21. La Fiesta (2/2)

1.2K 69 7
                                    

Ruggero

¡Maldita sea! Jamás debí aceptar venir a esta fiesta, hubiera convencido a Karol de quedarnos en casa y no estuviéramos en esta situación, yo buscándola y ella quien sabe dónde con un desconocido.

-¡Joder! -grité furioso por encontrarme en medio de dos caminos que me conducen a distintas azoteas. Ahora, ¿en cuál de ellas estará Karol? Rogando que sea la que estaba a mi derecha me dirigí por ese camino. Tenía vista hacia un parque poblado de árboles, una espléndida vista, sin embargo esta bastante retirado de los servicios higiénicos, no sé, no podría beber y charlar a gusto cuando tengo que caminar varios metros al lado contrario.

Mi hermana no estaba allí, rápidamente me regrese para ir hacia el otro lado.

"Subió a la azotea con Gustavo", recordar las palabras del tal Mauricio, me llena de rabia, partiendo del punto principal, ¿quién diablos es Gustavo?

-¡Al carajo! -me quejé nuevamente en voz alta. Karol tampoco estaba en la azotea del lado izquierdo pero a diferencia del otro lado, en este lugar hallé evidencia de que dos personas habían estado aquí. Sobre una pequeña mesa reposa una una botella de champán junto con dos copas una casi entera y la otra vacía.

¿Dónde se había metido? ¡Joder! Casi me caigo, ¿que diablos me estaba pasando? Empezaba a ver borroso y eso no era nada bueno. El alcohol había surgido efecto en el peor momento.
Froto mis ojos, será mejor ir al baño para lavar mí rostro, no podré buscar a Karol, si me quedo dormido en un pasillo.


Karol


Todo marchaba bien, Gustavo era un tipo bastante extrovertido y muy coqueto, pero me resultaba agradable, era graciosos, amigable y no dejaba espacios de silencio las conversaciones, sí, era muy hablador, al igual que yo, quizá sea por eso que me agrada o sería porque era una de esas personas que inspiran confianza sin ganarsela.

Al cabo de beber el champán, mismo que me ofreció y no rechace porque me sentía bien acompañándolo, pasaron algunos minutos y me empezé a sentir extraña. Yo no había bebido en demasía, solo tome un cóctel de fresa y recientemente el champán, por ello me resultó extraño sentir sueño, mis párpados pesaban y era en serio porque no podía mantener los ojos abiertos por muchos segundos, los cerraba a menudo. Gustavo se puso de pie y me ayudó a mi pararme porque de pronto la estabilidad se me había ido, me iba a caer cuando su manos se tornaron en mi cintura trate de alejarlo cuando noté que su intención no era solo la de ayudarme sino otras malintencionadas. Los empujones que le daba no le causaban ni el más mínimo daño, mi fuerza me había abandonado.

Sentí que caminamos pero no sabía hacia donde. Él abrió una puerta, trate de mantener los ojos abiertos para saber en dónde estaba, por lo que ví, nos encontrábamos un baño, Gustavo me recostó en la pared, me besó pero no por mucho tiempo porque gire mi cabeza en direcciones opuestas cuando acercaba su rostro al mío.

-¡Suéltame por favor! -pedí en vano, porque él se burló.

-¿Soltarte? ¿Para qué mi amor? Si vas a disfrutar de todo lo que te voy hacer -sus ojos estaban un poco rojos y con ellos desprendía malicia-. No entiendo porque aún no te duermes, se supone que la pastilla ya debería haber hecho efecto.

¿Pastilla? ¡Oh cielos! Estaba pérdida, no había manera que saliera librada de esto. Ese infeliz me drogó, necesito ayuda ¿dónde estará mi hermano?


Gustavo, intentaba desprenderse de mi ropa, estaba muy asustada, trataba de hacer lo posible por detenerlos pero cada vez me sentía más débil y en ese mismo momento en el que veía mi fin venir alguien tocó la puerta.

Enamorada De Mi Hermano © #AES1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora