Enfrentamiento y bandos claros.

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Un día después de que los tres bebés nacieran, las chicas estaban recuperadas.

Salieron de San Mungo, dónde les esperaba una horrible sorpresa.

Estaban todos, los de los dos bandos, incluso Daphne (por lo que Percy  se dijo que la próxima vez usaba el doble) en un incómodo silencio, pero no parecía pasar más que eso.

De pronto, los Greengrass (menos Astoria y su madre) sacaron las varitas y Dianne una pistola.

Marco estaba confuso, esto no formaba parte del plan.

Cuando el señor Greengrass vió que su mujer estaba escabulléndose​, le lanzó un crucio demasiado fuerte, que la inmovilizó en el suelo y siguió hasta quedarla inconsciente y con una débil respiración.

Narcissa solo necesitó una mirada de su marido para entenderle y rápidamente de las apañó para cargar a Hugo y a Rose y hacer que los Granger, los cuáles tenían a sus dos nietos más recientes en brazos, se aferraran a ella, para llevarlos a un lugar más seguro.

Los demás sacaron las varitas, sin advertir que Marco no estaba : había huído con Cissy.

Mientras, en el lejano lugar dónde se encontraban los Granger, una Malfoy, tres mezclas de ellos, un bebé pelirrojo y un extraño chico...

-Tú eres el chico que estaba con Dianne... ¿Quién eres? ¿Qué quieres?-Exclamó Narcissa.

-Yo solo he venido para huir... No quiero que pase nada, esto no estaba planeado.

-Continúa.

-Yo no quiero hacer daño a nadie, yo estaba participando para que Herms volviera conmigo... Os lo juro, de verdad. Por favor, no me hagas nada. Y si quieres me quedo yo con ellos y los protejo-señaló a los que estaban allí- tengo una pistola también. Pero te ruego que no dejes que la pase nada.-Sus ojos derramaban lágrimas y parecía sincero, pero ella no estaba convencida.

-¿Y cómo sé que no mientes?

-¿Tiene un móvil? ¿Sabe hacer videollamadas?-Cissy asintió.-Bien, estaré todo el rato haciendo videollamada. Umm, espere.-Sacó unas extrañas lentillas.- Póngaselas, y estos auriculares también. Podrá ver y oír la videollamada aún oyendo y viendo la batalla.

Ella le obedeció. Necesitaba ayudarlos.

En frente de San Mungo...

Narcissa llegó cuando todavía no había empezado nada y según la señora Greengrass abría los ojos, todavía tendida en el suelo. Estaban en posición de ataque y se habían mandado unas cuantas amenazas.

Pero pronto se desencadenó todo.

-Imperius -Dijo Daphne, apuntando a los Weasley, pero Lucius lo impidió.

Absolutamente todos los pelirrojos quisieron atacar, al igual que Harry, Pansy y Blaise, pero Ron se impuso.

-No, esta es una batalla entre ellos y nosotros. Marchaos.

No quisieron hacer caso, pero Percy los convenció. Narcissa le susurró dónde estaban los otros y él los condujo.

Ahora sí era una batalla justa.

Aprovechando la confusión, el padre de Astoria intentó matar a Lucius, diciendo que era un traidor, por lo que Draco se interpuso entré él y su padre y Hermione desvío el hechizo, sin saber que su melliza la apuntaba con la pistola.

Se oyó el disparo, seguido de un golpe seco, el que hace un cuerpo al chocar con el suelo.

Miraron para ver que había ocurrido y a todos les dejó helados.

Ella tenía los ojos abiertos y el pelo esparcido en la cara. Sus manos habían caído en una posición extraña, puesto que estaba protegiendo a otra persona. Por los labios entreabiertos todavía salía aire y parecía que su corazón no se había detenido.

Con un esfuerzo terrible, movió la mano y sacó varias cartas de una mochila y se las extendió.

Cada una estaba dirigida a una persona allí presente.

Cada uno recogió la suya en estado de shock y Narcissa, además, recogió la de los Weasley .

La mayoría estaba llorando llegado a ese punto.

La sangre seguía derramándose por la herida. En ese momento, Lucius salió del shock y corrió hacia ella.

-No puedes hacer nada por ella ya. Cuando el charco de sangre llega a una cierta medida, es imposible.-Sollozó al explicarlo. Estaba arrodillada junto a ella. A su lado estaba Astoria.

Los demás seguían de pie, sin ser capaces de reaccionar.

Entonces, los casi imperceptibles latidos de su corazón se detuvieron y en unos segundos, el aire dejó de llenar sus pulmones.

Ella había muerto.

En ese momento, cada persona tenía muchos sentimientos agolpados, pero uno destacaba entre los demás.

Dianne se sentía culpable de haberla asesinado.

Narcissa estaba asustada por verla allí tirada y saber que nunca más la vería sonriente.

Draco se sentía arrepentido de no haber podido comprenderla mejor.

Lucius estaba triste por no haber podido ayudar.

Astoria tenía sed de venganza.

El señor Greengrass aún no lo aceptaba. Era imposible para él que ella no volviera a la vida. Tenía la tenue esperanza de que abriera de nuevo los ojos.

Y Hermione sentía dolor profundo al saber que la señora Greengrass siempre les había apoyado, en secreto. Que había sufrido y se había enfrentado a su marido por ellos y que ahora estuviera​ muerta por haber impedido su propia muerte.

Todos menos Dianne y su esposo se arrodillaron junto a ella.

Pero pronto vieron como el cuerpo desaparecía ante sus ojos y, al alzar la vista, vieron que el señor Greengrass y la hermana melliza de Herms no estaban tampoco. Además de que ningún sanador se acordaba de nada de lo sucedido.

Se levantaron con cuidado y se fueron a la mansión Malfoy, sin cruzar ninguna palabra.

Los que no estaban presentes allí no necesitaban explicación ninguna, puesto que habían visto todo por el móvil de Marco.

¿No creeríais de verdad que mataría a Herms, no?

Si es así, me voy a enfadar con vosotros...😒

Okno.

Hermosa traición [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora