12. ¿Me vas a ayudar?

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KAROL

Íbamos en el auto de regreso a casa, lugar donde debió pasar la noche conmigo, bueno no conmigo, es decir, bajo el mismo techo, no es que pensara otra cosa.
El camino hacia casa era en silencio, miraba de vez en cuando a Ruggero, pero él solo se dedicaba a mirar la carretera, como comprenderán me encontraba totalmente aburrida, ni siquiera mirar las calles, casas y algunos árboles por la ventanilla del auto me animaba. Quería hablar, deseaba poder charlar con él, pero traía una cara de mírame y no me hables.

Justo en el momento que estiro mi mano para poner música, Ruggero habla, su repentino hablar me asustó, rápidamente devolví mi mano a mi  corazón, que se habia acelerado por el susto que me lleve.

—Nunca vas a dejarme tranquilo —comenta mi hermano notablemente fastidiado, actitud que me molesta.

—¡Ay lo siento! —ironizo—. ¿Querías besarte con Mercedes antes de irte? —respondí con burla y al terminar rodé los ojos. Me molesta que a él le moleste que lo haya separado de Mercedes cuando estaban a punto de besarse. Debería agradecerme.

—No lo digo exactamente por eso, sino por todo, siempre estas ahí tras de mí, viendo lo que hago o no y específicamente odiando a cada una de mis enamoradas ¿¡por qué haces eso!? —su tono de voz expresó confusión, como si no entendiera mi comportamiento.

Ay hermanito ¿no es obvio? Me encantas. Eres el hombre más maravilloso que conozco. Te quiero solo para mi y odio que estés con otras mujeres. Odio que no te fijes en mi, que no me veas como una mujer sino como tu pequeña hermana. Aquel pensamiento me causo tristeza, tenía tantas ganas de decírselo pero simplemente no puedo y no debo.

—Eres mi hermano, es normal que me preocupe por ti —respondí mirando la carretera, segundos después volteé y vi su rostro de perfil, él va manejando solo sonrió con diversión moviendo la cabeza de lado a lado en negatividad. ¡Cielos! ¿cómo es que es tan atractivo? El semáforo cambia a rojo, Ruggero detiene el auto. Se qué me observa pero yo no lo hago, de hecho ahora encuentro divertido las lunas polarizadas del auto a mi costado.

—Karol —el llamado de su voz me obliga a mirarlo—. ¿Te preocupas por mí o te pones celosa? —su mirada fija en mi no me da escapatoria, eso causa que me ponga más nerviosa. A veces pienso que sabe que me muero por él y me ignora porque le gusta torturarme con sus preguntitas—. Y entonces, ¿por qué no respondes? —su sonrisa al preguntar me confirmó que sabe lo que yo sé, osea que los dos sabemos que estoy enamorada de él, razón suficiente para dejar de verlo a los ojos, acto que para mi mala suerte delató mi nerviosismo—. Así que todavía tengo ese don de ponerte nerviosa. ¿Por qué será? —volví mi mirada a sus ojos, en ellos vi confusión fingida, quiere simular que duda de lo que dije y que recién se está dando cuenta de lo que ya sabe.

—¿Tú ponerme nerviosa? Permíteme reírme —y eso hice, me reí, por más descubierta que estuviese no iba abandonar las apariencias. Aunque era para disimular cuando estaba nerviosa, sino sepan lo que se me ocurrió decirle—: Ni que me gustaras —esta era mi mejor actuación sin duda.

Ruggero me dio un vistazo y se rió, no entiendo que es tan divertido para él, yo estoy hablando lo más seria posible.

—Me diviertes Karol —y se atreve a decírmelo en la cara, con esa sonrisa hermosa que tiene. Esperen, ¿dijo que le divertía? ¿acaso cree que soy su payasa?

—¿Acaso crees que soy tu payasa? —reclamé pero el pibe este se volvió a reír. Idiota, pensé.

En el resto del camino fuimos jugando a las miraditas acompañadas de risitas. Algo tonto de nuestra parte debo admitir.

Al cabo de veinte minutos llegamos a la casa, Rugge se estaciona frente a esta y aunque yo le digo que guarde el carro en la cochera no me hace caso, se desabrocha el cinturón y se baja del auto. Por la ventanilla lo veo sacar las llaves de su bolsillo y abrir la puerta, voltea a verme y yo intento quitarme el cinturón de seguridad para al igual que Ruggero, salir del auto, sin embrago, el seguro de este está súper fuerte porque no puedo. Miro el espejo retrovisor y veo que todavía está en la puerta mirando hacia acá, frunce el ceño e imagino que se estará preguntando por qué no he bajado del auto, y como él no es muy paciente veo como se acerca a paso largo. Pronto está en la ventanilla y pregunta sarcásticamente—: ¿Qué estás esperando, una invitación? ¡Ya llegamos! —mete su mano por la ventanilla y toca el claxon solo para molestarme.

—No me puedo quitar el cinturón —informo para que me ayude, pero él solo me queda mirando—. ¿Me ayudas?— hago la pregunta obvia, el pone los ojos y por fin abre la puerta del auto, se inclina cerca de mi para ayudarme a quitar el cinturón.

RUGGERO

Apenas despertaba cuando al abrir los ojos, estos se hallaron con los fulminantes ojos de mi hermanita. Karol se hallaba en la habitación y al parecer estaba que echaba chispas.

La posición en la que está ahora me recordó a la mía, así mismo estaba yo ayer cuando vi a mi hermana nuevamente con Lionel, sé que no le tengo porque prohibir cosas pero, Lionel, en serio ese tipo no es el mejor para ella, no se si alguno lo sea, Karol vale mucho y no lo digo sólo porque sea mi hermana, la conozco y sé lo increíble que es. En fin, creo que no debo quedarme en casa de Mercedes, no porque Karol haya venido a buscarme, sino que, desperté de lo más excitado por el sueño que tuve y anoche, ¡cielos! lo que pasó con Mercedes era un caos, al menos para mí. No podía concentrarme en todo el acto sexual, quería ver y sentir a Mercedes, porque ella era la que estaba conmigo en ese momento, pero veía a Karol y juro que hasta sentía el calor de su cuerpo junto al mío. Sus ojos verdes me persiguieron toda la noche y aunque los de Mercedes también sin verdes, la mirada de Karol, es otra. Y me da pena decir esto también, es de lo más extraño pero incluso luego haberla imaginado en la actividad sexual con Mercedes, ¡tenía que tener un sueño erótico con ella! Era una locura que Karol esté en todas partes. Enloquecere si sigo teniendo ese tipo de sueños, más en las circunstancias en la que estoy: tengo a la protagonista de mis sueños frente a mí y en minifalda. Eso saca mi lado sobreprotector, me molesta pensar cuántos hombres la habrán mirado cuando venía para acá.

—Busca allá abajo —le digo sin ninguna mala intención cuando su faldita de lo corta que era, ustedes entienden, quedo casi nada, no se cuánto tiempo me quedé viéndole el trasero hasta que ella volteó y lo peor de todo, es que me atrapó viéndola, ha de pensar que su propio hermano es un pervertido.

Y ahora aquí estamos, luego de un intenso viaje en auto para llegar a casa, porque así es, Karol me  trajo de vuelta, y lo agradezco porque en este momento debería estar comiendo las tortillas que hace la nana, pero no: estoy tratado de quitar el cinturón de seguridad que Karol, mi hermana no puede sacarse.

Que extraño -pensé-. Por más raro que parezca el cinturón no se soltaba.
Tal vez con más fuerza se suelte pero Karol traía una blusa escotada y si muevo mi mano con mas brusquedad sus senos van a saltar y eso sería -fabuloso- incomodo, pero no hay otro remedio, moví mi mano con mas brusquedad para despegar el cinturón del seguro, pero no funcionó, sin embargo seguí moviendo mi mano con mas fuerza y ya no pude mantener mi vista sobre el seguro, los pechos de Karol se movían cada vez más rápido, ¡carajo! Pensé que podía contenerme, trate de no mirar, pero joder que esas hermosuras llamaban la atención, si los sigo viendo creo que podría tener una erección. Es que no solo son sus pechos rebotando, es su rostro, su mirada inocente -me prende locamente- es como si no fuera conciente de lo buena que está y lo que podría provocar.

Deje de mover mi mano porque era una tortura ver cómo esas bellezas saltaban y no poder tocarlas. Solté el cinturón y este marcó una ligera separación entre los pechos de Karol, -deseé en ese momento ser el cinturón-.  Miré esta vez a sus ojos y me encontré con ella también viendo los míos. Solo la observe, deleitándome con su hermosura, sus ojos verdes llenos de inocencia y su cuerpo deseoso a vista de cualquier hombre. Karol es muy atractiva, es tan sexy que me sorprende recién darme cuenta de eso.
No controlaba mis acciones, mi rostro casa vez estaba más cerca de ella, mi mente en ese instante solo era fuego.

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Las dejo intrigadas 😂 ¡Sorry!

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Ale 💕

Enamorada De Mi Hermano © #AES1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora