7. Juguemos.

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KAROL

Me molestaba el hecho de que mi hermano crea que puede manejar mi vida cómo desee, detesto que me controle, que me prohíba cosas y más aún cuando él no deja que yo opine sobre su vida, por supuesto al jovencito no le gusta para nada que hable acerca de sus relaciones.

¿Por qué él podía estar con Mercedes y yo no con Lionel?

Si bien es cierto que a Ruggero no le agrada Lionel. Mira como son las cosas, da la casualidad que a mí tampoco me agrada Mercedes. ¿Que diferencia hay? Si mi hermano diera por terminada su relación, yo, incluso haría el sacrificio de alejarme de Lionel, aunque sería totalmente injusto porque Lio es un buen amigo, y en verdad lo aprecio mucho. ¡Mira que besarme! En qué lío lo metí, él lo hizo solo para ayudarme y salió lastimado por mi culpa. Me gustó sentir, en realidad saber que a Ruggero lo ponía furioso aquella escena, ¡él sintió celos por mi! ¡fue genial! Aunque desde luego, no debió golpear al pobre de Lio.

¿Por qué tiene que solucionar todo bruscamente? Lo mismo hizo con mis padres, no los golpeó claro, pero los hirió a través de sus palabras y comportamiento. Tranquilamente podríamos habernos sentado a hablar para solucionar las cosas en las que estamos en desacuerdo, pero no. Ruggero no les da esa oportunidad, solo trata de mantenerse alejado y reforzar su odio.

En fin, dejé todo ese rollo cuando mi cuerpo se sumergió en agua caliente, al cerrar mis ojos obtuve uno de los pequeños placeres de la vida.
Hasta que pasé por una crisis existencial al recordar lo que le dije en el auto a Ruggero, acerca de que yo le gustaba, mi corazón latía fuertemente temiendo que el haya entendido lo dicho. En ese momento estaba loca, solo a mi se me ocurre decirle eso, pero que más da, siempre he estado loca.

Sin embargo... A pesar de todo lo que ha pasado, no esperaba que mi hermano me espíe mientras ando semidesnuda en mi habitación.  ¿Qué hace él mirándome por la rendija de la puerta? ¡Que barbaridad! Mis mejillas se tornan rojas rápidamente cuando me doy cuenta que sin intención alguna he estado haciendo poses mientras esparcía la crema hidratante por todo mi cuerpo ¡y el viéndome! ¡que vergüenza!

—¿Qué haces ahí? —pregunto. Su respuesta no llega, busco sus ojos pero estos están ocupados viéndome los pechos. Me enderezo, con una pizca de satisfacción en mi voz vuelvo a hablar—. Acaso, ¿me estabas espiando?

—Eh... —por supuesto no sabe que decir—. Yo, pasaba por aquí y...y mi celular... —no pude evitar reírme ante su tartamudeo, miren quien está nerviosito.

—Sonó tu celular —continúe por él—. ¿Por qué no contestaste? ¿Te tomo por sorpresa mientas me espiabas?

—¿Espiándote yo? ¿a ti? Vos estás loca—se burló pero eso no borro la sonrisa de mi cara, sabía que está vez yo tenía todas las de ganar, lo he puesto nervioso—. Yo solo vine a hablar contigo —si claro, con razón solo ve mis ojos.

¡Oh! ¿Por qué sigue viéndome los senos? ¡Pervertido! Pero está bien, juguemos.

—Bueno entonces adelante, hablemos hermanito —cambie mi usual tono de voz en las últimas palabras, usando uno más sensual que ni yo sabía que tenía.

—¿No prefieres cambiarte an-antes de hablar? —creo que lo puse más nervioso, mi tono sensual está dando resultados ¿o es porque no deja de mirarme de arriba a abajo?

—Oh si, claro —caminé hasta mi armario y sin pensar le estoy dando una vista de mi trasero, cuando pienso en ello volteó a verlo y su mirada se desvía rápidamente, no sé si considerar que es una falta de respeto que me vea así o está bien porque eso me hace sentir¿bien? No lo sé muy bien o no lo quiero aceptar pero la situación es incómoda. Para evitar más momentos así tomo una bata color melón del armario y me la pongo. Ahora que estoy como me debo ver para recibir a alguien lo invito a pasar nuevamente, porque antes pidió que me cambiase y no entró—. ¿No vas a pasar?

Enamorada De Mi Hermano © #AES1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora