"VERDUGO"

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Ha ciegas logré atrapar sus labios pero Adrien apenas si me beso, se aparto y por culpa de la estúpida mascada no pude ver porqué lo hizo. Alzo las manos y me topo con su torso desnudó. El me dejo que lo recorra a mi antojo, hasta que me tomó de las muñecas para detenerme y reanudar el beso con lentitud.. Honestamente jamás imagine que Adrien me cobraría de esta manera. Pase los días creyendo que seria su esclava en el sentido mas literal de la palabra, haciéndole favores y obedeciéndole en todo. Sin embargo, la esclavitud sexual a la que me estaba sometiendo era una pena demasiado dulce y sobre todo difícil de rechazar. Cada ves me sorprendía mas lo experto que era para mover su lengua y jugar con la mía, lo fácil que le resultaba hacerme olvidar todo inclusive la necesidad de respirar..
Sin romper el apasionado beso, introdujo una mano por debajo de mi espalda, y me levantó. Me sentía igual que una muñeca de trapo, a merced de lo que quisiera hacerle su verdugo. En cuanto dejo de apresar mis manos las lleve por impulso a su espalda, anclando las yemas de mis dedos sobre la piel de sus omóplatos en tensión. Las suyas se movieron a mi cintura y fueron subiendo llevándose con sigo mi blusa. No pudo sacarla por completo dado que mis manos se negaron a moverse, no quería soltarlo, ni tampoco terminar el besó, sentía que si lo hacia no podría refrenar el impulsó de pedirle que volviera hacerlo. Con rudeza Adrien me aleja y pasa de manera desesperada la prenda por mis brazos y cabeza. Me quedo jadeando un segundo y acto seguido a tientas vuelvo a buscarlo. Tardo medio minuto mas en dar con su pecho y sentir nuevamente sus labios, pero esta vez se posaron sobre mi clavícula siguiendo la linea de mi hueso... Me estremecí cuando atrapo entre sus dientes el tirante de mi sostén y fue bajándolo, mientras sus manos subían por mi espalda.. El estar privada de la vista me tenía mas alerta y sentía al doble cada roce que el me hacia. Mi sostén cayo por inercia en cuanto lo desabrochó. Me quede rígida, con la mejillas encendidas, seguramente sus ojos estarán observando con detenimiento esa nueva parte que hasta ahora había sido privada.
Conté mentalmente cada latido errático que produjo mi corazón, hasta que Adrien volvió hacer acto de presencia. Uso la segunda mascada (de color azúl) para amarrar juntas mis muñecas, posteriormente me acostó de nuevo. Las almohadas habían desaparecido, porque quede al ras del colchón. Elevo mis brazos por encima de mi cabeza y comprendí porque lo hizo cuando no pude volver a bajarlos. No ocupaba ver para estar segura de que me había amarrado a los barrotes de la cabecera.. —Adrien..— farfulló asustada, forcejeando con la mascada para liberarme.
—Pienso seguir torturandote como nadie lo ah echo..— me dijo usando ese tono suyo tan sensual. —Estoy plenamente seguro de que sigues siendo virgen— su comentario me hizo moverme inquieta y tirar de mis manos.. Aun lo sentía horcajadas sobre mi.
—¿Porque estas tan seguro?— logre preguntar sin tartamudear. En serio tenía curiosidad de saber como demonios se dio cuenta de que esta seria mi primera vez.
—Percibo tu nerviosismo. Tu miedo a excitarte tanto que no podrás detenerme... Lo cual te hace mucho mas especial— la mente se me torno confusa, las mano de Adrien se adueñaron de mi cadera. Utilizo sus pulgares para masajear en círculos mi piel conforme avanzaba..
—¡Ah!.. ¿Ah cua...— la lengua se negaba a obedecer. Mi cerebro estaba inundado de placer que solo podía enviar quejidos a mis labios.. —¡Mmm!..— no se detuvo cuando llego a mis senos, sus pulgares continuaron con su trabajó, acariciando mis pezones ya despiertos. Pese a todo logre atrapar el resto de mi pregunta y transferirla a mi boca.. —Cuantas chicas les abras dicho.. lo mismo?— cierro con fuerza los dientes. Para este momento sus labios ya estaban lamiendo y chupando mis senos..
—¿Quieres que te responda con la verdad?— pregunto exhalando su caliente aliento..
No tuve que pensarlo mucho para responderle.. —¡No!.. ¡Miente y dime que soy la única!— tire desesperada por desatar mis manos, ansiaba demasiado tocar su cabello que justo ahora me acariciaba el rostro..
Mi pantalón junto con mi ropa interior pasaron a la historia haciendo que el calor aumentará de golpe. Sus manos reclamaban cada parte de mi anatomía como suya, al igual que sus labios se adueñaron de mi femineidad..
—¡¡HUMM!!— gemí alto y agudo en medio de una violenta sacudida..
—¡Marinette!..— exclamó con euforia lo cual solo avivó la llamarada de lujuria que me quemaba todo el cuerpo.
—¡Dime que nadie más ha probado la pasión de tus labios!.. ¡¡Que seré la primera y la última que pasara por tu cama!!..— le pido, arqueando la espalda. Ahora lo tenía completamente sobre mí, su ropa también se había ido. Dejo caer su cuerpo para que sintiera mejor cada parte de el.
—Tu cuerpo es maravillosamente adictivo, así que puedes estar tranquila— me susurró tan cerca que pude pescar con suma facilidad su boca. El frenesí comenzó, y no necesite las manos o la vista para disfrutar al máximo del éxtasis que se desató. La punta de su miembro toco mi entrada húmeda y dispuesta, lo cual arranco todo una nueva variación de gemidos..
—Debiste taparme también la boca...— logre decirle entre cortado —Todos, incluidos los vecinos mas lejanos deben estar escuchándome gemir— Adrien río con voz temblorosa, su respiración era igual de irregular que la mía.
—¿Y a quien le importa?— hizo una pausa para jalar aire y hundir un poco mas su grueso miembro.. —Si justo eso es lo que quiero. No tienes idea de cual satisfactorio y excitante es para mi el provocarte decir mi nombre y gemir tan fuerte que a nadie le quedara la menor duda de que eres mía— abrió mas mis piernas y se acomodo para empezar las verdaderas embestidas. El pánico me ataco en cuento el empujo despacio, separando en el camino mi carne virgen.
—¡¡Aaahhh Adrien!!— grite y solté un sollozó. Me dolía y consideraba una verdadera crueldad tener a alguien tan bien dotado como mi primer amante. Sin embargó era una crueldad deliciosa que no tardaría en disfrutar en cuento mi cuerpo se acostumbrará al de el.
Adrien por su parte se quedo quieto para después comenzar a sacarlo con cuidado. —¿Te estoy lastimando?— preguntó sin aire..
—¡¡NO!!. ¡¡TE RUEGO QUE NO PARES!!— soné tan desesperada, que cualquiera pensaría que mi vida terminaría si el se negaba a continuar.
Volvió a hundirse y esta vez fue mas profundamente.. —¡Lo que ordene mi lady!...— dijo con voz ronca y acelerada. Los músculos de mi vagina se contrajeron, saboreando las embestidas rápidas del rubio. Justo cuando su punta estaba por salir, el volvía a zambullirse sin piedad dentro de mí. Levante la cadera para ayudarlo a llegar mas adentró.. Mi cuerpo se tenso, avisando que estaba cerca del orgasmo y de repente me pareció que iba a gritar.. Las paredes de mi vagina se apretaron con fuerza, alcanzando por fin el clímax.
El liquido tibio se derramo sobre su miembro al tiempo que todo mi ser al instante se relajaba.
Medio segundo después Adrien también se vertió dentro de mí.
Durante unos minutos solo se escucharon nuestras respiraciones. La venda sobre mis ojos absorbía las pequeñas gotas de sudor que corrían por mi frente, quería decir algo pero no sabia como comenzar.
Adrien me quito la mascada y lo primero que vi fueron sus hermosos iris verdes. Nos sostuvimos la mirada por un largo rato de manera significativa, esta vez habíamos llegado demasiado lejos.
En cuento me liberó me masaje las muñecas, haber forcejeado de manera salvaje por tanto tiempo me dejo marcas y posiblemente también se me formarían moretones.
Aun seguía sin saber que diablos decirle, mi mente seguía perdida en el echó de haber permitido que Adrien me quitara así de fácil mi virginidad. (¡Deberías estar arrepentida!) me reprochó mi fuero internó. Pero no lo estaba, de echo la manera tan salvaje y despiadada en la que me tomó, me aceleraba de nuevo el pulso. Me envolví en la sabana, completamente cohibida. Se me notaba a leguas que deseaba echarme sobre el y repetir por segunda vez la maravillosa experiencia.
Fue un gran alivio que me obligará acurrucarme junto a él, tan cerca que use su hombro de almohada.

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