5. ¡Déjame!

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RUGGERO

A pesar de que Mercedes insistía en que me quedase con ella, alegando que Karol pronto regresaría, la duda me acechaba junto al abismo de la preocupación. No puede esperar más y salí a buscarla. Mi hermana se estaba tardando mucho para una palomitas, ¿había demasiadas personas en la cola? No, y con no, no quise decir que no habían demasiadas personas en la cola, porque de hecho habían bastante, pero Karol no formaba parte de ella. Caminé un poco más y suponiendo que quizá estaba en los servicios higiénicos, me dirigí hacia allá. Pero cuando estaba por llegar, una conocida cabellera color rubio chillón llamó mi atención, resulta que mi hermanita había salido de la sala para encontrarse con este imbécil.

Pero ¡joder hombre! Cómo jode está niña. Teníamos un trato, ella conmigo toda la tarde pero no, se va y llama al amiguito ese. Haber ¿por qué? ¿La aburro?

Karol le decía algo al pelos de paja, este se notaba nervioso, aunque es de esperarse, esa pequeña pone nervioso a cualquiera. El espacio de separación que había entre ellos disminuyó notablemente, me inquiete al verlos tan cerca, el corazón se me aceleró cuando me imaginé lo que venía. Avance rápido y justo en el momento que estoy frente a ellos, se besan, en mi cara prácticamente. Me costó menos de diez segundos VER lo que ya estaba viendo, mi mente no creía que esto en realidad estaba pasando, mi cuerpo se congeló y se descongeló cuando la sangre se me subió a la cabeza, la ira apoderándose de mi.

Mi primera acción cuando reaccioné fue apartar a Karol de ese idiota para después enfrentarlo, él estaba sorprendido o aún anonadado por el beso cuando mi mano derecha cerrada en un puño se estrelló en su cara, su rostro dió vuelta y volvió. Mi otra mano también en puño golpeó sus costillas, él ladeó su cuerpo por el dolor, mi puño otra vez volvió a dar un derechazo en su rostro, está vez su labio sangró. Pero eso no iba a impedir que siguiera desfogando mi ira, él tenía la culpa después de todo, no tenía porque meterse con mi hermana, le advertí en muchas ocasiones que no la tocara. Estoy listo para golpear nuevamente pero en esta ocasión, Karol me lo impide al ponerse en mi delante. La imágen de sus ojos llorosos y mejillas rojas sustituyeron la del beso. Me hice a un lado y ví que se acercó al idiota ese que se había caído en el momento en que ella se paró a detenerme. Lo ayuda levantarse. Ahora está detrás de ella, usándola como escudo, estúpido.

—Karol, vámonos —le digo. Ya deje que lo ayudara y listo, ahora se viene conmigo.

—¿Qué te hace pensar que voy hacerte caso? ¿Ir contigo, estás loco o qué? —cierro los ojos tratando de contenerme, ella busca sacarme de quicio—. Y además ¿quién te crees para prohibirle cosas a Lionel? Si yo quiero que él me bese pues que me bese, no es tu problema ¿okay? —por favor que se calle esa loca—. Soy yo la única que decide sobre mi, ¿entiendes? Él me tocará si quiero y no dejará de hacerlo solo porque tú se lo digas.

¿Qué demonios está diciendo? ¿Qué fue todo ese discursito? Está enojada lo sé, pero decir que él va a tocarla si ella así lo quiere, me da náuseas. Joder es una estupidez, se que es una persona autónoma pero también es demasiado ingenua y ese infeliz va aprovecharse de eso.

Estaba furioso de por sí y ella me enciende más. No sé que hacer con ella, ¿por qué está en mi contra? Acaso no sabe que lo único que quiero es protegerla.

Y ese imbécil ¿qué se cree? Que porque la tiene abrazada por la cintura, ¿él ganó? Por supuesto que no, yo le voy a quitar ese estúpida sonrisita, le va a durar poco, ya verá.

—Karol, te lo diré por última vez, te vienes conmigo o vuelvo a golpear a ese imbécil.

—No te atreverás —asegura desafiante—. Y que bueno que sea la última vez que hablas porque ya me cansé de escucharte.

Enamorada De Mi Hermano © #AES1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora