36. La verdad duele.

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KAROL

Que Ruggero y yo no seamos hermanos ha solucionado muchas cosas entre nosotros, pero respecto a la relación que tenía con mis padres ahora ya no existe más. Él reaccionó de mala manera al enterarse de la verdad y decidió alejarse de Mónica y Miguel. No pensé que reaccionaría así, es decir, que se alejara de esta familia, sin haber escuchado la versión de mis padres ha bastado solo lo que su verdadera madre le ha dicho.

Brunella le ha lavado el cerebro, es lo que dice mamá, yo no sé que pensar.
Mi padre no se ha pronunciado al respecto, solo mencionó que entiende el porque del actuar de Ruggero.

-Hoy lo verás, ¿cierto?

-Si -respondo sin mucho entusiasmo porque aunque me alegra verlo, estoy triste por todo lo acontecido.

-Convéncelo de que venga a la casa.

Eso intento cada vez que lo veo mamá, pero él está cerrado en eso.

-Déjalo mujer, él no nos quiere ver, entiéndelo.

Mamá se levanta de la mesa, está dolida porque su hijo como ella lo llama la abandonado para irse con una mujer que ni siquiera conoce.

-Entiende que es mi hijo, ¡yo lo crié! ¡Yo! No ella.

Miguel pone sus manos sobre su cabeza en señal de frustración.

-Todo estará bien papá -pongo mi mano sobre la suya, mostrándome mi apoyo.

-Ya no sé qué hacer hija. Trato de emendar mis errores, pero parece que es muy tarde.

-Nunca es tarde papá. Tú no te preocupes, Ruggero tiene que escucharlos y yo haré que los escuche.

Sin más que decir me retiro, tomo mi bolso y salgo de mi casa para ir a la de Ruggero, ahora tiene un departamento, está viviendo solo parece que su nueva familia lo está ayudando porque ya no está trabajando para nuestra empresa que también es suya.

Estoy tan impactada con todo eso, se que mis papás actuaron mal, pero son mis padres y no voy a darles la espalda, creo que han cuidado bien de nosotros, quizá no han sido muy apegados a nosotros, pero han he hecho lo que han podido.
Ruggero tiene que escucharlos es lo más justo en un conflicto, debe escuchar a las dos partes y tiene que estar dispuesto al diálogo que es muy diferente a confrontar.

-¿Tarde mucho? -pregunta Ruggero bajando de su auto, corrección: nuevo auto. Llevo 15 minutos esperándolo-. Si me hubieras avisado, que vendrías, no tendrías que haber esperado -dice mientras pone las llaves en la cerradura-. Te extrañe -me dice con dulzura.

-Yo más -respondo sonriente, nos damos un fuerte abrazo y luego nos besamos.

Entramos a la casa, Ruggero se encarga de guardar las cosas que ha comprado mientras yo me lavo las manos, después él hace lo mismo.
Nos sentamos en el mueble de tres para estar más cómodos, le pregunto cómo le a ido y cosas de rutina, conversamos un poco sobre cosas sin importancia, todavía no le he hablado de mis padres no quiero hacerle enfadar tan pronto.

-¿Quieres una tortilla? -pregunta mientras se dirige a la cocina que desde donde estoy se encuentra de frente y luego giras hacia la derecha.

-No, no tengo hambre, gracias.

-Bueno haré una para mí -me dice antes de meterse a la cocina.

Me burló. ¿Él está cocinando? No lo puedo creer. Me preguntó si puede hacerse los postres que la nana le hacía.

-¿De qué te ríes? -me asombra que haya escuchado mi risa desde donde está, prefiero verlo y me levanto del sofá para ir hasta donde está.

-Lo siento. Es que, ¿tú en la cocina? -es muy buen concinero en realidad solo que quiero molestarlo un poco para que entre en ánimo.

Enamorada De Mi Hermano © #AES1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora