Tú... ¿No eres muggle?

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Ella se dipuso a irse después de comunicar a todo el Londres mágico su decisión hasta que...

-¿El torneo de los tres magos, Hermione? ¿Acaso quieres que muera más gente? Ay... Como se nota que no saben elegir bien a los ministros.-La castaña se sorprendió.

-¡Marco! ¿Qué haces aquí? ¡Eres muggle! ¡No puedes entrar! ¿Cómo lo has hecho?

Algunos se extrañaron, otros estaban preocupados por la seguridad, pero absolutamente todos se preguntaban quién era ese rubio.

-¡Hola, Herms! Gracias por dejar que visitara a mi hermana, no volveré a dejar mi puesto, lo siento. Me han dicho que se celebrará el torneo de los tres ma... ¿Marco? -La ministra se giró bruscamente a su amigo.

-Alan, ¿tú le conoces?

-¡Pues claro! Marco Sánchez Renoir, mi hermano pequeño.

Tanto la chica, como Harry, Daphne, los Weasley y Viktor, que ya le conocían, se quedaron boquiabiertos.

-Tú... ¿no eres muggle?-Alcanzó a tartamudear.

-¿Que si él...? ¡No! Fuimos los dos a Ilvermorny, a pesar de vivir en España. Pero yo, después de que mataran a mi padre, una vez terminado los estudios, me trasladé a Francia con mi madre y él se quedó en España.

El otro chico reía.

-He sido un buen actor, ¿verdad?

-Lo que has sido es un cabrón. -Dijeron Draco y Alan al unísono.

-Oh, hermanito, ¿ya no me quieres? -Se burló.- ¿No sabes que tu amiguita va a dejar a su chico por mí? Y si no, que tenga cuidado con sus hijos, porque puede que llegue a faltarle alguno...

Alargó el brazo hacia Rose, pero la Granger le pegó una bofetada.

-¡No toques a mi hija! Creí que habías cambiado, pero esa mierda de corazón nunca cambiará. Me resulta imposible que tengas la misma sangre que Alan, un buen chico, amable y que sabe respetar a los demás. Vamos, todo lo contrario a ti. Eres egoísta, superficial, mentiroso y una persona asquerosa. Estaba empezando a confiar en ti, pero me has demostrado que es imposible. Sabías el plan de mi hermana, ¿verdad? Y sí querías matar. Estoy más que segura de que todos tus movimientos los saben ella y el otro. Cómo no. No me vuelvas a dirigir la palabra en tu vida, ni a tocar a mis hijos. ¡Y sal de aquí ahora mismo! -Hermione estaba empezando a perder los nervios.

-Como vuelva a verte por aquí te meto una demanda que no sales de Azkaban en tu mísera y despreciable vida. Pero antes te meto una paliza que te quedo medio gato morir*. Y ni se te ocurra ni mirar a los niños, porque no vuelves a ver nada. Antes te quedo ciego. ¡Fuera de mi vista! ¡ya! -La orden de Draco fue tan imponente que Marco salió corriendo, no sin antes reírse.

Pero sabían que no sería la última vez que verían.

-Atención, magos y brujas londinenses, obviar esta última parte. No es nada importante, solo es un viejo enemigo de mi familia. Gracias.- Y añadió en voz más baja.- Alan, ahora me acompañas a mi despacho.


*Te quedo  medio gato morir: se refiere a que le queda mal, vamos, para él hospital echando leches.

¿Alguien se había imaginado que Marco era mago?

¿O que Alan era su hermano?

¿Quién creyó sus palabras?

Con Percy os di a entender que algunas personas sí cambian, pero con esto quiero demostrar que no siempre hay que fiarse de un cambio, porque puede que solo nos intente engañar.

Hermosa traición [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora