"Quience Minutos En El Paraíso"

909 66 11
                                    

Adrien me apretaba con fuerza el hombro. Estaba rígido, con la rabia y la sorpresas reflejados en su pálido rostro. —¡Oh vas a negarme que tu y Chloe estaban haciendo exactamente lo mismo!— exclamé intentando soltarme, pero mi movimiento torpe y tembloroso​ no fue suficiente.
—¡¡Tengo el presentimiento de que diga lo que diga no vas a creerme!!—
—Y estas en lo cierto. Ya aprendí que de tu boca solo salen mentiras, las cuales ya no pienso tragarme— la valentía huyo de mi cuerpo. La palabra (apuesta) se grabó en mi cabeza y se repetía sin parar..
Damien dio un paso para interponerse, sin molestarse por subir antes la cremallera de su pantalón. Me ardió el rostro. ¿En que momento la había bajado? De inmediato me revisó a mi misma, solo para darme cuenta de que mi blusa estaba a la altura de mis senos. Me la bajo de inmediato, sintiéndome una completa cualquiera.
—Adrien vete. Marinette y yo tenemos algo que continuar..—
—¡¡SIGUE SOÑANDO IDIOTA. ELLA ES MÍA, YA TE LO HABÍA ADVERTIDO!!— explota Adrien. (No te engañes. El no esta celoso, sí hace esto es por que seguramente aun no se ha cansado de verte la cara)
—Adrien el tiene razón. ¡Vete y dejamos en paz!— mi voz no llego a ser un grito y mucho menos convincente como yo hubiera querido. El rubio se aprovecho de mi vacilación para sacarme de allí casi a arrastras. Mis piernas se habían convertido en un par de fideos endebles que no pudieron poner resistencia.
Una vez en el corredor que conecta la casa con la cochera, me empujó contra la pared mas cercana.
—Así que no estabas bromeando cuando hablaste de el. ¡Dime si dentro de un rato correrás a besarte también con Nathaniel!..— sus ojos eran dos puñales que me atravesaron de lado a lado. —¡¡DIME SI PIENSAS JUGAR CON LOS TRES IDIOTAS AL MISMO TIEMPO!!— gritó el, antes de impactar en la pared su puño a centímetros de mi rostro. De reojo pude ver como la tierra caía sobre mi hombro. Cerré los ojos un segundo solo para salir de la conmoción y poder retomar el hiló de mi voz.
—¡¡JUGAR!! ¡Se te olvida que entre nosotros todo se reduce a eso!— mis palabras me hirieron mas a mi que a el. Lo sabia, nada de lo que dijera podría causarle el dolor y la desilusión que yo estaba sufriendo. Sin embargo, continúe hablando o de lo contrario me echaría sin mas llorar.. —¡Ahora entiendo porque querías que nadie lo supiera. ¡Te felicitó! ¡Te salió excelente la jugada!—
—¡Estas loca! Eres lo que siempre he creído. ¡Una ramera igual que tu madre!— mi mano voló a su rostro para propinarle una fuerte bofetada. Adrien cerro los ojos y respiro hondo, mientras que yo dejaba caer mi brazo con lentitud. Apreté con fuerza la mano contra mi costado para mitigar el escozor que me dejo el golpe sobre la palma.
—Mi maldito error fue pensar que podías ser diferente— dije con voz estrangulada —¡Y lo irónico es que me acuses de estar con varios al mismo tiempo, cuando ambos sabemos que el único que tiene cargos de conciencia aquí eres tú!— el volvió a respirar antes de enderezar el rostro. Abrió los ojos e intente no fijarme en la mancha roja que le quedó en la mejilla. Aunque se lo tuviera merecido no podía evitar que un sollozó trepará por mi garganta. Durante un minuto completo solo nos encaramos el uno al otro, hasta que sus manos me tomaron por la cintura y sus labios se apretaron contra los míos.
—¡Suéltame!— lo aparto antes de que su falsa dulzura me engañara de nuevo —¡No puedes insultarme para después simplemente besarme y fingir que nada ha pasado!— temí no ser capaz de mantener mi decisión y le di un empujón en el pecho, haciéndolo retroceder un par de pasos.
—No pienso dejarte tan fácilmente... ¡NO PUEDO HACER ESO!— Adrien se estremeció.
—Por fortuna ya conozco tus intenciones y te juró que no volveré a caer nunca mas en tus juegos— me costaba mucho no flaquear y deje que mi mente me repitiera una vez mas las palabras de Alya, la imagen de el besándose con Chloe, sin importarme que mi corazón se desangrara en el proceso. —¡Después de todo ya ganaste! ¿No era eso lo que querías?— me talló con resentimiento la boca, con la única intención de demostrarle cuanto me desagradaba sentir el fantasma de sus labios. Su expresión​ se endureció y trago saliva. Sin dudas sabia exactamente a que me refería.
—No..— cerro la boca y me di cuenta de que no diría nada más. Esperar una explicación era una completa estupidez de mi parte. Me di la vuelta y comencé alejarme...
—¡¡MALDICIÓN, MARINETTE NO TE VALLAS!!— su grito se ahogo en la estridente música, una vez que atravesé la puerta.
Esquivé a las parejas que se encontraban acarameladas en las escaleras. (Al diablo con la educación) pensé cuando choque con alguien. Ignore sus quejas y seguí subiendo.
En el segundo piso, cruze el pasillo sin prestar atención al grupo de chicos reunidos al fondo. La risa de Kim resonó y sin mas estrelle la puerta. Siendo amigo de Adrien bien podía estar al tanto de la maldita apuesta. No enciendo la luz y me quedo parada a mitad de la habitación, mirando fijamente mi cama. Me lanzo sobre ella y arranco la sabana como si eso fuera a borrar los malditos recuerdos. Después de eso ya no puede contenerme y comencé a lanzar lo que estuviera a mi alcance. Las espesas lágrimas me empañaban los ojos así que no estuve segura de que fue lo que se estrelló contra el espejo. No me detengo y arrojó lo que estaba sobre el tocador, todo se hace añicos en el piso al igual que mi jodido corazón.
Utilicé la última fuerza que me quedaba para golpear el colchón, descargando el dolor y la rabia que me destrozaba por dentro. Llore como nunca antes lo había echó, odiando que a pesar de todo lo seguía queriendo....

"Juegos Del Destinó " Donde viven las historias. Descúbrelo ahora