20. La Fiesta (1/2)

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Ruggero

No podíamos escapar de nuestra realidad, ni mucho menos evadir el hecho de que nuestros progenitores son las mismas personas para ambos.
Volvimos a casa, apenas cruzamos la puerta principal nuestras risas fueron silenciadas debido a la extraña mirada de nuestros padres, es como si observarán un experimento que resultó como esperaban, me sentí analizado. Saludé como pude a Miguel y a Mónica, me costó mucho hablar con ellos sabiendo lo que está pasando entre Karol y yo. No quise entablar una conversación con mis padres aunque ellos parecían querer charlar, sin embargo, nos las arreglamos para escapar de esa charla que creo yo sería un interrogatorio. Subimos la escalera corriendo para no darles tiempo de detenernos, una vez que llegamos al segundo piso reducimos nuestra velocidad y empezamos a caminar despacio hasta que tomamos pasillos diferentes, cada uno a su habitación, tendríamos que ducharnos y cambiarnos para ir a una fiesta que nos invitaron, bueno invitaron a Karol y ella me invitó a mí, además mis padres no dejarían que mi hermana fuese sola, debo estar yo para protegerla.


El agua fría me resultó genial, muy al contrario de cuando es invierno. Terminé de bañarme, salí del baño con la toalla envuelta alrededor de mi cadera, sacudí mi cabello mientras caminaba hacia el armario. Busqué algo adecuado para la ocasión, la verdad era que no tenía entusiasmo ni estaba interesado en ir a esa fiesta, ¿a qué se debía mi falta de ánimo? Lógicamente era que en esa reunión solo iban a estar los amigos de Karol, y personas que ni siquiera conozco, ¿por qué asistiría a una fiesta de alguien que no sé quién es? Por supuesto la respuesta era, Karol.

Me decidí por una camisa manga tres cuartos de color rojo con un pantalón color plomo quedó bien.
Me pregunto ¿qué se pondrá Karol? Espero que no sea un vestido corto, porque al bailar se le subiría todo el tiempo y sería incomodo para ella.
Bailar. Maldición, no se si podré soportar como varios imbéciles coquetean con ella, golpearía al idiota que se le acerque demasiado.

Debes aprender a controlarte, no más acciones desmedidas. Mientras me repetía a mi mismo que debo tener control de mis acciones, salí de mi habitación para ir hacia la Karol.

—¿Y de quién es la fiesta? —pregunte esperando que mi preciosa novia termine de peinarse, no entiendo porque se arregla tanto si así como está se ve hermosa.

—Es de Jazmín, ¡una chica encantadora! Créeme —¿vió mi cara de incredulidad?—. Listo —dejo el peine y la plancha para el cabello a un lado—. Terminé de peinarme —sonreí y empecé a aplaudir, ella dejo de verme por el espejo y volteo a verme directamente.

—Felicidades, no tardaste nada —por supuesto eso fue sarcasmo, Karol se rió, ella sabía lo mucho que se había tardado haciéndose esas ondas a todo su cabello.

—Pero quedé fantástica ¿o no?

—Eso ni lo dudes —Karol estaba complacida con su look—. Realmente ¿tenemos que ir? —su sonrisa murió al ver mi desinterés.

—¿Por qué? Jazmín es una de mis mejores amigas y no puedo faltar Rugge, se molestaría conmigo si falto. Tu lo entiendes, ¿cierto? —¿Acaso puedo decir que no? No, pero debía seguir intentando por si la convencía de quedarse.

—Es que... Tenía que ir a ver a Mercedes —me achaque a eso, la verdad no quiero ir porque sé que el idiota de Lionel también irá y de seguro tratará de acercarse a Karol, hace una semana que no se ven y no quiero que ese récord se quebrante al contrario quiero que siga creciendo.

—¡Ruggero! —renegó—. Eso quiere decir que la prefieres más a ella que a mí —se dió vuelta dándomeme la espalda y se cruzó de brazos, ¡genial!  señales de enfado, no puedo creer que se moleste por esto.

Enamorada De Mi Hermano © #AES1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora