"GALAXIA"

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Lo miro por encima del hombro, a la espera de que me detenga. Que me tome de la cintura y me pida que no me valla. Sin embargo, no lo hizo. Solo me miro con una profunda melancolía en el rostro. Me obligue a caminar y baje como flecha los escalones. (¡El no va a detenerte!) me dice mi fuero internó. Me detengo en la puerta para ponerme la chaqueta de mezclilla y darle a Adrien la última oportunidad... Dejo de mirar las escaleras y me repitió que no importa cuanto tiempo me quede esperando a que reaccioné. Si ayer fue capas de dejarme volver sola, ¿porque no habría de permitirme salir con alguien mas?.. Cierro detrás de mi y me acerco al automóvil deportivo de color blanco, que me aguardaba con el motor rugiendo en punto muerto.
Damien se inclinó para abrirme la puerta y antes de subir lanzó una mirada a mi ventana, donde me encuentro a Adrien sentado sobre el marcó. (Aun es tiempo.. Solo no permitas que me valla) sus labios formaron una sonrisa apenas perceptible y agitó su mano para despedirme. Me entraron ganas de gritarle que era un idiota. De subir y empujarlo. De cualquier cosa con tal de dejar de sentir que no le importaba. Optó por entrar al auto y me recuerdo que estaré mucho mejor cuando Damien haya puesto kilómetros de distancia entre nosotros. Respire profundo para quitarme por completo el enfadó y volteo el rostro para mirar al conductor.. —Hola. Lindo auto— le dije, e intente recomponer mi mal humor.
—Gracias..— me respondió y se inclinó sobre mi para cerrar la puerta, algo que al parecer yo no fui capas de hacer. —Lindas piernas— agregó y estuve segura que exhaló su aliento sobre ellas a propósito.
—Gracias...— me quedo quieta el tiempo que duro en incorporarse, y volver a su lugar. Debía suponer que esta cita sería incómoda.
—Esta es la parte donde me devuelves el cumplido— señaló, metiendo la primera velocidad y sacando el auto del camino de entrada. Yo tarde otro minuto mas en responderle.
—Cierto..— comencé buscando frenéticamente en el, algo que halagar... —Te luce bien esa camiseta— le suelto tras observar como su musculatura se ceñía a la delgada tela. El que dejara su chaqueta abierta no era una coincidencia, claramente esperaba lucir su bien esculpido cuerpo..
—Te garantizó que luzco mucho mejor sin ella puesta— me lanza una mirada picará. ¿Cuantas mas de esas tenía planeado darme durante la cita? Ojalá solo se conforme con las insinuaciones y no quiera que le pague los quince minutos en el paraíso que le quede a deber. Me abroche el cinturón solo para tener una excusa y apartar la mirada. El no era igual a Adrien. No me presionaría para hacer algo que no quería. Prestó atención al camino y al ver las calles principales del pueblo le pregunte..
—Damien.. ¿Adonde tienes planeado que vallamos?—
—Bueno, me gustaria poder llevarte a París y mostrarte algunos de mis lugares favoritos. Pero desafortunadamente nos tomaría mas de tres horas el llegar y me imaginó que no te gustaria pasar la noche en mi habitación..— me río entre dientes, como si eso último que dijo fuera solo una broma. —Así que tendremos que ir al pueblo y buscar un buen restaurante donde cenar—
—Eso suena mas sensato. Si vuelvo a pasar la noche fuera de casa estoy segura de que mi tío se enteraría— algo que no me convenía. El no le guardaría otro secreto a mi madre, y entre los dos seguramente me castigarían de por vida. Damien rebasó a una camioneta y se cambio de carril para tomar la desviación que daba al centró, donde la mayoría de los restaurantes se encontraban.
—Sobre el seño Agreste.. ¿En realidad es tu tío?— me preguntó al cabo de unos minutos en silenció.
—No.. La única razón que tengo para justificar que me acostumbrarán a llamarlo así, es que Gabriel consideraba a mi padre como un hermano y quiso que su única hija lo viera como parte de su familia..— sonaba confuso, hasta para mi que llevaba años con esa idea dando vueltas en mi cabeza. ¿Y si yo había estado equivocada? ¿Y si la verdad fuera otra? ¿Una tan mala para obligar a mi madre a guardarla durante tantos años?..
—Entiendo. La familia Agreste es muy extraña.. ¿No te parece?— dejo en segundo plano mis preguntas para enfocarme en lo que me acaba de decir Damien.
—¿En que sentido?— le preguntó, sin comprender bien a que se refería con "Extraña".
—He, estado algunas veces en la casa de Adrien y me he dado cuenta de que sus padres no se llevan nada bien. Además de que su tío Marcus es un hombre bastante peculiar...—
—¿Marcus? Si por peculiar te refieres a divertido y agradable tienes toda la razón—
—Yo diría que mas bien extraño y algo loco. Su personalidad me recuerda mucho a la Adrien—
—Siendo familiares es completamente natural que se parezcan...— le respondí dudosa. Ahora que lo pensaba mejor si se parecían. Ambos eran libres y relajados, todo lo contrario de Gabriel, quien era serio e inflexible. —¿Que sabes de la señora Agreste?— le preguntó al darme cuenta de que es la única que aun no he conocido en persona. Tanto mi madre como Gabriel nunca la mencionaban y se podría decir que no existía cuando ellos dos estaban juntos.
—Muy poco.. Es una mujer muy hermosa y reservada, y como te dije antes no permanece mas de cinco minutos en la misma habitación que su marido. Si quieres mi opinión creo que todo es culpa de Gabriel. Ese tipo esconde demasiadas cosas— una sola se me vino a la cabeza.. —Entre ellas sin lugar a dudas, una amante— la palabra "Amante" me cae fría en el estómago, al igual que en la mente, dando vueltas y llenándome de dudas. ¿Será por eso que Adrien me odiaba? ¿Porque piensa que mi madre es la querida de su padre? ¿Me consideraba una cualquiera por su culpa?... No al salir con Damien y dejar que me besara yo misma le daba los motivos para creer eso.. No supe en que momento se había estacionado y apagado también el motor. Cometí el error de dejar que mis pensamientos viajaran hasta el, lo cual solo significaba que pasaría las siguientes horas preguntándome ¿porque demonios estaba aquí y no con el? Damien salio y rodio el cofre para abrir mi puerta.
—Me parece que será mejor seguir a pie..— me dijo observando el mar de gente que inundaba las calles. Asentí y lo seguí, en esta época del año los turistas se adueñaban del pueblo. Comiendo queso y degustando la variedad de vinos que ofrecían los lugareños. Los siguientes metros fueron difíciles de cruzar dado que las personas caminaban en direcciones opuestas, yendo y viniendo sin orden. Algo que sin lugar a dudas Damien aprovecho para pasar su mano por mi cintura y pegarme a su costado, no repele y deje que me guiara entre el laberinto de cuerpos hasta la entrada de un restaurante colorido de estilo clásico y rústico. —¿Que te parece este lugar?— me pregunto.
—Esta perfecto— le sonrió y trató de poner distancia, aun sabiendo que cualquier movimiento por mas pequeño y discreto que haga, parecerá rechazo. Algo que el castaño de lindos hoyuelos no se merecía. Como todo un caballero abrió para mi por segunda vez la puerta y me invito a entrar primero, le agradezco y una vez ambos estamos dentro nos dirigimos a una de las mesas para dos que se encuentran al fondo del amplio interior. El olor era maravilloso, y me recordó la pasta que Félix preparo para mí. Se me dibujo una sonrisa involuntaria y por un segundo me sentí en mi cocina y en su agradable compañía...
—Marinette te noto distraída.. ¿Algo te molesta?— agito la cabeza. Sin darme cuenta me había perdido en mi memoria, recordando la voz suave y ronca de Félix al contarme sobre su niñez y la de su hermano.
—No. Lamento si te doy esa impresión— lo miro a los ojos y me digo que no puedo seguir jugando con sus sentimientos. Tenía que ser sincera con el y con migo misma. Nadie me aria olvidar a Adrien y de echo ya no podía sacarme de la cabeza a ningún Agreste. Tomó una gran bocanada de aire y continuó.. —Damien tengo que se muy honesta con tigo antes de que las cosas se sigan malinterpretando— el entrecerró los ojos y frunció el entrecejo.
—¿De que hablas?— me tome tiempo para elegir bien mis palabras, desviando la mirada al mantel rojo ha cuadros que cubría la redonda mesa...
—Me agradas mucho, y es por eso que no me gustaria lastimarte de ninguna manera..—
—¿Si te agrado entonces como me lastimarías?— me muerdo el labio. Nerviosa, tal parece que tendré que ser mas clara con él.
—Aquella noche en la fiesta.. Tu y yo.. Fue un error que no supe como pasó— no me atrevía a mirarlo, me ardía la cara de solo mencionarlo. Observe como su brazo se estiraba hasta tocar mis manos inquietas. Las envolvió con suavidad y me dio un ligero y tierno apretón.
—Yo si. Te gusto. Y aunque no quieras admitirlo tu y yo tenemos química— suspire, el que estuviera inquieta y mi mente se negara a rechazarlo de tajo era una prueba de que Damien tenía razón. Me pasaba exactamente lo mismo que con Félix.. Entre nosotros existía algo... Algo que no lograba entender.
—Justamente por eso quiero dejar las cosas claras. Mi vida sentimental es una maraña de confusiones, sobre todo ahora que acabe de romper con mi novio— mala idea meter a Nathaniel en este asunto. ¿Como era posible que guardara diferentes sentimientos por Nathaniel, Félix y ahora por Damien? ¿A casó mi corazón no le pertenecía ya por completo a Adrien? Si.. ¿Entonces de donde salían los demás?
—Eso me da ciertas esperanzas y no te preocupes que puedo llegar a ser muy paciente..—
—Damien no se si algún día podré corresponder de la forma que tu quieres..— me suelta y me levanta el rostro para mirarme a los ojos. La saliva se me quedo atascada en la garganta, el color castaño de sus iris me transportaron a otra época. Una donde el miedo y el coraje me dominaban..
—Adelante contesta— al principio no comprendo a que se referiré, hasta que escuche el timbre de mi celular. Me suelta y se recarga de nuevo sobre el respaldo mientras que yo de mi bolso saco el móvil y observó el número en la pantalla (Desconocido) presionó el botón verde y me lo llevo al oído para responder..
—¿Hola?—
—¿Bonita, como va tu cita?— la voz relajada e irritantemente hermosa me calló pesada en el estómago.
—¡Ah eres tú!..— le digo sin lograr sonar molesta. Con tan solo escucharlo mi corazón ya danzaba de alegría.
—Estoy aburrido y tenía curiosidad de saber que tanto te estabas divirtiendo con el idiota de Damien— trate de poner atención al ruido de fondo, pero no se escuchaba nada mas que su respiración tranquila.
—Mucho. Tanto que no debería perder mas el tiempo hablando con tigo— Damien no pregunto quien era, se limitó a mirarme y devorar uno de los trozos de queso que había sobre la charola que el mesero dejo junto con los menús.
—¿Marinette te han echo el amor por teléfono?— los ojos se me abrieron como platos a causa de su pregunta.
—¡¿Que?!— contradije yo recomponiendo la expresión. Del otro lado de la linea resonó una carcajada.
—Apuesto a que puedo lograr excitarte a distancia..—
—No se te ocurra intentarlo..—
—Mmm veamos.. En este preciso momento podría estar besando tu cuello, deslizando mi lengua humeda y caliente por tu piel..— se interrumpió así mismo para proferir un jadeo. Me quedo rígida y mi sistema cardiaco reacciona, bombeando la sangre con rapidez.. —Mis manos vagarian por tu espalda y sin contemplaciones te arrancarían el sostén..— ¡Dios! Sabia exactamente que sentiría, como sus manos harían presión sobre mi piel.. Me costo no dejarme llevar por los sonidos que el estaba haciendo, ni tampoco por las sensaciones que me estaban atormentando..
Trago saliva y con voz acelerada le digo.. —Puedo colgar si no te detienes..—
—Podrías, si. Pero no quieres. Te mueres por que vuelva a chupar tus senos. Que muerda sin piedad tus lindos y rosados pezones— se notaba en su voz lo mucho que estaba disfrutando de esto. Y para mi desgracia yo también lo estaba haciendo. Se me escapa un jadeo por lo bajó..
—¿Marinette quien es?— me pregunto Damien. ¡Maldición! ¿Lo habrá escuchado?
—Na.. Nadie..— me apresure a responder. Adrien volvió a reír, posiblemente por mi tartamudeo.
—Estas muy roja. ¿Te sientes bien?— ¿lo estaba? ¡Mierda! Esperaba que el calor solo estuviera dentro de mí. ¿Ahora que se supone que le diga? Me rebanó los sesos hasta dar con una excusa. Retiró la silla y me pongo de pie mientras hablaba..
—Si. En realidad es mi madre. Me disculpas iré a terminar la llamada y aprovecharé para ir al tocador—
—Claro, ve..—
—No tardó— me doy la vuelta y me dirijo a los sanitarios de mujeres. Durante el trayecto estuve a punto de tropezar con mis propios pies. Tenía las piernas dormidas y el cuerpo ardiendo en fiebre..
—¿Tu madre? Pudiste decirle que contraste el servicio de llamadas obscenas..— se burlo Adrien.
—¡Estas completamente loco!— lo interrumpo. —¿Te gusta torturarme cierto?— preguntó empujando la puerta del baño y acercándome ha toda prisa a los lavabos..
—Ahora que lo dices, si me gusta mucho— respondió el. Con la mano libre abrí el grifo y me moje el rostro. Sentir el agua fría fue un gran alivió.
—El tenía razón tu cara parece un tomate— ¡Genial! Ahora ya escuchaba su voz por partida doble. Me mire al espejo y justo por detrás de mi estaba él. Mi corazón dio un doble latido cuando se quito el celular del oído. Yo seguía aferrando el mío, escuchando el tono que indicaba que ya había colgado.
—No me sorprende verte aquí— le dije cuando pude volver a hablar.
—¿Entonces debo atribuir tu exaltación a mi método de seducción?— me quita el celular de las manos y se lo guardó junto con el suyo en el bolsillo.
—¿Dime que demonios haces aquí?— le preguntó para desviar el tema y no tener que reconocer que estaba excitada de los pies a la cabeza.
—Sabia que en algún momento tendrías que venir a bajarte el calor con agua fría— me giro para quitar con sus dedos las gotas de agua que me corrían por el rostro. —Aunque si quieres mi consejo soy mucho mas efectivo para eso— me acarició los labios, provocando un estremecimiento de placer.
—¿Me refería a porque me estas espiando?— mi espalda se clava contra el azulejo, no tengo escapatoria y tampoco es que la este buscando. Su cuerpo se alineaba al mío, presionando su torso sobre mí.
—No te dejaría sola con él. Eres mía y yo tengo la maravillosa costumbre de cuidar lo que me pertenece— me explicó. Su tono posesivo lejos de molestarme me agradó. Era satisfactorio escucharlo decir que era suya. Sin embargo, no le daría el gusto de saberlo.
—No soy de tu propiedad y tampoco quiero serlo— había fingido lo mejor que pude y no fue suficiente. El sonrió tan ampliamente que me detuvo momentáneamente la respiración..
—¡Mi Marinette siempre tan mentirosa!. Te noto en las pupilas lo ansiosa que estas porque te haga mía— me estremezco y siento como empiezo de nuevo a ceder a medida que me daba cuenta del aroma tan masculino que desprendía su piel..
—El deseo no me cegara mas— digo en voz baja —Te advertí que no te perdonaría tan fácilmente y pienso cumplirlo— titubeó dejando claro que no sabia mentir. Adrien da un paso atrás y estuve apunto de tirar de el para acercarlo de nuevo a mí. Pero logre contenerme a tiempo.
—De acuerdo. En ese caso me pondré de rodillas y te pediré perdón— arrodillado levanto el rostro para conectar su mirada con la mía. —Lamento mucho lo que pasó y aun mas el no poder cumplir con lo que te prometí— tome aire, saboreando su disculpa. Y justo después reparo en lo último que pronunció..
—¿De que hablas?— le pregunté intentando adivinarlo por mi cuenta..
—Te dije que te llevaría a un motel donde verías las estrellas— tras decirlo sentí sus manos subir por mis pantorrillas, y siguieron su camino por toda la longitud de mis piernas desnudas. El pulso se me aceleró al máximo una vez que llego a mis muslos y se deslizó por de bajo de mi falda. Me agarre al filo del lavamanos y respire con dificultad.. Adrien engancho sus dedos al elástico de mis bragas y sin mas las bajó.
—Adrien..— suelto de golpe. Debí suponer que arrodillarse tendría una doble intención.
—Tienes sólo una opción, si quieres que tu linda ropa interior vuelva a su lugar— al mirar abajo pude ver mis bragas de encaje negro sobre el piso y no dude que el se las arreglaría para retenerlas allí si yo no accedía a cumplir con su futura exigencia.
—¿Cual?..— murmuró soltando el aire..
