Rose

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-¿Hermione? Hermione, cariño, ¿estás ahí?-Ron estaba preocupado.
Desde que su padre le obligó a pedirle matrimonio a  su novia, ella se veía diferente, más... Triste. A veces la descubría llorando. Le asustaba que ella hubiera descubierto que solamente se comprometió porque su padre le obligó.
Lo que él no sabía es que estaba así porque ella no quería casarse con él. Y también porque los padres de Astoria Greengrass habían amenazado a Draco si no le pedía matrimonio a su niña, por lo que, con el consentimiento de la madre de su hija, el pequeño de los Malfoy estaba oficialmente comprometido.
Pero hoy, la futura Weasley, no estaba llorando. Cuando Ron abrió la puerta de su habitación, la vió arreglándose.

-¡Ron! ¿Que haces aquí? ¡Te dije que mi habitación es sagrada! -La castaña le echó fuera.

Ella decía que tenía cosas muy importantes que no podía tocar, ya que era ministra de magia. En realidad, la verdadera razón por la que ella no le dejaba entrar era por las fotos que guardaba. Todas con el rubio, ninguna con el pelirrojo.

Cuando la chica salió de la habitación, ya arreglada, se fue a ver a su hija, aún oculta a los ojos de todos. Cerró sy puerta con un hechizo y antes de salir, se le cayó un papel sin nada escrito con una foto con unas palabras de su bolso sin que se diera cuenta. Una foto que recogió su novio. Era una foto muggle.

Antes de que él dijera algo a la castaña la miró, y, en ese momento, sintió que el mundo en el que él vivía no era el mundo en el que vivía ella.

Arriba, la foto

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Arriba, la foto.

Por una parte, se sintió traicionado de que ella no le hubiera confiado que se llevaba bien con ese chico, que, por lo que se ve aquí, salieron juntos y que, incluso, perdió la virginidad con un Malfoy. Por otra parte, no se creía que fuera verdad.

Decidió hablar de esto con ella en cuanto volviera de dónde quiera que estuviese.

Aunque, en el fondo, se sentía algo aliviado, por que él la estaba haciendo algo mucho peor, pero que sería menos malo si ella también guardaba secretos como esos.

Tenía que entrar en su habitación como fuese.

Pero antes...

-Pigwidgeon, ven. Entrega esto, rápido. -Dijo pasando una carta.

Cuando se fue, se quedó pensativo...

Tenía el presentimiento de que esa foto sería el principio del fin de su relación con la que fue su mejor amiga.

Mientras tanto, en la mansión Malfoy...

Draco esperaba a su...  ¿Qué era? ¿Amiga, exnovia, novia, amante...? Y es que se había estado viendo con Hermione, y parecían una auténtica pareja. Con besos y más que besos incluidos.

Sus padres se habían ido de viaje y su novia... ¿Dónde estaba su novia? Bueno, da igual. Tampoco le importaba mucho.

Estaba con Blaise y Pansy esperando a que Hermione apareciera para ir a ver a Rose.

-Ey, estúpido, ¿dónde miras? -ese era Blaise.

-Tan amable como siempre, Zabini.

-¿Lo dudabas, amigo?

-Ni un poco - El Malfoy esbozó una sonrisa.

-Está pensando en ella - Pansy se unió a la conversación.

-¿En quién? ¿En Astoria?

-¿Tú eres imbécil, Blaise? ¿O se te rompió un frasco de poción en la cabeza cuando eras pequeño? ¡En Hermione!-La chica rodó los ojos mientras decía esto.

-No es cierto... - la voz de Draco sobresaltó a los otros dos, que habían iniciado una discusión.

-¿Que no? Enséñame la mano. -La morena le miró con aire acusador, para después arrebatarle lo que tenía.

La foto

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La foto

-¿Y esto que es, entonces?

-Esta bien... Pienso en ella. -La Parkinson sonrió satisfecha.

Ya en el orfanato...

-Hola, hermosa. - el rubio recuperaba ese brillo en los ojos cada vez que estaba con su niña o con la madre de esta.

-¡Mami, papi!

-Hola mi amor. Tenemos una gran noticia para ti.

- ¿Vais a volver a estar juntos?

-No, cariño, ya te lo explicamos. La noticia es que el lunes, o sea, pasado mañana, vendrán todos porque es tu santo.

-Ya. Pero mi mayor regalo sería el que volvierais. Se nota que os seguís amando. Dejad de fingir. -Estas palabras dejaron a sus padres boquiabiertos y sonrojados.

Rose era rubia, pero tenía el pelo rizado. aunque sus rizos estaban ordenados, al contrario que los de su madre cuando era pequeña.

Se parecía mucho a Hermione, pero los ojos los tenía grises, como su padre.

Tenía la arrogancia y la elegancia del Malfoy, pero la inteligencia de la Granger, lo que hacía que, a sus cinco años, pronto seis, dijera cosas como la que acababa de decir.

Por la noche...

Draco y Hermione avisaron de que no dormirían en casa. Ellos tenían una casita para ellos, dónde solían escaparse para estar juntos y con intimidad.  

Que faltaran era lo único que necesitaba Narcissa Malfoy para poner su plan en marcha...

-Me la llevo. A Rose Malfoy-Granger.

-¿Quién es usted?

-Narcissa Malfoy, su abuela paterna.

Después de un hechizo de reconocimiento, la entregaron a la niña.

-¿Y cuando la trae?

-Nunca, los padres ya pueden hacerse cargo.  La saco de aquí.

Ya en la mansión Malfoy...

-Bien, Rose, ¿preparada para que tus papás vuelvan a estar juntos?

-¡Siiiii!

-Perfecto, el plan acaba de empezar...

Hermosa traición [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora