—Hola.. ¿Te desperté?— me pregunta el ojiverde, acomodándose de forma que su cabeza y espalda alta quedaban recargadas sobre la cabecera, mientras que yo me sentaba y pasaba mis piernas por encima de su abdomen desnudó.
—No, solo estaba descansando la vista— le explique y le di un lento repasó, solo traía puesta la parte de abajo del pijama. Por su cabello mojado y su delicioso aroma a jabón de canela me atrevía a asegurar que se ducho antes de venir. Su piel aun seguía guardando el calor del agua..
—Tuve que esperar a que Félix se durmiera. No es que desconfíe de el, pero no quiero arriesgarme a que se de cuenta de mis vistas nocturnas y por algún motivo se le ocurra contarle a mi padre— deslizo su dedo sobre la curva de mi rodilla, esfumando lo que tenía para decirle.. —¿Estabas leyendo algo interesante?— preguntó apuntando con la cabeza el libro que seguía abierto aun lado de mí.
—Eso depende a que le llames tu interesante— le digo arqueando una ceja.
—¿Es alguna novela erótica?..— aventuró sonriendo con picardía.
Rodé los ojos y fingí completa seriedad al decirle. —Desafortunadamente no dispongo de ese tipo de lectura, pero ya mande pedir por internet el libro del arte del kamasutra— su sonría se ensanchó, exhibiendo su perfecta y blanca dentadura.
—Asumiendo que eso fuera cierto estarías gastando tu dinero en vano. Yo puedo enseñarte en vivo y a todo color un montón de nuevas posturas..— nerviosa mire como su mano cambiaba de lugar y se plantaba en mi muslo, cada vez mas cerca del borde de mi shorts.
—No lo dudó. Eres un pervertido de primera— farfulló e intento reírme, y al igual que mi voz se oyó débil y temblorosa. Adrien retiro la mano y del buró tomó la bolsa de regalo que hasta ahora notaba que estaba allí.
—Cambiando de tema te traje algo— me la deja sobre las piernas y se limitó a esperar que viera el contenido.
—Espero que tu regalo no fuera un intento de sobornó para hacer que te perdonara— le dije echando un vistazo dentro..
—Algo así.. Nunca esta de mas tener una ofrenda de paz. Además sabia que te hacían falta y no me pude contener de comprarlos para ti— saque las tres cajas de perfume, todas de la misma marca y olor..
—Estos son mucho mas caros que los perfumes que suelo usar— le dije abriendo una y sacando el frasco de presentación ovalada y elegante. Le quitó la tapa y pegó la nariz al atomizador..
—Me llevo toda la tarde encontrar uno que oliera a jazmín y vainilla— Adrien me lo quita y me rósea el liquido violáceo sobre el cuello. Por instinto lo ladeó para que pudiera acercar el rostro y oler. —Me encanta como se mezclan con tu esencia..— sonreí ha medias y lo deje que se tomara su tiempo para inhalar el dulce aroma.. Deposito un casto beso y se alejó, tirando por accidente la bolsa y lo que aun tenía dentro.
—¿Y este labial?— preguntó tomando la cajita negra.
—Esto tiene otro motivó y te pido que no lo uses hasta que yo te diga que lo hagas—
—¿Me darás otra sorpresa?—
—Así es— extraigo el tubo y compruebo que el color es rojo. (*Russian red, de la marca mac*)
—Presiento que será una locura. Todo lo que sale de tu cabeza lo es— lo tapó y lo devuelvo a su empaque, con mil ideas de que que terminaría haciendo con esto. Arque las cejas al ver las cajas de pastillas del día después y de condones.
—Sobre los anticonceptivos, creó que es mejor que ambos nos cuidemos— se apresuro a explicarme. —No lo tomes personal Marinette, simplemente no tenemos edad suficiente para ser padres—
—Lo se, solo que me parece que tu negativa va mas allá de eso— frunció los labios dándome la razón. —Te preocupa algo mas que solo ser padre tan joven— proseguí tensa. Adrien soltó el aliento y me miro a los ojos..
—Si... Nuestra relación es complicada y hasta que no descarte mis sospechas no podemos traer un ser humano al mundo— alcé de inmediato una barrera para evitar que esto arruinara el momento. Ya no me tomaría la molestia de preguntarle por sus estúpidas sospechas y seguiría adelante con lo poco que sabía. Además de que tener un hijo tampoco estaba entre mis planes.
—La abstinencia es el mejor método para evitar un embarazo. Sobretodo cuando a ti se te olvida ponerte el condón a tiempo— le recuerdo a la vez que agitaba la caja con los preservativos frente a su rostro.
—Eso es tu culpa. Con tigo me pierdo por completó y haces que me olvide de todo— me dice a la defensiva, arrebatando de manera juguetona la caja de mi mano. Dejó caer mi palma ya vacía sobre su musculatura y me muerdo el labio con coquetería.
—Siendo así yo puedo encargarme de ponerlo en su lugar— Adrien sonrió de lado.
—¿Sabes como hacerlo?—
—¡Claro!. Puede que la secundaria a la que fui no sea la mejor pero sus clases de sexualidad fueron bastante útiles y concisas. Por lo tanto soy capas de ponértelo sin ningún problema— me escuchaba tan segura de mi misma que me sorprendí.
—¿Te molestaría demostrarme ahora mismo que puedes hacerlo?— a juzgar por su sonrisa lobuna descarte que dudara de mis habilidades. Solo se estaba aprovechando nuevamente de la situación para empezar a jugar.
—Creo que no. Después de todo dicen que la práctica hace al maestro— lo mire con suficiencia mientras sacaba un preservativo y abría la envoltura. Se quedo quieto evaluando cada movimiento que hicieron mis dedos. Me acomode sobre el y baje su pantalón con todo y él bóxer azul marino. —Veamos sí puedo lograr que se ponga erecto..— comente con el pulso ya desbocado. Empecé tocándole apenas con las yemas, porque así creo que lo estimulare mas. Adrien jadeo, eso me demostró que iba por el camino correcto. Gradualmente fui aumentando las caricias hasta lograr que su miembro se pusiera duro y erecto. Lo envolví con una mano subiendo y bajando con lentitud..
—¡Marinette!.. ¡Mmm!— se quejo dejando caer la cabeza hacia tras.
—Adrien.. ¿Que pasaría si antes me lo llevo a la boca y juego con el un rato?— sin ser plenamente conciente le formulé la pregunta en voz alta. El cerro los ojos y respiro con dificultad..
Intenta de manera ruidosa pasar la saliva y justo después abrió la boca para responderme..—Posiblemente me hagas gritar y gemir como nunca..— me moví mas atrás y me incline sobre el, amoldando mis labios a la forma gruesa del enorme juguete. En cuanto toque la punta una corriente de adrenalina me corrió por las venas. Esto era una nueva clase de placer, que no se comparaba con nada de lo anterior ya vívido. Lo lamí con la punta de la lengua y tuve que cerrar los ojos para no bizquear.. —¡Ahhh!— lo escuche gemir. No sabia de donde procedía el valor para estarle haciendo sexo oral a Adrien, lo único de lo que estaba cien por ciento segura era que me correría debido al enorme placer que estaba sintiendo. Lo hundí mas y me deje llevar por el deseo que me ordenaba acelerar mis movimientos.. Quería parar y besar por separado cada milímetro de piel y darle a sus testículos un trató especial, pero era imposible detenerme, si con cada embestida mas desesperada estaba por introducirlo mas profundamente.. Todo mi ser se tenso y mi vagina hizo lo suyo alcanzando el orgasmo.
—Mari.. ¡El condón ponlo de una vez!— me pidió arrastrando las palabras. Como pude lo solté y con torpeza le puse el látex.. Su semen se liberó y comprendí que Adrien se había estado conteniendo para no correrse dentro de mi boca. Ambos permanecimos sin poder respirar y con el calor emanando por cada poro...
—¡Marinette eso fue maravilloso! ¡Te juro que eres mi perdición!— exclamó con la mirada turbia y llena de satisfacción.
—Yo también lo he disfrutado. Tanto que no sabia como parar— admito con timidez. Siento aun los estragos que deja alcanzar el clímax, mi cuerpo sigue flácido y tembloroso y me cuesta mantener la mirada enfocada..
—Estuve a punto de correrme en tu boca— me confirmo soltando las cobijas que estuvo aferrando con fuerza.
A mi mente acudieron un sin fin de nuevas dudas. La primera y la mas importante fue ¿Como lograría pasar el tiempo junto a el sin la necesidad de que todo terminara en sexo? Me hice aun lado y me senté nuevamente sobre la cama. Me pase las manos por el cabello para aplacarlo y reuní algo de valor para exponerle a Adrien mis dudas..
—Tengo una pregunta que hacerte..— comencé con el rostro ya rojo de vergüenza debido a lo que estaba por decirle.
—Dímelo— me animo, observándome con viva curiosidad.
Tomó mas aire y le pregunto.. —¿Crees que la ninfomanía tenga cura?— entrecerró la mirada, seguramente procesando mis palabras...
Un minuto después dijo. —¿Que?— y sin mas se echo a reír con ganas.
—¡No te rías que estoy hablando muy en serio!—
—Lo siento, pero no puedes soltarme una pregunta de ese tipo sin esperar que reaccione así— se defendió.
—Como sea. ¿Crees si o no?—
—Bueno, no lo se. ¿Marinette me estas tratando de decir que eres ninfómana?—
Me cubrí el rostro y le respondí entre dientes.. —Eso temo. Desde que tuve mi primera ves con tigo no he podido contener mis deseos. Vuelvo a caer sin importar cuantas veces me diga que no. Y para acabar de rematar mi teoría, me excitó el doble que lo hiciéramos en un lugar público y prohibido—
—Me pasa lo mismo y no creó que seamos adictos al sexo. Mejor dicho eres adicta a mi y yo a ti— eso tenía mucho mas sentido. Si tomaba en cuenta que hasta el momento no me apetecía hacerlo con nadie mas. —O eso quiero pensar, porque de lo contrario llegaría el punto de que yo no te satisfacerá y buscarías otras opciones— me descubro la cara y gateo en su dirección.
—Eso jamás pasara. ¡Te amó y estoy segura que será para siempre!— Adrien me detuvo justo cuando estaba a punto de cerrar con un beso mi cursi promesa. Me aparta y se levanta de la cama.
—No me ames. Procura pensar que lo nuestro es simple atracción y deseo. Solo así ninguno de los dos sufrirá al final— ni siquiera dejo que le respondiera, se marcho al baño dejándome con las palabras en la boca. El hermoso momento que compartimos se esfumó, el idiota bipolar volvía hacer de las suyas. Arroje la almohada contra la puerta y solté un bufido de rabia. Me abrazo las piernas, experimentando otra vez ese vacío que se abría en mi pecho cada vez que las piezas del rompecabezas encajaban. Para el todo se reducía al acto sexual y nada mas. Era placer y no amor. Le daba exactamente lo mismo si yo terminaba amándolo demasiado, todo con tal de que al final consiguiera la satisfacción que buscaba.
Cuando lo vi salir entendí que yo tenía la culpa por hacerme la tonta y admitirlo de nuevo en mis brazos. Con el pie hizo aun lado la almohada y regreso a la cama. Se había quitado el condón usado y acomodado el pantalón. Me miro fijamente antes de acostarse.
—Supongo que querrás una explicación. ¿No es así?— guarde los perfumes, el labial y los preservativos dentro del cajón de mi buró y puse la máxima distancia que me fue posible. No me importaba que notará lo resentida que estaba con él.. —Marinette yo..—
—¡No digas que lo sientes. No más!— le dije sacudiendo la cabeza con rabia. —¡Ya se cuales son esos motivos que te hacen odiarme y rechazarme cada vez que se te pega la regalada gana!— el aguardó con severidad a que continuará.. —Te mata que tu padre muestre interés por mi madre y por mí. Que sintiera lastima de una niña que perdió a su padre a la tierna edad de dos años y por lo tanto se sintiera en la necesidad de tratarme como a una hija..— lo acuse rompiendo en llanto. Su mandíbula se cerro de golpe, apretando con rudeza los dientes. ¡Bingo! Estaba en lo cierto. —Y por si fuera poco me culpas de eso, como si yo hubiera querido que las cosas se dieran así—
—No seas ridícula Marinette. Yo no te culpó. Pero si te odié muchísimo por hacer que mi padre se saliera a mitad de mis partidos de béisbol para correr a tu lado—
—¿Porque estas tan seguro que yo tenía que ver con eso? Tu padre siempre ha sido una persona importante y ocupada. Bien pudo tener compromisos que no podía posponer— contra dije a la defensiva solo para no sentirme culpable.
—Escuche muchas veces a mi madre reclamar sus ausencias. Le gritaba que no podía preferir por encima de nosotros a su segunda familia..— se calló para lanzarme una mirada fría y retadora. —Cada vez que entraba al despacho de mi padre me quedaba viendo tus fotografías, preguntándome si por ti mi padre no asistió a mi graduación y permitió que mi tío Marcus tomara su lugar— logró lo que quería, hundirme por completo en la agonía y la culpa.
—¿Quieres que me disculpe por algo que no sabia?— pregunte con nuevas lágrimas en los ojos. —¿Que lamento haberme interpuesto en su relación padre e hijo?—
—Eso habría servido cuando tenía diez años y necesitaba de un consuelo. Ahora ya no me importa. Aprendí a vivir con ello y no te confundas que mis cambios bruscos no son debido a eso—
—¿Entonces a qué?—
—Estoy seguro que ya lo sabes. O por lo menos lo intuyes—
—¿Te refieres a tus ridículas y absurdas suposiciones de que tu padre siente algo por mí?—
Se le escapo un gruñido por lo bajo y se apresuro a decir.. —El siente algo por ti eso no lo dudes. Te quiere incluso mas que a Félix y a mi juntos. Su amor por ti es el de un padre.. ¿Porque lo hace? Bueno eso mismo me gustaria saber—
—Estas loco si crees que podría ser su hija. Mi padre era Tom Dupain..—
—¿Estas segura de eso?—
—¡Por supuesto que sí!.— tanto que podría jurar con sangre que entre nosotros no existía lazo sanguíneo. —Debe haber otra explicación..—
—La única que podría ser es que nuestros padres han mantenido una relación sentimental durante todos estos años y por lo tanto te considera su hija—
—Eso podría ser. No te negare que ya lo he pensado y no dudes de que hablare con mi madre sobre esto..—
—No lo hagas. Ella sabrá que fui yo quien te metió esas ideas, se lo dirá a mi padre y el me echara ha patadas de aquí— me corto con fastidió.
—No hay otra forma de esclarecer la situación. Adrien ya no podemos seguir en medio de la incertidumbre—
—Lo sé. Por eso mañana mismo regresare a París y buscare la verdad—
—¿Irte?— le digo con tristeza.
—Solo será un día. Hace tiempo que descubrí una caja fuerte detrás de un cuadro y sospecho que allí esconde todas las respuestas que necesitamos— suspira y me toma del brazo para acercarme. Me limpia los restos de llanto y me besa con ternura, borrando así la pelea que acabamos de tener. —Marinette.. Nuestro futuro dependerá de lo que logre averiguar mañana— me advierte sin despegar por completo sus labios..
—Sobre eso te suplico que no vallas, tengo el presentimiento de todo acabará. Dejemos las cosas como están—
—Tu misma lo dijiste. No podemos seguir con la duda. Bonita no podré amarte como tu te mereces mientras no descarte que seamos hermanos—
—¿Y que haremos si resulta ser cierto? ¿Que pasara con nosotros?—
—Un problema a la vez. Si todo resultará ser verdad ya lo pensaremos en su momento.. Ahora solo déjame seguir besándote sin importar nada— lo deje que me besara y me acomodara entre sus brazos. Donde me quede profundamente dormida.
Esa noche no tuve ningún sueño. El enmascarado de negro no apareció, sin embargo, llegue a la conclusión de que tal vez el era Chat Noir...
Al despertar noto que Adrien ya no está y lo mas aseguró es que ya valla en camino a París.
Me ducho, me cambio y justo antes de bajar a desayunar me tomo la pastilla del día después.
Una vez en la cocina me sirvo cereal y me siento en un banco de la barra, a la espera de que Félix aparezca para hacerme compañía. Le echo un vistazo a los números que marca la pantalla del horno y tal parece que es la una de la tardé, ya se me había vuelto una mala costumbre dormir de mas. Como sin prisa masticando minuciosamente las hojuelas de maíz, con la firme esperanza de que comer me tome todo el día y así la ausencia de Adrien sea menos notoria. Desgraciadamente me tomo solo cinco minutos mas terminar de comer y otros dos lavar el plato y la cuchara. Quince minutos limpiar la cocina y media hora mas organizar las latas de la despensa hasta asegurarme de que todas estuvieran alineadas y con la etiqueta mirando al frente. En la sala acomode los cojines y cambie de lugar las figuras de porcelana que mi madre tenía sobre el mueble, al igual que los portaretratos con las fotografías de mis graduaciones y fiestas de cumpleaños. Ver a Gabriel parado por detrás de la pequeña que soplaba las velas me recordó la teoría del parentesco. Ciertamente era muy extraño que el siempre estuviera presente en cada etapa de mi crecimiento, tomando el lugar de mi padre. Otra cosa que hasta hora notaba era que Tom Dupain no figurada en ninguna, ni siquiera en la que una enfermera amablemente le tomo a mi madre unas horas después de que me diera a luz. Posiblemente se deba a que no le gustaba aparecer en las fotografías. Tal vez no se consideraba fotogénico y prefería no hacerlo. De cualquier manera no dejaba de ser sospechoso..
Me trasladó al segundo piso y tengo que entrar antes a la habitación de Adrien para recuperar mi celular. Lo encontré en el bolsillo de su pantalón sucio tirado al pie de la cama. (El si que era descuidado) pienso levantando también las demás prendas esparcidas por todo el lugar y ya entrados termine por asear el dormitorio completó. Me acuesto sobre su cama y entierro la nariz en su almohada.. El olor era diferente, tal parece que se ha mezclado con el de Félix, al compartir la cama era de esperarse. Me abrazo de la mullida y suave almohada y cierro los ojos...
Me quedo allí por el resto de la tarde y en algún momento mientras oscurecía debí quedarme dormida...
Los siguientes tres dias los paso mirando tv, llendo de arriba para abajo, entrando y saliendo de la casa sin soltar ni una sola vez el celular, a la espera de que Adrien se dignará a contestarme. Ya le había dejado un millón de mensajes de voz y otro mas de mensajes de texto y todos sin respuesta alguna. No sabían como interpretar su silencio. ¿Será que descubrió algo tan malo que prefiere no llamarme? O tal ves todo fue una excusa para irse y librarse de mí.. (Solo será un día) ¡Ja! ¡Y yo tan estúpida como siempre que le creí! Debe estar con Chloe o con cualquier otra de sus amiguitas.. Termino de cepillarme los dientes y bajo para desayunar de nuevo sola. Al entrar ignoro a Félix quien había estado evitandome durante estos últimos días por quien sabe que razón. Era la primera vez que permanecíamos por mas de dos minutos juntos en una habitación.
—¡Buenos días!— me dijo en cuánto me senté y comencé a comer el acostumbrado cereal con leche.
Deje la cuchara e hice aun lado mi enfado para preguntarle.. —¿Félix sabes porque Adrien no ha regresado aun de París?— soltó también el tenedor sobre lo que parecían ser huevos fritos.
—No. ¿Porque habría de decírmelo?— responde con irritación.
—Bueno siendo su hermano creí que te lo diría. O que por lo menos te respondería las llamadas— eso último lo dije solo para liberar un poco de la frustración que guardaba dentro. Era mas que obvio que a el si le contestaría..
—Si, he hablado con él. Justo hace unos veinte minutos que lo hice y no dijo nada sobre volver pronto— me lleve otro bocado y lo mastique con rabia.. El no volvería.. —¿Porque tienes tanta urgencia de que regrese? ¿Pensé que no lo querías en tu vida?— su tono tan rudo y frío logro que Adrien pasara a un segundo plano, y me concentrara en su actitud. Me dolía pensar que Félix también terminaría por irse y dejarme completamente sola.
—Félix te noto extraño.. ¿Te sucede algo?— no me responde de inmediato y se queda taciturno por un buen rato...
—Muchas cosas me suceden Marinette..— me dijo suspirando. —La mayoría tienen que ver con tigo—
—¿Con migo?— repito nerviosa.
—Es difícil de explicar, pero siento que tu y yo guardamos un vínculo demasiado fuerte que ya no puedo ignorar— el recargo los codos sobre el mármol y reposo la barbilla en sus nudillos, sin dejar de mirarme..
—¿Como si nos hubiéramos conocido en una vida pasada?— nos pregunte a los dos, usando la teoría de la vida pasada que me proporcionó Damien.
—Si. ¡Valla me tranquiliza no ser el único que lo piensa!— sonó aliviado, algo que se reflejó de inmediato en su rostro.
En mi fuero internó se desató una lucha, donde todos los sentimientos que guardaba por el salieron a flote y se filtraron hasta mi boca sin mi pleno consentimiento..
—Siendo honesta yo también siento algo por ti. Algo que no soy capas de entender..—
—Para eso tengo una solución. He investigado un poco sobre el tema y los expertos recomiendan que las personas pasen mas tiempo juntos, así podrán ir descubriendo que sienten en realidad— me interrumpió levantándose y rodeando la barra para acercarse a mi lugar.. —Además de que tienes cara de ocupar que alguien te suba el ánimo— mi sonrisa surgió sola. Tan natural que no supe de donde es que había salido.
—Bien. ¡Pasemos todo el día juntos!— exclamo mas emocionada de lo que debería estar. Con el no me preocupaba en lo mas mino que lo malinterpretará, ansiaba demasiado su compañía como para arruinarlo poniendo límites y entrando en detalles que tal vez solo existían en mi cabeza.
—¿Te parece que tengamos un picnic frente al lago?— propuso con la misma emoción o quizás mas que la mía.
—¡Desde luego! ¡Es una excelente idea!— me levanto y apenas si recordé dejar el tazón con el cereal a medio comer dentro de la tarja. El sonríe y fue mas que suficiente para subir mi humor por completo..
Era demasiado temprano para ejecutar nuestro plan, así que nos fuimos a la sala donde miramos la televisión. Si el hubiera hablado con la verdad hace tres días yo no habría tenido que pasarlos sola y aburrida. No reímos por boberías y charlamos sobre un montón de trivialidades, con el todo era tan fácil como la tabla del uno. Tan fácil como lo era respirar...
Al punto de las tres de la tarde volvimos a la cocina para preparar la canasta. La llenamos de comida chatarra y gaseosas para dos. Del armario de blancos tome el mantel que solíamos usar cada vez que se nos antojaba comer al aire libre y lo guarde junto con la nueva tanda de comida que Félix acabo de sacar de la despensa. —Solo seremos tu y yo..— señale. —Tanta comida es innecesaria— suelto a reír cuando el comenzó a sacar lo que ya había guardado..
—Solo creó que nadar nos quitara toda la energía, y no me quiero arriesgar a tener que traerte cargada—
—¡Hey! ¿Acaso estas insinuando que soy pesada?— le golpe el brazo mientras hablaba. Félix esquivo mi siguiente ataque y retuvo mi brazo para montarme con agilidad sobre su espalda. Me toma un latido envolver con mis brazos su cuello y otro mas las piernas a su cadera. Toma la canasta y callado se dirige a la puerta. No me resisto y descanso la mejilla en su hombro, observando los mechones rebeldes que le cubren parte del oído y cuello.. Se que ya hemos salido de la casa gracias a los rayos de sol que desprenden brillo y hacen mas notorios los matices de su cabello rubio. Desvió los ojos hacia su perfil, sus pestañas son abundantes y asombrosamente largas, lo cual hacia que sus ojos grises lucieran tan hermoso.. No me detengo y examino su pómulo alto y bien definido del cual sobresalía su nariz recta y fina alineada con sus labios bien proporcionados.. Comprendí que sus facciones eran bastante parecidas a las de Adrien. Quizás por eso no conseguía quitarle los ojos encima. No me preguntó la ubicación del lago y aun así logro que llegáramos sin ningún problema. ¿Como era que los hermanitos Agreste conocían tan bien este lugar?
Me bajo en cuanto se detuvo junto a la orilla. El agua estaba en calma y reflejaba el brillo del sol y lo despejado del cielo.. Por primera vez en mucho tiempo me sentí tranquila y en paz..
—Este lugar es hermoso!— la exclamación de Félix me sacó de mis pensamientos.
—Si lo es..— me volví hacia el y me senté sobre la tela que el ya había tendido sobre parte del césped y tierra que franqueaba el inició del gigantesco circulo de agua dulce.
—Sabes se me acaba de ocurrir que podríamos nadar antes de comer..— me dijo tras un buen rato de silencio. Me cruce de piernas en dirección a el tan relajada que no me apetecía ponerme de pie.
—Paso, pero adelante hazlo tú— le anime.
—¡Vamos no me dejaras hacerlo sólo!— repeló con incredulidad.
—Félix no me necesitas. Estarás muy bien sin mí—
—Te equívocas..— me sostuvo la mirada cargada de intención. —..Te necesitó mucho mas de lo que te imaginas— no se me ocurrió nada bueno que decirle. También lo necesitaba había llegado al punto de creer que era mi marca personal de morfina. Me bastaba estar cerca de el para adormecer todos y cada uno de mis dolores y preocupaciones.. Se río restándole importancia y continuo como si nada. —Pero volviendo al tema, yo podría sufrir de un calambre y ahogarme..—
—Siendo así no dudes que entraría a tu rescate— lo corte riendo por lo bajó.
—Por favor Marinette, compláceme aunque sea solo en esto— me pidió exhibiendo una amplia y muy convincente sonrisa que no me dejo mas remedio que ceder..
—Esta bien. Tu ganas— se puso de pie y me tendió las manos para ayudarme también a incorporarme.
Las palmas me comenzaron a sudar conformé el se iba quitando la ropa. Fue una completa bobería de mi parte pensar que entraríamos vestidos al agua. Incómoda me quite la blusa seguido del pantalón y con alivió comprobé que había conservado puesto el boxer negro. Al mismo tiempo nos adentramos y cuando la altura me rebasó la cintura me incline hacia delante para terminar de zambullirme.. La temperatura del agua era cálida y bastante agradable. Tanto que tendría que agradecerle después a Félix por obligarme a nadar un rato. Por debajo pude ver que el se alejaba en dirección al otro extremo y sin pensarlo dos veces lo seguí.. A mitad del caminó tuve que salir para llenar nuevamente mis pulmones de oxígeno y justo antes de volver a entrar percibí la presencia del rubio por detrás de mi. Rígida siento sus manos sobre mi cintura, deslizándose hacia mi vientre. Acto seguido sus labios se posaron sobre mi hombro y siguieron hasta la curvatura de mi cuello, lo cual hizo que soltara de tajo todo el aire que había reunido..
—Marinette eres muy hermosa..— me dijo con voz ronca y peligrosamente baja.
—No sigas..— le ruego al notar como mi piel se sobre calentaba..
—Solo digo la verdad. Eres una completa tentación que no tengo ni la mas remota idea de como rechazar—
—Entonces no lo hagas— le pido girando sobre mi propio eje para encararlo. Sus ojos grises observaron ansiosos y atentos cada parte de mi rostro al tiempo que acunaba con sus manos mis mejillas. Poco a poco fue acortando la distancia que nos separaba hasta que me beso con suma ternura. Cerré lo ojos y disfrute de la dulzura que destilaban sin ninguna necesidad de acelerar las cosas.. Apenas si teníamos entre abiertos los labios y ya tenía el corazón desbocado latiendo contra mi pecho.. Con el todo era diferente. Comenzando por la forma tan tranquila y tierna de mover sus labios, o su forma tan delicada de abrazarme como si fuese de cristal y temiera romperme si ejercía demasiada presión sobre mi piel, por eso me hacia sentir segura, protegida y sobre todo muy amada. Algo que su bobo hermano no había podido lograr. Le paso las manos por el pecho hasta que las enrosque a su cuello y fue entonces que nos besamos enserio, con una nueva llamarada de deseo prendiendome desde el corazón. Félix me tomó de la cadera y me acercó a el sin perder la delicadeza de sus agarres. Todo se me nublo y solo pude sentir algo muy parecido al amor llevándome lejos de mis padres e inclusive de Adrien.. Un momento.. ¡Adrien! A regañadientes suelto sus deliciosos labios y agito la cabeza para volver a pensar con claridad.. —Félix no puedo hacer esto.. Lo lamento— me suelto contra mi voluntad e intento irme pero mis piernas no se mueven, ni un solo músculo lo hace..
—Espera. Marinette se que eres de Adrien. Que lo quieres mucho mas que a mi. Pero no quiero perderte y mucho menos que esto te haga cambiar con migo. Prefiero tenerte como una amiga a nada— trago saliva con infinita dificultad y me debato contra esto nuevo que estoy sintiendo. No quería estar con Félix por despechó de eso ya estaba convencida. Lo quería cerca de mi por la única y exclusiva razón de que una parte de mi corazón ya lo amaba..
—¡Al diablo con todo!— exclamó y me pego de nuevo a él. Me recibió y lo escuche reír para después besarme con calma. Me carga y envuelvo de inmediato mis piernas soltando risitas de felicidad..
—Félix esto tendremos que olvidarlo..— le digo cuando la falta de aire nos separó.
—Por mi ya esta olvidado.. Solo no dejes de besarme— capturo mis labios sin perder mas el tiempo.
—¿Que tanto puedes olvidar?— le pregunte en medio del apasionado besó. Soltó mi boca para prestarle atención ahora a mi escote.
—No lo se... ¿Quieres que lo averiguamos?—
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"Juegos Del Destinó "
FanfictionTodo nuevo comienzo tiene su lado malo, y para Adrien y Marinette no será la excepción... Créditos de la portada: para MajoCheng 16.