estúpidas ideas de la mente. Aunque no seas mi hija quiero darte un consejo de madre: nunca renuncies al verdadero amor. Y otro más: sé que los hijos son una bendición, pero con muchísimo​s años menos ya tienes más niños que yo. Espera un poco más para la próxima.
Nunca cambies.

Querida familia Weasley:
Os voy a relatar mi historia, la que solo la saben mi esposo y Narcissa y que solo la cree esta última. Espero que así me perdonéis...
Nací en una humilde familia supuestamente muggle. Mi madre sí lo era, pero mi padre era mago. Además vidente. Pero mamá no lo sabía. Él no quería que yo descubriera mis poderes y deseaba internamente que no tuviera. Él sabía quién sería ese niño que fue Voldemort. Y también cuál sería mi destino... Mi padre solo quería que no marchara a Hogwarts. Pero no pudo ser así. Cuando los descubrí, mi tío me sometió a la maldición Imperius, haciendo que asesinara a mis padres y se quedó conmigo. A los once años me llegó la carta de Hogwarts y marché. Y se cumplió la peor pesadilla de mi padre. Me enamoré del que actualmente es mi marido. Cuando él se hizo mortífago, me obligó a mí a la conversión. Me hice pasar por sangre pura, al igual que lo hizo Severus Snape, aunque ambos éramos mestizos... Y la mentira coló. Aún ciega de amor, me casé. Me enteré de que esperaba una hija y mi temor creció al pensar en el señor tenebroso. Pero Harry Potter, el niño que vivió me dió la seguridad que necesitaba para vivir cuando me enteré que supuestamente no existía ya. Quizás me relajé demasiado y al siguiente año nació otra bebé. No quería relacionarme mucho con ellas ni mostrarlas nada de mi cuerpo porque estaba lleno de cicatrices y heridas de los hechizos que me lanzaba mi marido. Pero aún así estuve siempre con ellas. Cuando Voldemort volvió, él me arrastró de nuevo a ser mortífaga y fui torturada al no permitir que mis hijas lo fueran. Siempre estuve de vuestra parte, y siento que os controlara. Solo quiero que todos sean felices.
Ya sabéis mi historia...

Hermosa traición [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora