¿Otro bebé? ¡Otro problema!

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Hermione Granger y Luna Lovegood estaban a dos minutos del caldero chorreante, dónde les esperaba la mejor amiga de la primera.

-Hola Ginny - La rubia la abrazó con efusividad.

-Hola guapa. -La castaña la prefirió besarla en la mejilla.

-Que cariñosas, ¿que habéis hecho ya?- Rió la Weasley.- Oye, Herms, mi hermano me ha dicho que desde que vivís en la mansión Malfoy tienes unas noches, digamos que... Ajetradas. Y no precisamente por los niños.

La castaña se sonrojó. Ginny siempre había sido así de directa, algo que a veces la incomodaba.

La chica provocó las risas de las otras dos al ponerse roja y al no contestar la pregunta.

Aproximadamente media hora después, Luna y Hermione habían terminado​ sus cervezas de mantequilla y estaban dispuestas a irse, pero Ginny las convenció de que se tomaran las tres un whisky de fuego.

Tras ese vino otro, cosa que no hubiera sido tan importante con otra bebida, pero en el mundo mágico es bien sabido que el whisky de fuego es una de las bebidas que más fuerte pega.

Más o menos al terminar los dos vasos Ginny y uno y medio tanto Herms como Luna cada una, salieron del establecimiento.

Apenas habían dado unos pasos cuando la pelirroja empezó a marearse, provocando que se desmayara.

-Gin, Gin. ¡Ginny, despierta! ¡Ginny! ¡Ginevra, por favor! ¡Ginevra reacciona! -La Granger, sujetándola, intentaba despertarla, al borde de un ataque de nervios.

La rubia, en cambio, intentó mantener​ la calma todo lo que el asunto podía permitir​la y las transportó a San Mungo, un lugar que Hermione odiaba, y no en vano, pero que había visitado ya demasiadas veces.

En lo poco que tardaban en avisar a todos, la Weasley ya estaba siendo atendida, hecho en el que contaba mucho la presencia de la ministra de magia.

La castaña entró con ella, mientras que Luna esperaba a los demás para explicarle.

No hubo mucho susto que darse, puesto que la chica despertó casi al instante y la cara que traía el sanador no prometía más que buenas noticias.

-¿Ginevra Weasley?

-Sí, soy yo.-Repondió mientras sujetaba fuertemente la mano de su mejor amiga.

-Sufrió un leve desmayo y en sus análisis hemos comprobado que usted había consumido algunas bebidas alcohólicas, y eso no es muy bueno para usted.

-¿Cómo que no es muy bueno para mí? ¿Soy intolerante o algo?-La chica empieza a preocuparse.

-Oh, no, no. Me refería a su estado, siento haberla confundido.

Eso la confundió aún más.

-Mi... ¿Estado?

-Oh, señorita Ginevra, ¿no lo sabía? Esta embarazada de cuatro meses, de un niño.

Ginny y Hermione no retuvieron su sonrisa.

Dos minutos después, la dejaron salir.

-¡Harry!-La pelirroja se lanzó a sus brazos.

-¡Ginny, cariño, me tenías preocupado y...!-Ella le cortó.

-¡Estoy embarazada de cuatro meses! ¡Será un niño!

Molly apartó a un shokeado y sonriente Harry Potter para abrazar a su hija.

Y así concluyó la tarde...

-Nosotros ya no más hijos. -Le susurró Draco a Hermione.

-Estoy de acuerdo contigo.-Respondió ella.

Hermosa traición [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora