¿AMNESIA?

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—Sigo esperando que me respondas..— me presiona Adrien, tomando mas distancia para así poder mirarme a la cara y descargar sobre mis ojos todo el poder de los suyos. No puedo rehuir, si lo hago se dará cuenta de que mi mente seguía inmersa catalogando las mejores maneras de acabar con mi patética existencia.. —Dame tu palabra de que jamás volverás a hacer algo tan estúpido— es obvio que me lo estaba exigiendo. Su tono se a vuelto brusco y autoritario, que sin querer me recordó muchísimo al que solía utilizar Gabriel cada ves que me regañaba.. Nuestro querido y amado padre.. Agito la cabeza para borrar eso último y por fin abrí la boca para decirle algo..
—¿Aun no te ha quedado claro que soy una chica estúpida que no es capaz de cumplir sus promesas?—
—No te saldrás por la tangente. Marinette te conozco mejor de lo que te imaginas y se que buscarás la manera de acabar con esto. Aunque eso implique terminar también con tu vida..— se calla y se estremece, la sola idea le debía parecer horrible y lo hera. ¿Que tan débil tenías que ser para preferir la muerte a enfrentar lo que tienes? Bueno si la respuesta estuviera escrita seguramente tendría mi nombre y fotografía al final. Mi hermoso chico de ojos verdes aguardo a que diera mi brazo a torcer, entre nosotros siempre seria así, el salía ganando y yo perdiendo...
—Bien.. ¿Dime entonces que debo hacer? Me abriré a tus sugerencias— le suelto algo enfadada, sobretodo con migo misma por dejar que se filtrará tan fácilmente en mi cabeza y derrumbará con una sola mirada todas mis murallas.
—Supongo que tu misma te acabas de responder..— se masajea la barbilla y sonríe de lado. —Abrirte para mi es la solución— lo pienso durante una fracción de segundo y justo después fruncí el entrecejo.
—Hablo en serio..—
—Yo también. No hay nada mejor que podamos hacer para olvidarnos de todo—
—¡Claro! Solo si planeas que pasemos las veinticuatro horas cometiendo mas incesto..— le recriminó con un sabor amargo por la última palabra que musité. —¿Como no se me ocurrió pensar que el sexo lo resolvería todo? ¡Maldición! ¡Pude haberme ahorrado las fracturas y los golpes¡—
—Deja el sarcasmo ¿quieres?. No hay por que usar esos términos erróneos que no aplican en nuestra relación. Nosotros no tenemos sexo. Hacemos el amor..— me corrigió, y lo que hizo a continuación me dejo sin aliento. Con excesivo cuidado se monto a horcajadas sobre mí, y me rodeó el rostro con sus manos tibias y suaves.. ¡Dios! Esto era un hospital y yo no podía hacer nada, con certeza terminaría rompiendo los cables si intentaba moverme demasiado, además de la mano fracturada que no me serviría de mucho.. Como si me hubiera leído la mente Adrien se tomó su tiempo para encargarse el mismo de la tarea, aparto los cables evitando así que pudiera enredarme con ellos. No supe como detenerlo cuando me comenzó a besar el cuello, de todo mi cuerpo era la única parte que no tenía vendas o algo conectado, así que se provecho para recorrer a su antojó ésa área..
—Y en lo que respecta al incesto, pues ante la ley y la sociedad nuestros apellidos son distintos, así que técnicamente no somos familiares directos— remató poco después de haber dado un seductor y muy ardiente lametazo a la piel de mi garganta.
—¡Eres la persona mas cínica que he conocido jamás!.. Y la única con la capacidad de encontrar el modo de salirse con la suya— logre decir, con el pitido del holter a todo lo que daba zumbando en mis oídos.
—Daré por echo que eso te agrada y que por lo mismo me amas tanto..—
—No... Te amo porque eres un idiota egocéntrico que en el fondo puede llegar a ser muy cariñoso y tierno.. Capas de amarme sin importar nada. Gracias por mostrarme ese fondo— lo escucho reír y posteriormente suspirar..
—Eres la primera chica a la que se lo muestro.. Marinette aun me queda mucho por enseñarte y te suplico que me des mas tiempo para hacerlo— de nuevo volvíamos al tema de mi cobardía. Debía suponer que no lo dejaría pasar tan fácilmente y tuve que quebrarme la cabeza en busca de alguna salida..
—¿Te refieres a las posiciones del kamasutra?— le preguntó haciéndome la tonta.
—¡Señorita la desconozco!. ¿Será que me esta pidiendo que comience justo ahora a mostrárselas?— respiro con dificultad, había logrado desviar su atención, pero a costa de que sus manos volvieran a la vida y se colaran por mi cintura, tomándola con delicadeza para moverme y sintiera mucho mejor el contacto de nuestras partes íntimas.
—Mmm.. Sabes que me gustaria decirte que si, pero en cualquier momento entrará una enfermera o algún doctor y no me gustaria que me recordaran por eso..— me calló, lo que siento me superaba (Como siempre) y no podía pensar con claridad.
—No estoy seguro si seríamos los primeros en tener relaciones en una cama de hospital— (¡Alto hay!) me dijo mi subconsciente. (¡No puedes ¿recuerdas?!) Una mueca burlona se asoma en mi rostro, cuando noto el calor abrasador trepando por mis venas. Una angosta cama de hospital, con nada mas que una bata delgada y muy fácil de quitar cubriendo mi excitado y tembloroso cuerpo, con el rubio sexi sobre mí.. Mmm, ¡¿Como demonios me digo que no?! Sus labios no me dan tiempo de encontrar una escapatoria y se adueñan de mi, como si de ello dependiera el mundo enteró. Jadeo de inmediato y me vuelvo loca buscándole un lugar a mi estúpido brazo roto, aun no podía creer que no sintiera el dolor, a pesar de que seguía moviéndolo como si no lo cubriera un pesado yeso. Adrien me pasa las palmas por el pecho y me acaricia los senos con exagerada lentitud.. (¡No necesitas calentar mas las calderas!) quise gritarle. (¡Ya están a punto de explotar!) Lo suelto por que temo que mis pulmones débiles dejaran de funcionar si no les doy oxígeno, algo que lamente ya que los gemidos salieron agudos y fuertes.. Cierro con rudeza los dientes y trato de recordar de que estábamos hablando..
Dos minutos después logro dar con el tema y le dije.. —Hay que conformarnos con ser el primer par de hermanos que se aman mas de la cuenta..— arrastre las palabras y seguramente no se me entiendo absolutamente nada. O eso creí ya que Adrien bufo y me soltó la cadera para echarse para atrás.
—Para de decirlo que no te servirá de nada estarlo recordando cada cinco minutos. Nada, absolutamente nada me hará cambiar de decisión. El que seas de mi sangre te hace ser mía ya no solo como mujer si no que tambien eres parte de mí.. Aunque eso te parezca bizarro y repulsivo—
—Entiendo que quieres decir y si es muy bizarro y asquerosamente repulsivo.. Sin embargó, me gusta mucho como suena..— no podía creer cuanto me gustaba aquello. Quería ser suya de todas las maneras posibles, sin importar cuan retorcido y enfermo fuera el motivo.
—Y con certeza te gustara mucho mas como te hare sentir— amenaza y vuelve a pasar las manos por mi senos, tocando el pezón que a despertado y se encuentra mas sensible que nunca. Ya no escucho el pitido y tampoco mis gemidos, alguien debió taparme los oídos y sólo dejo el sentido del tacto abierto. O quizás mi cerebro ya no pudo procesarlo y solo mantiene en funcionamiento la parte que registra sus caricias y sus besos. Sea lo que sea que pasó, lo agradezco. Ahora solo quiero disfrutar del momento sin interrupciones de ningún tipo...
No se cuanto ha pasado, pero me parecía muy poco, teniendo en cuenta que no hemos avanzado mas allá del juego de toques por encima de la ropa. Adrien por alguna razón se mueve lento y no ha intentado quitar de su camino la estorbosa bata. Me recuerdo otra vez que no estaba en condiciones de tener sexo, aunque lo estuviera pidiendo a gritos. Las lengüetadas ya no me entretienen y necesito que nos dejemos de rodeos y pasemos de una vez a la parte donde me abro para recibirlo..
—Lamento interrumpir..— Adrien logro reaccionar primero, se incorporó y yo solo pude verlo con los ojos empañados por el deseo frustrado. Por detrás de el aparece la dueña de la estridente y desdeñosa voz, la enfermera finge no haberse dado cuenta de nuestra acalorada escena y rodea la cama para mirar el suero.. —Pero necesitó revisar a la paciente— agregó dando ligeros golpecitos al gotero.
—Claro.. Adelante yo solo estaba acomodando su almohada..— responde Adrien bajándose de la cama. Le lanzo una mirada de reproche. ¿En serio fue lo único que se te ocurrió decirle? Le pregunte mentalmente. Y solo esperaba que la enfermera fuera tan estúpida para tragarse la ridícula mentira.
—¿Te has sentido alterada?— me pregunto la mujer de tes obscura y expresión aburrida.
—¿Eh?.. No.. Me siento bien..— tartamudeó y no logro saber a que rayos se refiere, me sentía mejor que bien, alerta y con el deseo a flor de piel. Pero algo me decía que no me estaba pregunto eso. Ella asiente una vez y revisa las línea que suben y bajan en la pantalla del holter. ¡Claro! Hablaba de mi corazón. Me estaba preguntando ¿porque demonios se altero tanto? La vergüenza no apareció como era habitual en mí y debe ser porque ya he pasado todos mis límites, al querer revolcarme con un chico que lleva mi sangre, eso sin lugar a dudas debió quitarme hasta la última gota de dignidad y decencia que me quedaban aun en el cuerpo.. La vi revisar minuciosamente que todos los cables estubieran en su lugar y bien conectado a mi piel, después tomó mi pulso y tomó apuntes para mi expediente medico. Solo entonces se alejo, dando por terminado su trabajo.. —Le diré al doctor que ya despertaste. Por el momento mantente lejos de cualquier cosa que te ponga ansiosa..— la mujer de impecable uniforme blanco miró con toda la intención al rubio de ojos verdes, que se mantenía con expresión divertida, recargado sobre el muro. Fue entonces que el bochorno me abrumó. La vergüenza apareció cuando comprendí el porque de su sonrisa arrogante, la enfermera le confirmo que me ponía ansiosa en su presencia algo que debió subirle aun mas su estúpida confianza. Le dediqué una mueca que esperaba le dijera. ¡Hey eso ya lo sabias, estúpido engreído! —.. y descansa— ordeno ella dándose la vuelta para salir de la habitación.
—Eso haré.. Gracias— le digo antes de que hubiera cerrado por completo la puerta.
—¡Lo vez, justo a esto me refería!— le reprochó avergonzada.
—Relajate que la excusa que le di fue muy convincente..—
—¡Solo estaba acomodando su almohada!— exclamó haciendo una pobre imitación de su ronca y descarada voz, el se ríe lo cual me enfureció mas.. —¡Montado encima de mi, es mas que obvio que estabas haciendo mas que eso!— señaló y de haber podido levantarme ya me habría marchado.
—¿Bien y que quieres que haga? ¿Que valla y le de un golpe en la cabeza para que olvide lo que vio?—
—No..—
—¡Hey alto hay! Conozco esa mirada y se que tu bombilla se acaba de encender. Marinette solo estaba bromeando y lo sabes ¿verdad?— lo sabia, si, pero eso no quitaba que su idea fuera buena..
—¿Adrien serias tan amable de golpear mi craneo tan fuerte como puedas hasta que olvide todo?—
—Con gusto. Solo que tenemos un problema. ¡No traje con migo mi bate de béisbol!— decir que echaba chispas sería poco, estaba colérico.
—En ese caso buscare a alguien que si lo tenga..—
—Marinette no me hagas pensar que el agente de policía tenía razón, cuando dijo que necesitarías consultar con un psiquiatra— ¿Me había llamado loca mientras estaba inconsciente? ¿Que otras ideas les habra metido en la cabeza? Tal vez Gabriel ya me había reservado la estadía en algún centro psiquiátrico y pasaría los siguientes años en una habitación de muros acolchados. Le sostengo la mirada con la extraña necesidad de verlo todo lo que me sea posible, mi destino cuando saliera de aquí seria incierto y tenía que aprovechar bien cada segundo que pasara a su lado.
—De acuerdo, olvídalo..— murmuré derrotada.
—No. Algo me dice que tu no lo olvidarás. ¡Mi amor por favor no intentes dejarme!..— se acerca y me toma de la mano, su suplica me cae como roca en el estómago y entendí que acabe por fastidiar mi última​ oportunidad, con seguridad después de esto el no me dejaría a sol ni sobra, lo cual haría imposible intentar cualquier cosa, sin mencionar que con tan solo recordar su rostro y sus ojos temerosos y preocupados me echaría para atrás sin pensarlo dos veces.
—No lo haré..— le digo, y hasta yo termine por creerlo.
—Mírame a los ojos y jura que no cometerás otra locura— lo hago y descubro que no se ha relajado, me mira con mas insistencia.
—Esto es ridículo. ¡Solo te falta hacerme jurar con sangre!— le digo y suelto un bufido de hastío.
—Buena idea..—
—Un momento... No estarás..— lo observo levantarse para buscar algo en su bolsillo.. —¡¿Desde cuando cargas una navaja en el bolsillo?!— pregunto sorprendida de ver como presiona el seguro y la pequeña​ y afilada hoja de metal sale del estuche. Después solo me río de lo tonto que sería pensar que se dedicará asaltar gente durante su tiempo libre..
—Eso no viene al caso. He escuchado que los juramentos con sangre son sagrados, por lo tanto aprovecharemos para jurar que siempre estaremos juntos..— se acomoda de nuevo sobre el borde del colchón y sin titubeos se pasa el filo de la navaja por la yema del dedo corazón, la sangre brota apenas en una gota. Me he quedado sin habla, observando el hilo que comienza a correr por su dedo.. Posteriormente toma mi mano y me corta el mismo, seguramente por que teme que si me deja hacerlo me terminaría amputando el dedo completo. El liquido rojo y espeso sale de inmediato y sin perder tiempo Adrien los une para empezar con el juramento.. —Juro que seré tuyo en cuerpo y alma. Que estaré para ti sin importar cuanto hagas para evitarlo— recitó terminado de juntas nuestras palmas. —De faltar a mi palabra aceptare el castigo que el universo quiera darme— agrega en voz baja y llena de seriedad, esta era una de esas pocas veces que no bromeaba, sin juegos ni dobles sentidos. Era una promesa real, la cual me llevaría grabada hasta la muerte..
—Te juro que nunca mas volveré a hacer algo contra mi vida..— las palabras me salen claras y muy sinceras, con el seguramente podría seguir.. —Juro que seré tuya en cuerpo y alma para toda la eternidad— agrego con el corazón en la boca..
—¿Juntos?—
—Juntos— afirmó y sonrió tan ampliamente que mi rostro se partirá en dos. Se inclina para besarme pero el sonido de la estúpida puerta al abrirse lo interrumpió, murmura un par de palabrotas y se aparta.
Félix atraviesa el corto camino hasta mi cama y me abraza efusivo. —¡Me alegra tanto que despertarás!— mis manos reacciona y lo envuelven, me alegro también de verlo, sin embargo, nuestros motivos son muy diferentes en mi ya no había duda de que Félix no llegaría a borrar a Adrien de mi corazón y me invadió la culpa por haber creado en el solo falsas ilusiones.
—Demasiada alegría.. ¿No te parece?— refunfuño el ojiverde. Su hermano finge no escucharlo y me estrecho con dulzura una vez mas antes de soltarme.
—¿A propósito cuanto tiempo ha pasado?— pregunto no solo para aligerar el ambiente si no porque en realidad tenía curiosidad de saber cuantos dias pase en la inconsciencia.
—Una semana. ¿Marinette dime que ocurrió? ¿Porque decidiste huir de esa manera?— siete dias no me parece mucho y ahora si que estaba de acuerdo con Adrien de que pudo ser peor, estaba viva y tal parece que podré retomar mi vida.. Si pudo ser mucho peor. Rememoró deprisa​ las preguntas de Félix y les busco una explicación que no implique revelarle la cruda verdad, no quería ser yo quien destruyera la buena imagen que tenía de Gabriel Agreste, me muerdo el labio y me digo que solo tengo una opción..
—Ciertamente no lo recuerdo. Tengo solo memorias de agua..— mentir claro, algo de lo que posiblemente ya era todo una experta.
—¿Amnesia? ¿No será que intentas encubrir a alguien?— de inmediato se a quien se refiere..
—Ellos creen que yo tengo algo que ver con tu accidente— dice Adrien en tono amargo, dejándose caer en la silla. Fulmina a su hermano quien no se ha dignado a mirarlo desde que entró.
—Félix no tengo porque mentir. Adrien no tubo la culpa. Nadie la tuvo— intento que la seguridad que destilaba mi voz me cubriera también las facciones, y así poder convencerlo de una vez. Aunque pensándolo bien técnicamente no mentia, el no había tenido nada que ver y la única culpable era yo.. Por encima de su hombro observo a dos personas entrar, la mujer de melena azabache y el hombre rubio de traje elegante azul obscuro se aproximan con rápidas zancadas hasta el borde derecho de mi minúscula cama..
—¡Oh cariño hemos pasado dias temiendo lo peor!..— exclama mi madre y aunque no paso nada se estremeció al recordarlo.
—Lo lamentó— le digo sin mucha convicción, no lo lamentaba, ni nunca lo haría..
—Afortunadamente corriste con suerte y el asunto no paso a mayores— dijo Gabriel y su tono alegre e entusiasta me revolvió el estómago..
—¡Si, soy tan afortunada!— musitó con sarcasmo.
—Deberías estar muy agradecida de no ser porque los para médicos llegaron a tiempo habrías muerto en plena carretera..— me regaño mi madre, por supuesto que se daría cuenta de mi tono tan falso y desdeñoso.
—¿Pequeña dinos que no era eso lo que buscabas?— miro al hombre que mantiene sus manos sobre los hombros de la mujer que me trajo al mundo, ahora al verlos todo me resulta tan obvio que no comprendo como es que nunca me di cuenta de la verdad, como fui tan ciega para creer que solo eran amigos y que las noches que el pasaba en la granja se quedaba en el cuarto de huéspedes y no en la habitación de mi madre.
—Ya le dije a Félix que no recuerdo nada. Todo es borroso y confuso— escupo las palabras con asco y siento la bilis subiendo por mi esófago.
Gabriel asiente, luce cansado, y preocupado a la vez.. —Comprendo. Es solo que la policía sigue empeñada en que tu eres la única responsable del accidente y por eso estuviste a punto de ir a la cárcel—
—¿Eh?— pregunto sorprendida.
—Conducir a exceso de velocidad es un delito. Provocar a conciencia un accidente es otro y quieras o no pusiste en peligro no solo tu vida si no que también la del conductor del camión de carga—
—¿Como esta el?— farfulló sintiendo en el estómago y en la conciencia los arañazos de la culpa.
—Bien, porque a diferencia de ti el si traía puesto su cinturón de seguridad. ¡Marinette nunca me imagine que llegarías a ser tan irresponsable!—
—Pues ya vez. La vida esta llena de sorpresas— se me escapo una carcajada a causa de lo irónico que sonó eso, si alguien sabia de sorpresas sería el, guardaba tantas que posiblemente comprendería el chiste.
—¡No tienes porque ser grosera. Tu tío tiene el derecho de reprochar tu mala actitud..— intervino su amante con enfadó. ¡Solo eso me hacia falta, que a pesar de todo lo que pasado por su culpa se ponga de su lado!.
—Se me olvidaba que darme las sobras durante toda mi vida le daba ciertos derechos— el reproche se me escapo de los labios sin que pudiera meditarlo antes. El rostro de Gabriel se descompuso, como si hubiera recibido una fuerte descarga eléctrica.
—¿Sobras? ¿Eso es lo que piensas que te he dado?— me preguntó. (Que su tono dolido no te engañe)
—Desde luego. ¿Que mas podría ser? si tu ya tienes una familia. Tu cariño es para tu esposa y tus dos hijos. Y después de todo ¿que somos mi madre y yo?— le cuestionó con odio. —Solo dos personas atrapadas en tus juegos de amor y caridad— Gabriel retrocedió un paso, desconcertado y con el dolor surcando cada parte de su rostro. Se sentía bien estar del otro lado y causar en el aunque fuera una milésima del daño que el ya me había echó. La mujer de ojos azules le dio un apretón de mano, consolando en silencio a mi destrozado padre.
—Gabriel no merece tus palabras..—
—Si quieres que me disculpé lo haré. Lo lamento se que debo vivir besando el suelo por donde pisas, tal y como lo a echo mi madre..— ella me silencio con una fuerte bofetada, que me hizo volver el rostro, por un segundo mi respiración dejo de fluir y pensé que me ahogaría..
—No comprendo porque estas actuando de esta manera, pero sin importar la razón no voy a permitir que hables así de mi y menos que seas tan injusta y malagradecida con él— cierro los ojos y doy una respiración profunda, sigo con el rostro de lado y la mejilla me arde. Nunca antes me había puesto una mano encima y tenía que ser precisamente por Gabriel Agreste que lo hiciera.
—¿Quieres saber porque?— le pregunto. —¡No toleró que tome el lugar de mi padre!. ¡No lo es y nunca lo será!— no me atreví a mirar su expresión, por mucho que me hubiera gustado ver como mis palabras le daban el tiro de gracia, enderece el rostro y clave los ojos en mis manos.. Una gota seguía fluyendo de la cortada y me apresure a hacer un torniquete con mi dedo pulgar. Me concentró en el ardor que me provocó mi propio sudor al hacer contacto con la herida, en lugar del dolor que tenía en la mejilla, aun sentía su mano sobre mi piel..
—Creo que es mejor que te dejemos sola para que te calmes y reflexiones sobre tu mala actitud—
—¡Exelente decisión! Vayanse y les recomiendo que no regresen en un buen rato— le respondí a Gabriel con desprecio. ¡Maldición! ¿Por que no podía verlo a la cara y gritarle cuanto es que lo odiaba? ¿Por que me intimidaba tanto el echo de que fuera mi padre? ¿Será que en el fondo si me creía su cuento de que me quería?. Imposible el no lo hace, solo quiere seguir con su juego de las dos familias..
—Llevaré a tu madre a la granja a descansar y volveremos en la mañana—
—Yo me quedare con ella y prometo llamarles si algo ocurre— en cuanto escuchó a Adrien decir eso me tranquilizó, si el se quedaba podría olvidarme de esta mal rato, o mejor dicho me haría olvidar este mal sabor de boca.
Gabriel desvía la mirada a su hijo menor quien permanecía cruzado de brazos y con gesto severo. —¿Félix podrías quedarte también tu?— no estuve segura de si fue una pregunta o una orden, de cualquier modo su hijo asintió con la cabeza.
—Por supuesto— debía admitir que eso me molestaba, y no solo a mi, Adrien rodó los ojos y sonrió con actitud.
—Bien. Les suplico que sean responsables y no nos causen mas dolores de cabeza—
Imité a Adrien y respondí.. —Estar tan cerca de la muerte me a vuelto todo un angelito— tanto el hombre de traje y la mujer que parece su títere me reprenden con la mirada, antes de salir juntos por la puerta.
—¿Que fue todo eso?— me pregunta Félix enojado, una vez que nos hemos quedado solo los tres.
—¡Si te quedaste para cuestionarla puedes ir saliendo de una maldita vez. Ella no necesita de tus clases de obediencia y buen comportamiento!— gruñe su hermano poniéndose de pie y tomando mi mano para entrelazarla con la suya. El gesto me habría gustado si no fuera una clara demostración territorial,
—Tienes toda la razón. Lo que Marinette necesita es que tu dejes de influenciar en ella..— contradice Félix a la defensiva, dando un paso para acercarse también al filo de mi cama... ¡Oh no! Esto no pinta nada bien...
—Ahora entiendo. ¡Valla te felicitó por tu bien jugada estrategia! ¡Aparentar ser el hermano comprensivo que sólo busca quitarle la novia a su propia sangre! Admito que no me lo había imaginado de ti— ¡Genial! Mi esperanza de que los sentimientos de Félix pasaran inadvertidos se acabó de ir directo por el caño, me golpeo la frente mentalmente, por supuesto que Adrien se diría cuenta tarde o temprano y solo pude rogar por que no se le ocurriera decirle nada sobre nuestro episodio en el lago..
—¿Novia? Ella no es tu novia.. ¿O si Marinette?— trago saliva y me muerdo el labio incómoda, ¿que rayos se supone que debo responderle si ni yo misma se la respuesta? ¿Se podría llamar a lo nuestro un noviazgo? ¿O éramos amigos con derechos? Mejor dicho medios hermanos con derechos...
—Bueno... No que yo sepa..— Félix suelta la respiración y se ríe complacido. Solo ahora me digo que tal vez decir que si habría sido una mejor idea.
—Lo vez. Además si mal no recuerdo Chloe Bourgeois lo es— Mierda. La sola mención de su nombre me retuerce las entrañas. Me sorprendió lo rápido y lo mucho que la odió. Aparto ese pensamiento para enfocarme en la acalorada discusión, Adrien entrecerró los ojos acentuando aun mas su furia.
—Es ruin que la metas en esto cuando sabes perfectamente que desde hace tiempo nuestra relación se acabó— le respondió con frialdad. Tan bajo que me pareció mas una amenaza anticipada.
—¿Y quien lo garantiza? Tu eres un mujeriego que bien pude estar jugando con las dos al mismo tiempo. Riéndote de su ingenuidad a sus espaldas..— me siento muy incómoda, si esto continuaba vería con mis propios ojos como dos hermanos se peleaban por una chica que en realidad no debería de ser para ninguno de los dos. Ambos se miran con desdén y es todo por mi culpa así que me siento en la penosa necesidad de intervenir..
—¡¿Quieren ambos cerrar la boca?! Soy perfectamente conciente de que Adrien no sabe tener una relación seria con nadie y Félix no necesito que me lo recuerdes— me suelto del fuerte agarre de Adrien y señalo la puerta con el dedo. —¡Ahora vayanse y déjenme sola!— ninguno se mueve, pero al menos logre que dejaran de matarse el uno al otro con la mirada.
—Mari no me moveré de aquí. Ya me conoces y sabes que suelo cumplir con mi palabra— me dijo Adrien con la seguridad y la rudeza que lo caracterizaban.
—Perfecto yo tampoco pienso dejarte sola con mi hermano— por el otro lado asegura Félix, usando esa voz tan llena de ternura que de alguna extraña manera me hace sentir segura y protegida. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! No contaba con estar en medio de los dos, esperaba nunca tener que enfrentarme a esto y seguir evadiendo la realidad, pero como siempre las cosas no irían como yo quisiera y el universo continuaría conspirando en mi contra. Un suspiro largo y compungido sale de mi boca, no me queda mas que cerrar los ojos y hundirme nuevamente en la agonía de mis muchas culpas, la primera y la mas dolorosa sin lugar a dudas será Félix. Ojalá existirá la forma de hacerlo feliz sin tener que traicionar a Adrien el proceso..
Me duermo al cabo de un rato, en el que no se escuchó nada mas. El que no hablen me parece mucho peor, lo cual hace que me pregunte si no retomaron eso de lanzarse cuchillos por los ojos.. Espero que no, y una parte de mi deseó que ambos me olvidaran y siguieran siendo los hermanos unidos que fueron antes de mí...

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