—Aceptar irte ahora mismo con migo, y dejar a Damien plantado—
—No puedo hacer eso..— le dije sin necesidad de pensarlo mucho. Dejar plantado a Damien seria un peso en mi conciencia con el cual no podría vivir. Adrien no dijo nada, solo suspiro. Se puso de pie e hizo amago de irse pero lo detuve. De pronto el deseo me domino, apoderándose de mis manos para tirar de su camiseta y pegarlo lo mas que se pudiera a mi. —Pero te daré cinco minutos para cumplir con tu palabra— lo capto al vuelo y me regalo una sonrisa torcida antes de besarme. Lo recibo con avidez, tanta que creí que mis labios terminarían desgastados he hinchados. Adrien me cargo y me deposito sobre los azulejos, para desabrochar su pantalón y liberar su miembro. No me quede quieta y hundí mis dedos en su fino y sedosos cabello. Lo a traje de nuevo a mi boca y retome el ardiente besó. Mi deseo era insaciable, ya no quedaba espacio entre nosotros y aun me sentía desesperada por acercarlo más. Me soltó para besarme el cuello con rudeza. Su modo salvaje de hacerme el amor lo volvía aun mas increíble. Nunca tendría suficiente de esto... Me cargo para que le fuera mas fácil introducirse en mi interior.. Me subió la falda y acarició en el procesó mis glúteos. La primer embestida fue lenta y jodidamente placentera. —¡Ahh!..— gemi sin poder contenerme. El acelero los movimientos y tuve que pegar los labios a su hombro para ahogar los demás gemidos que salieron a continuación..
Decir que vi las estrellas seria poco. Adrien Agreste me acababa de mostrar la galaxia completa...
Llevo unos minutos con el rostro sudoroso recargado sobre el hueco de su cuello y aun no he podido normalizar mi pulso. (¿Donde quedo eso de darle su lugar?) me pregunto mi orgullo. Ciertamente había sido una estupidez de mi parte pensar que podría evitarlo y resistirme al amor que sentía por él. Eramos dos imanes que terminarían uniéndose por si mismos tarde o temprano.
—¿Adrien que pensabas hacer si yo no venia para acá?— le preguntó cuando fui capas de hablar.
—Tenía un plan b por si acaso tu no entrabas al bañó— se río entre dientes, mientras me estrechaba entre sus brazos.. —Le pensaba pagar algún mesero para que me cediera su lugar e interrumpir tu maravillosa y aburrida cita— le mordí el lóbulo del oido para no reírme. Habria sido gracioso verlo fingir ser un mesero..
—Eres un completo idiota que no conoce límites— le dije divertida.
—De tu boca los insultos suenan muy sensuales..— se removió recordándome que su miembro aun seguía dentro de mí. Cerré los ojos y trate de no alterarme de nuevo.. —Pero por suerte se me ocurrió provocarte. Estoy seguro que de haber echó lo que planeaba, Damien y yo habríamos terminado repitiendo la misma escena que dieron ciertas chicas ayer por la anoche— tras acabar de hablar lo saco de golpe..
—No me lo recuerdes— le dije jadeando. Me depósito en el piso y lo observé acomodarse el bóxer y subirse la cremallera. Acto seguido me ayudó a ponerme la ropa interior.
—Marinette termina cuanto antes con esta ridícula cita— asentí mientras me terminaba de subir las bragas.
—Bien, pero tu vuelve a la granja y espera por mí— me acomode la falda y esperé su respuesta.
—De acuerdo, solo no tardes— me pongo de puntillas y lo besó..
Salgo del baño mirando hacia la mesa donde Damien me sigue esperando. Mientras me acerco la conciencia me mataba, no estaba segura de poder seguir con esto y mucho menos de poder actuar como si nada hubiera pasado en el baño.
—Lamento mucho la demora— me disculpo y me siento sin hacer contacto visual con el.
—Esta bien..— me dice. Su tono serio y resentido hace que me pregunte ¿Cuanto tiempo pasaría metida en el baño?
—¿Ordenamos ya?— pregunta y llama al mesero. No leo completa la lista de platillos y ordenó lo primero que me llamo la atención. (Dile que te sientes indispuesta y que quieres regresar a casa) abrí la boca para seguir el consejo pero no pude pronunciar absolutamente nada. Ya lo había echo esperar para tener un encuentro clandestino con Adrien y terminar abruptamente la cita solo para correr directamente a sus brazos seria un golpe aun mas bajo.
Mordisqueo un pedazo de queso y a juzgar por su fuerte olor y sabor supe que era Camembert. Una sensación muy extraña me invadió.. Era como si mi subconsciente intentará recordarme algo por medio del nombre y del sabor.. Algo sumamente raro dado que mi madre odiaba este queso y nunca lo compraba, ni siquiera para mí. ¿Entonces porque me parecía que no era la primera vez que lo comía? Le di otro mordisco y un nombre me eclipsó la mente.. (Chat Noir) ¿Que significaba eso? ¿Quien era y por porque me agobiaba tanto el no saberlo? El mesero regreso y dejo los platós junto con dos copas y una botella de Merlot. Tome los cubiertos y seguí escarbando en mi memoria pero no había nada, ningún registro que me llevara a Chat Noir. Damien me interrumpió, intentando entablar una conversación mientras comíamos la cual tuve que seguir. Guardaría esta nueva incógnita junto con las otras en el cajón para después.
Damien me convenció de ordenar un postre, así que no me quedo mas remedio que comer el pastel de fresas y chocolate.
Una vez pago la cuenta y salimos del lugar me sentí mucho mejor. La noche era agradable y a pesar de que hacia frío la disfrute bastante. El tráfico de gente disminuyó y nos fue mas sencillo avanzar por la calle empedrada. Me acople a los pasos lentos de mi acompañante. Había mucho que observar, a cada cinco metros una marquesina cubierta de luces, o una fachada colorida y llena de flores. También había mucho que comprar. Quesos, vinos, artesanías y dulces típicos de la región. Una ráfaga fría me alboroto el cabello y me hizo abrazarme a mi misma. Damien se quito su chaqueta y me la paso por los hombros, un gesto que me pareció muy lindo de su parte. —Gracias— le dije y le sonreí. El asintió y me tomo de la mano para llevarme a la pequeña florería, donde le índico a la empleada que armara un costoso y enorme ramo de tulipanes morados. La chica puso manos a la obra y envolvió las hermosas flores en papel de una tonalidad mas baja, para después atarlo con un listón a juego, lo remató con un moño y ya listo me lo entregó. No se me ocurrió como negarme así que lo tome con una vosecita molesta diciéndome que no lo merecía. (Damien no tendría que gastar ni un solo centavo en mí) Pienso mientras lo veía pagarlo. Giro sobre los talones para salir primero sintiéndome la peor persona que pueda existir en el planeta.. Me detengo junto a la puerta y respiro el aroma de los tulipanes.. (Relajate son solo un obsequio) me digo. (No es para tanto. Son solo unas flores) Damien salió y entrelazó de nuevo su mano con la mía para terminar de llevarme de vuelta al auto.
Condujo a velocidad baja, seguramente para alargar lo mas que se pudiera el camino de regresó.
Se estaciono y apago el motor. Sinceramente me sorprendía que hasta el momento no intentara absolutamente nada. No me había cuestionado sobre mi tardanza en el baño y no menciono la penitencia que no cumplí. Me quite el cinturón y oriente mi cuerpo hacía​ el.
—Damien gracias por la invitación, me divertí bastante— dejando de lado la escena del sexo desenfrenado, la cita había resultado mejor de lo que imaginé. El castaño sonrió y suspiro. Posteriormente se quito de encima su cinturón y se acercó, dejando su rostro a escasos centímetros del mío.
—Me alegró. Eso quiere decir que queda abierta la posibilidad de que esto se repita— susurró. Su aliento olía a alcohol.. —Prometí que seria paciente así que no tienes porque responderme ahora. Solo piensalo bien y medita tus opciones—
—Lo haré..— quise tocar su cabello bien peinado, sus mejillas o algo con tal de descifrar que era esto que me hacia sentir. Por mas que lo negara Damien me despertaba algo.. ¿Pero que? Se inclinó otro poco y de no ser porque moví el rostro a tiempo me habría dado el beso directo en los labios y no en la comisura izquierda. Los dejo allí por un par de segundos y sin previo aviso me tomó de las mejillas para plantarmelo en la boca.. Al cabo de un minuto en el cual no hubo respuesta de mi parte Damien término por rendirse y alejarse. —Lo lamentó..— le dije a la vez que me quitaba su chaqueta y la dejaba sobre su regazo.
—Marinette no pienso rendirme tan fácilmente. Te quiero y te parecerá una locura pero creó que tu y yo estuvimos juntos en alguna vida pasada— consideré lo que había dicho y no me pareció que el estubiera loco, en realidad yo creia lo mismo. Eso explicaría el torrente de sensaciones que me provocaba. —¿No dirás nada?— me dice incómodo.
—No se que decir. Damien ya es tarde y París queda bastante lejos así que será mejor que te marches de una vez— abrí la puerta —Gracias por las flores— agregué antes de bajar.
—Marinette piensa en lo que te dije— me pidió antes de marcharse. Me quede como tonta con la frase (vida pasada) bien grabada en la mente. Doy dos respiraciones profundas y me dirijo a la puerta. La perilla sede y entro. Recargo la frente en la puerta ya serrada y trato de borrar la idea de que Damien y yo pudimos tener algo. Ciertamente ya no importaba lo que paso en aquel entonces si mis sentimientos siempre terminaban por tomar su lugar y elegían a Adrien por encima de todo..
—¿Marinette te encuentras bien?— me vuelvo en cuanto escucho la pregunta de Félix.
—Si— el asintió una vez y se llevo a la boca otra cucharada de helado de chocolate.
—¿Tuviste una cita?— pregunto al reparar en el ramo que traía entre las manos.
—Olvide avisarte que saldría con Damien— respondí un tanto confundida por la mueca que le surcaba el rostro.
—¡Ah. No sabia que el te gustará!..— dejo la cuchara dentro del bote y frunció aun mas el entrecejo.
—No es lo que piensas. Me gusta pero solo como un amigo— no se relajo, al contrario parecía que no me creía. Su forma de mirar me recordó al instante a Adrien cuando estaba celoso.. (¡Basta! ¡No te hagas mas ideas!)
—No tienes porque darme explicaciones— dijo él de camino a la sala.. —Buenas noches Marinette— ¿Porque demonios me hacían esto? ¿Porque les gustaba hacerme dudar? Enfadada me dirijo al segundo piso, tenía mucho en que pensar y ahora gracias a Félix había una mas..
Mi habitación estaba obscura y a ciegas paso de largo hasta el buró donde encendí la lámpara. La iluminación fue escasa pero suficiente para buscar mi pijama, me cambio sin prisa la ropa por los shorts de seda rosa y la blusa de tirantes a juego. Enciendo el pequeño reproductor de música y dejo el sonido de fondo para después reemplazar las flores ya marchitas de Nathaniel por los tulipanes rebosantes de color y vida, los cuales serían un recordatorio constante de lo falsa que podía llegar a ser.
Me siento en la cama y dejo todas mis cartas sobre la mesa, la primera era Gabriel y mi madre.. Bueno mejor pasaba a la siguiente.. Damien. Suspiro y cobarde termino por brincar a la tercera, una donde Félix se había colado sin invitación. (El no estaba celoso) me dije (¿Porque lo estaría?) El ya estaba enamorado de alguien y esa chica no podría ser yo.. Era imposible. Tenía que serlo, me sentía muy agusto en su compañía y no quería que eso cambiará. Y por último estaba Adrien y nuestra alocada relación. De todo era lo único que disfrutaba pensar. Hasta que el nombre de Chat Noir se volvió a parecer trayendo con sigo la posibilidad de que también hubiera formado parte de mi vida pasada. (Si es que era cierto que tuve una)
Al final decidí que no ganaría nada con romperme la cabeza pensando en algo tan absurdo y complicado. No existían pruebas de que Chat Noir fuera alguien real y sobre todo de que hubiera formado parte importante de mi antigua vida. Tome del buró el libro que actualmente estaba leyendo y me tendi boca abajo para continuar donde lo había dejado. Esperaba que la novela romántica me distraerá lo suficiente para desterrar todo de mi mente..
Diez páginas después recargue el rostro sobre las hojas y cerré los ojos, era inútil resistirme si mi cerebro seguia esforzándose en encontrarle la verosimilitud a los hechos. Suspire hondo y pesado.. Con el rabillo del ojo vi la franja de luz que se proyecto momentáneamente sobre el costado de la cama. Le sigue una sombra y después esa área vuelve a quedar obscura. Con pasos quedos avanza y siento el colchón hundirse bajo su peso. Me concentró en sentir su mano posarse en mi cabello y acariciarlo con suavidad.. Me quedo quieta un par de segundos antes de levantar la cabeza y observarlo.

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